Música y folclor
Salsa y vallenato
Es tan poco probable que se le reconozca la paternidad discográfica de la Salsa en Colombia a Los Corraleros de Majagual como que muchos de los más conservadores vallenatólogos sean conscientes del frecuente y fecundo diálogo que han tenido las músicas que hoy día, popularmente, son conocidas como Salsa y Vallenato, desde las épocas de la Sonora Matancera hasta las colaboraciones recientes de Daniel Calderón o Pipe Peláez con orquestas salseras colombianas.
La música afroantillana tiene sus primeras huellas en territorio colombiano en los años veinte del siglo pasado, con la aparición de la Jazz Band Lorduy de Cartagena y la Jazz Band Sosa de Barranquilla1 y fue en el Porro, con su gran explosión musical de mediados de siglo en los nombres de Lucho Bermúdez y Pacho Galán, entre otros, donde se encontró el sustrato fundamental del desarrollo de esta música en el caribe colombiano, que cuenta con una gran historia (en nombres como: Michi Sarmiento, Joe Madrid, Sofronín Martínez, Pablo Flórez, Francisco Zumaqué, Justo Almario, El Sexteto Tabalá, Son Palenque y, por supuesto, El Joe Arroyo, entre otros) así se la tenga como marginal en la historiografía oficial de la salsa colombiana.
Entre todos estos nombres, no se puede dejar de destacar, por ser el primer colombiano en actuar en las grandes ligas de la música afroantillana y por ser el primero en propiciar ese diálogo con el vallenato, al barranquillero Nelson Pinedo y sus actuaciones con la Sonora Matancera, conjunto con el que grabó, entre otros temas de compositores colombianos: El Ermitaño de Rafael Escalona y de José Barros: Momposina, que posteriormente fuera grabado con el acordeón de Beto Villa y la voz de Iván Villazón y El Vaquero, grabado posteriormente por Alberto Pacheco, siendo referenciado como un paseo vallenato. Años después, en 1984, al lado del boricua Tommy Olivencia, Pinedo grabaría Mi Salvación de Poncho Zuleta y Déjenme Quererla de Marcos Díaz.
Salsa con acordeón por grupos costeños
En la All Stars local Los Corraleros de Majagual recae la experiencia pionera de la Salsa, como tal, en Colombia, al grabar los LP: Salsa con los Corraleros de Majagual y Esta si es Salsa, luego de alternar con Johnny Pacheco y su grupo en Nueva York, trabajos con los cuales incursionaron en este movimiento aportando temas como: Don Eliseo, Quemando y El Mondongo, una de las más poderosas descargas grabadas en el continente. Una imparable explosión de sabor, de principio a fin de sus más de diez minutos de duración en la cual introducen, con el solo de acordeón del zambranero Cesar Castro, la primera aparición de este instrumento en este ámbito musical.
En este conjunto hicieron sus primeras armas grandes maestros del acordeón, como: Alfredo Gutiérrez, Calixto Ochoa y Lisandro Meza, quienes como solistas también grabaron números de música afroantillana, tales como: La Empanadita, Entre Rejas, Juventud Flaca y Loca, Te dejo libre, Sabroso Guaguancó y Felicidad, entre otros. El Rey vallenato Eliecer Ochoa, entre sus pocos éxitos al lado del prematura y trágicamente fallecido cantante Jagüero Lucho Cuadros, grabó el bello tema: Te están matando los años, reseñado como Pasebol, pero con un swing salsero innegable por su clave de 3 – 2 que le diferencia de otras canciones también etiquetadas de la misma manera.
Mención particular debe hacerse de Alfredo Gutiérrez, el ex Corralero de Majagual que más música afroantillana con acordeón ha interpretado, principalmente como miembro líder de Los Caporales del Magdalena, conjunto donde compartió con Aniceto Molina y con quienes destacaron los temas Salsa Mona, Salsa Machucada y Salsa con Jala jala, aunque también con su propio conjunto destacó los temas: Esa mulata, Salsa pal monte y Cuando un amor se aleja.
En este aparte de la música de acordeón del caribe colombiano no puede dejar de nombrarse al mago del acordeón: Aníbal Velásquez, quien ha dejado su huella de manera indeleble en la música afroantillana, ya que revolucionó la tradicional Guaracha cubana, personalizándola y creando, incluso, un ritmo distinto aunque homónimo, destacando entre sus grabaciones: Ahora seremos felices, Descárgate Nicolás, Charanga con Salsa, Descarga loca, Sal y Agua, Santo amor, El manisero (A dúo con Alfredo Gutiérrez), Guaracha en España, Cachita, Remolinos y El cumbanchero.
