Música y folclor

Un merengue, el valor agregado del ‘Gran Francisco el Hombre’

En sus perfiles promueve la sencillez y la perseverancia, al tiempo que se proclama como “un joven cantante vallenato que quiere triunfar”. Su discurso lo devela como un muchacho espiritual, lo cual se advierte al encontrar a Dios como Ley Motiv de su expresión; aspectos estos los que se conjugan cuando Jesús Romero se sube a una tarima para transparentar con su canto lo que hay en su corazón.

Sucedió este fin de semana en la orilla del mar guajiro, a donde este joven que, a fuerza de cariño, perdió la “S” de su nombre para ser llamado ‘Jesu’. Llegó acompañado de su acordeonero Arturo Lanao y su agrupación para defender el título obtenido un año atrás en esa misma arena, como rey del festival Francisco el Hombre.

Sabía que no sería tarea fácil, puesto que se enfrentaría con sus pares de ese título; es decir, sería una contienda de reyes de la que saldría el ganador con la dignidad de grande: ‘El Gran Francisco el Hombre’. Sus contendores: ‘Pillao’ Rodríguez, Jorge Mario Peña, Jhonatan Bolaño, Kbto Zuleta, ‘Bola’ Corrales y ‘Poncho’ Quevedo (Carlos Mario Zabaleta y Héctor Arturo Zuleta no participarían) irían con la misma intención de ganar. Pero Dios estaba con él.

“Estoy muy contento, agradecido con Dios, con todo el pueblo y la gente que creyó en mí”, dijo pocas horas después de haber sido proclamado como el Gran Francisco el Hombre. Y el público también salió agradeciéndole a él por haber entregado su corazón y reconociéndole el hecho de haber llegado ahí con un valor agregado: Un merengue de su autoría en el que le rinde homenaje a su Guajira, al Festival y a la leyenda que lo inspiró, al público, a los hombres que esas noches lucharía por vencer cantando.

“Sin duda alguna ése fue el plus que nos regaló este triunfo. Dios me dio esa luz”, dijo, refiriéndose a ‘Diez años de historia’, su primera composición y –por lo tanto- incluida en el repertorio del concurso con la timidez natural de la primera vez, pero con la tranquilidad de haberla hecho con el corazón, inspirada por Dios y su hijo Jerónimo (de dos semanas de edad) como motor.

Jesús Romero, como el resto de jóvenes contemporáneos inmersos en el mundo del vallenato, conocen el extenso inventario de merengues existentes, clásicos y no clásicos, de los cuales podían echar mano para su presentación; no obstante, él sentía que necesitaba hacer algo distinto: “No me decidía por ninguno. Un día estaba en la casa con mi esposa y mi hijo y me fui al cuartico de las visitas, tomé la guitarra y empezaron a salir las melodías y después se le fue añadiendo la letra”. Lo grabó todo en su celular, pero no se lo mostró a nadie; fue sólo hasta un día de ensayo, ya cercano el concurso, que se atrevió a cantársela a sus compañeros de agrupación, como propuesta para el festival. La aprobación fue unánime.

Desde la ronda eliminatoria, ‘Jesu’ se ubicó en el primer lugar, con un puntaje de 96.20, por encima de Bola Corrales con 92.40, Jhonatan Bolaño con 89.40 y Kbto Zuleta con 86.40. El día de la final le correspondió el tercer de cuatro turnos para subir a la tarima instalada en la playa de Riohacha. Llego ‘vestido de domingo’, con tonos azules, blancos y negros, a otra vez dejarlo todo ahí. Debían interpretar tres temas libres, que para él fueron ‘Me vas a extrañar’ –Jean Carlos Centeno, ‘Como yo no hay’ – Tavo Somoza (inédito) y ‘Después de tantos años’ – Luis Egurrola. El merengue era aire obligatorio para todos; por supuesto volvió a cantar ‘Diez años de historia’.

El resultado fue contundente. Ya habían actuado Jhonatan Bolaño con puntaje de 94.00 y Kbto Zuleta con 90.50, pero a él le adjudicó el jurado 97:00 puntos. Las conjeturas que llegaron a la playa giraban en torno a si Bola Corrales, el último en presentarse y quien también había llegado ahí con una alta calificación, lograría rebasarlo, pero no fue así; el jurado le dio 95:00, lo cual dejó a ‘Jesu’ como Gran Francisco el Hombre.

“Me siento inmensamente feliz. La gente me apoyó, hubo conexión con el público; este premio es para todos ellos”, dijo mientras alzaba la estatuilla que recibió -además de cuarenta millones de pesos en efectivo como premio-, y hoy reposa junto a otra que ganó el año pasado y que es una efigie del trotamundo que se convirtió en la leyenda que él menciona en su canción, como un gran triunfo del bien sobre el mal: Francisco el Hombre venció al Diablo.

“Nació en Machobayo, La Guajira. Un día iba con su acordeón y se enfrentó con el diablo, en vista de que el diablo le estaba ganando, miró al cielo y cantó el Credo al revés y lo venció”, responde cuando se le pregunta qué sabe de Francisco el Hombre. Él, como muchos otros jóvenes, niños y adultos, tiene fresca en su memoria a Francisco Moscote desde la visión de leyenda que sitúan su origen en Machobayo, donde permanecen sepultados sus restos, y no en Galán –donde realmente nació; asuntos estos que preocupan y ocupan a un grupo grande de custodios del Patrimonio Inmaterial que es el vallenato tradicional, con urgencia de salvaguardia.

Este grupo de personas, investigadores, compositores, músicos, gestores culturales, comunicadores, locutores y de otros perfiles se reunieron para analizar precisamente medidas de salvaguardia para este patrimonio. Afinaron estrategias e hicieron compromisos para avanzar, ponderando en gran manera el trabajo en red, como forma más efectiva para avanzar y lograr acciones de mayor impacto.

Jesús Alberto Romero Illidge nació hace 25 años en Maicao, al norte de La Guajira. Es comunicador social, egresado de la Universidad Autónoma del Caribe. Está conectado con la música “desde la barriga de mi mamá”: cuando improvisaba instrumentos con un balde y usaba la escoba como micrófono. Cuando llegó al colegio aprendió a cantar y a tocar guitarra; sus compañeros de secundaria le decían ‘El locutor’, porque improvisaba un perifoneo y hacía anuncios de lo que se le ocurrió.

A sus 18 años se unió en fórmula musical a Arturo Lanao y hoy están ad portas de lanzar su primera producción musical. El año pasado ganaron el Festival y este es su segundo título en festivales, aunque ya ‘Jesu’ había ganado un festival universitario, organizado por la Universidad Sergio Arboleda. Ya se manifestaba en él su vocación de comunicador, que posteriormente estudió y que hoy ejerce a través de uno de los formatos más hermosos: la composición y el canto.

Sus planes inmediatos se centran en Jerónimo, su pequeño hijo, en su sencillo ‘Como yo no hay’, próximo a salir; en la producción musical  que están grabando, en consolidar cada día más su talento y –por supuesto- en promocionar el festival Francisco el Hombre, como el rey que es y también como expresión de gratitud a la Corporación Francisco el Hombre que hace diez años abrió la oportunidad a jóvenes como él de tener una ventana de oportunidades, dándole de paso a La Guajira un gran impulso en todos los otros sectores culturales, sociales y económicos que dinamiza el festival.

Mariaruth Mosquera

@Sherowiya