Música y folclor

Ocho cantantes con el ‘El sombrero de Alejo’ bien puesto

Juan Rincón Vanegas

27/04/2018 - 07:05

 

Un retrato de Alejo Durán / Foto: Juan Rincón Vanegas

 

Lo que el cantante Carlos Vives nunca pensó fue que la canción ‘El sombrero de Alejo’, que había grabado en su producción musical ‘Vives’, tendría una segunda oportunidad en el mundo sonoro.

Efectivamente, meses después, además de la suya, se adornó con las voces de Poncho Zuleta, Jorge Oñate, Peter Manjarrés, Silvestre Dangond, Iván Villazón y Jorge Celedón y Pipe Peláez, teniendo un éxito absoluto, y siendo considerada la canción del 51° Festival de la Leyenda Vallenata.

En medio de ese lindo canto de los ocho artistas aparece un saludo especial de Poncho Zuleta. “Consuelo Araujonoguera pa’ que lo escuches en el cielo”.  Soberano homenaje para ‘La Cacica’, quien se prodigó para darle la mejor vitamina a este folclor que se encontraba regado por el Magdalena Grande.

Carlos Vives, junto a Carlos Huertas Jr, crearon música y letra, donde el eje central es el sombrero del hombre que se coronó como primer rey del Festival de la Leyenda Vallenata cuando el calendario marcaba el final del mes de abril del año 1968.

Se trata de Gilberto Alejandro Durán Díaz, a quien todos lo conocieron como Alejo, ese hombre que por su carisma, talento y humildad se metió de manera rápida dentro del mundo vallenato.

Precisamente Carlos Vives, siendo niño, lo conoció en una parranda en casa de su tío Rodrigo en Santa Marta, quedando atrapado por su manera de interpretar un vallenato raizal. Y hasta lo vió comiendo con las manos y notó que no tenía nada, pero era Alejo Durán, ‘El negro grande’ que es como decir ‘El Pibe’ Valderrama dueño del medio campo en la cancha de la vida.

Así expresa Carlos Vives su sentir sobre ‘El Sombrero de Alejo’. “Alejo es un hombre que congrega, todos estamos de acuerdo que Alejo es el gran símbolo del vallenato, si tenemos que buscar uno, fue el primogénito, el primero, por su alma, por su humanidad, por su sonrisa, por lo que representa, por su piel, por su acordeón, entonces ese sombrero fue el que se fue por el mundo. Lo vemos en los mundiales, en los partidos de tenis grandes, vemos un sombrero de Alejo, por eso que todos hayan querido cantarla, que todos hayan accedido a llegar a grabarla, es para mí un honor como cantante, pero al mismo tiempo nos une a todos alrededor de ese sombrero que representa también al Festival de la Leyenda Vallenata”.

Hoy, el espíritu del maestro Alejo, con el sombrero que lo identificó, recorre los lugares que inspiraron las más profundas melodías y composiciones de la música vallenata. Por eso desde El Paso, Cesar, su tierra, hasta Plata Perdida, corregimiento de Chimichagua, un pueblo donde su compadre Raúl Mendoza Piñeres, lo hacía tocar horas extras en medio de cuentos interminables, lo recuerdan con ese sombrero y su pedazo de acordeón donde tenía guardada hasta su alma.

Alejo Durán y Consuelo Araujo Noguera Alejo ‘Apa’ Durán

En medio de la exaltación en la canción ‘El sombrero de Alejo’, el escritor e investigador Ciro Quiroz Otero, hace referencia a su nacimiento. “Aquella mañana del 9 de febrero de 1919, Juana Díaz Villarreal descansó de los dolores que le causaban su gravidez. La partera María Antonia Daza, que ya estaba advertida, corrió a la casa de la familia Durán Díaz para avistar la ruptura de fuente, preaviso de que un niño venia en camino, y tendría por nombre Gilberto, extracto del santoral cristiano del almanaque Bristol. Un año después fue bautizado Gilberto Alejandro Durán Díaz, por el sacerdote Rafael Vega, y presenciaron el sacramento José Antonio Serna y Emeteria Durán, su tía.