Los ecos de estos maestros pioneros no se perdieron en el tiempo ya que, a pesar de un gran periodo de ausencia de estos ritmos en el panorama musical, en trabajos discográficos recientes de Chelito de Castro como: Acordeón Latino y Exclusivo, podemos encontrar, entre otros, los números: Siboney, Fina Estampa, Lamento Borincano, El negrito del batey, Garota de Ipanema, Sabor a mí y muchos más, no solo del espectro musical caribeño sino de otras latitudes latinoamericanas reinterpretados desde su visión particular musical.
Carlos Russo, joven acordeonista Samario, en su proyecto: “El acordeón diatónico como instrumento armónico melódico universal”, donde realiza experimentaciones con diferentes ritmos a partir de sus conocimientos de armonía tonal moderna, tales como: Bachata, Salsa, Bolero, Jazz y Puya Vallenata, entre otros, con canciones inéditas, nos presenta un trabajo académico, con bases científicas en sus proposiciones, que le permite sobrepasar los límites que el empirismo ha impuesto a muchos de los acordeoneros tradicionales (y actuales), imprimiendo a esas interpretaciones unas características diferenciadoras frente a los predecesores que vale la pena tener en cuenta, explorar y apreciar como ruptura, apertura de caminos a nuevos sonidos que permiten enriquecer la ya nutrida tradición musical del caribe colombiano que tantas veces parece estancada, por lo menos en lo comercial.
Vallenatos por orquestas salseras
Luego de la trocha abierta por Pinedo y la Matancera, no han sido pocas las orquestas salseras, nacionales e internacionales, que han incluido en su repertorio temas del ámbito vallenato, de tal forma que en el recuento podemos hacer una subdivisión entre los clásicos y las novedades vallenatas que se han grabado por grupos del movimiento salsero.
Entre los vallenatos recientes versionados en Salsa nos encontramos con: Caminaré y Tu hombre soy yo de Felipe Peláez, Tu de Los inquietos, Tragao de ti de Peter Manjarrez, Te perdoné de Jorgito Celedón y Quién eres tú, Cómo te atreves e Infiel, de Daniel Calderón con Los Gigantes y Te pierdo y te pienso, grabada por el boricua Víctor Manuel en el 2002.
En cuanto a los vallenatos clásicos, llama la atención la versión realizada por el Sexteto Borinquén de María Espejo, por la característica netamente rural de las dos músicas puestas en diálogo en este número grabado como un Son tradicional.
Los trabajos llamados: Roberto Torres y su Charanga Vallenata (I, II y III) configuran el, hasta ahora, más ambicioso proyecto en el cual se han hermanado estos dos ámbitos musicales, con un total de 13 canciones vallenatas grabadas de las18 en total de los discos, destacándose en estos trabajos las versiones de: El Viejo Miguel, La Casa en el aire, El Cantor de Fonseca, La Negra y Señora.
Otros trabajos discográficos dedicados casi en su totalidad al Vallenato por grupos Salseros son: El Marimbero, de Daniel Santos, grabado en 1981, trabajo del cual sólo es rastreable en YouTube el tema que le dio nombre al LP, de autoría de Romualdo Brito y Homenaje al Vallenato, aparecido en el 2017, de Alfredo De La Fe junto a varios artistas del folclor, donde destaca como experimento musical el tema: Montuno con Puya al lado del rey vallenato de 1991, Julián Rojas.
El Gran Combo de Puerto Rico (grupo por el cual descubrí este fenómeno del Vallenato en Salsa, durante unos Carnavales de Barranquilla), sin embargo, es la orquesta que con mayor éxito, no sólo musical sino comercial, ha logrado incluir clásicos del vallenato en su repertorio, interpretando de manera magistral en diferentes formatos: Simulación, Nido de amor, Por ella, Amor Comprado, Matilde Lina y Martha.
Roberto Roena en el álbum 5 con su Apolo Sound, grabó con el nombre El cui cui el tema Manantial del Alma de Calixto Ochoa. El Cantante de los Cantantes, Héctor Lavoe, en el álbum Comedia de 1978 grabó de Freddy Molina. El gran Ismael Rivera en el álbum Maelo el único grabó Dime por qué, número que muchos consideran equivocadamente la primera grabación de un Vallenato en Salsa. La orquesta Los Rodríguez grabó en el álbum Tienen sabor de 1983 El Cóndor legendario con el nombre El Hombre Solitario. El panameño Gabino Pampini grabó en el álbum Vuelve la Salsa de 1998: Se acabaron