Entrado a la pubertad deambuló por la sabana periférica a las grandes haciendas donde los vaqueros ensayaban sus tonadas, acompañados por sus acordeones, Pedro Nolasco Martínez, Víctor Silva, Octavio Mendoza, su tío, los Serna, Martín Ángulo y muchos más que competían día a día a ritmo de sus sones. Ya convertido en músico mucho después cantaría:

Ay, El Paso tierra sagrada,

a la que le tengo cariño,

yo recuerdo que sus sabanas,

las recorría cuando era niño.

Quien pintó a Alejo de pies a cabeza fue Consuelo Araujonoguera, quien en una célebre entrevista, año 1968, cuando se coronó como Rey Vallenato, lo puso en confesorio y dijo: “Como a las 19 años cogí por primera vez un acordeón en mis manos. Tocaba de oído, pero no comencé tocando cosas de otros, sino creando de una vez mi propia música. Recuerdo que la primera pieza que compuse fue el merengue que llamé ‘Las cocas’. Resulta que en las fincas había siempre un muchacho a quien llamaban ‘Coqui’, quien era el encargado de preparar los alimentos para las cuadrillas de trabajadores, pero después los patrones resolvieron darles esa tarea a las mujeres. Entonces resolvimos llamarlas ‘Cocas’ y así se quedaron”.

El tiempo avanza, el sombrero sigue con las vueltas necesarias y ahora más, hecho canción y con nombre propio. Bienvenidos a escuchar y cantar un nuevo paseo vallenato, teniendo puesto ‘El sombrero de Alejo’.

 

Por Juan Rincón Vanegas

@juanrinconv

Sobre el autor

Juan Rincón Vanegas

Juan Rincón Vanegas

Cultivo de folclor vallenato

Periodista, escritor y cronista, natural de Chimichagua, Cesar y ganador de distintos premios de periodismo con historias del folclor vallenato y sus distintos personajes. Actualmente se desempeña como Jefe de Prensa de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata.

@juanrinconv

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Abiertas las inscripciones para los concursos del 45° Festival de la Leyenda Vallenata

Abiertas las inscripciones para los concursos del 45° Festival de la Leyenda Vallenata

A partir de este jueves 1º de marzo desde las 8:00 de la mañana y hasta el 12 de abril de 2012 a las 5:00 de la tarde, estarán abier...

El concepto de dinastía en la música vallenata

El concepto de dinastía en la música vallenata

Con el homenaje a Los López, el Festival de la Leyenda Vallenata rindió tributo por primera vez a una familia entera de músicos de...

Una noche de cantautores en el callejón de la Purrututú

Una noche de cantautores en el callejón de la Purrututú

Si hay un lugar en el que se vive el vallenato clásico con toda la intensidad, es en los callejones del centro de Valledupar. Mecido p...

Manteca, de Mongo-Chano-Dizzy: un gran capítulo del Latin Jazz

Manteca, de Mongo-Chano-Dizzy: un gran capítulo del Latin Jazz

Fue una mañana, como muchas veces las son, brillante y cálida, entre largas sombras y reflejos verticales de los grandes edificios de...

Clara Cabello sigue casada con el recuerdo de Rafael Orozco

Clara Cabello sigue casada con el recuerdo de Rafael Orozco

Hace 22 años que le segaron la vida al cantante Rafael José Orozco Maestre en Barranquilla. Fue exactamente el jueves 11 de junio de ...

Lo más leído

¿Qué es la oralidad?

Javier Zamudio | Patrimonio

Vida y trayectoria de Rafael Pombo

Redacción | Literatura

La Cultura y el laberinto del poder

Omar Castillo | Pensamiento

La parranda vallenata como un ritual de amistad

María Ruth Mosquera | Música y folclor

Vallenato clásico

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Música y folclor

La Parranda vallenata

Carolina Rosa Guerra Ariza | Patrimonio

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados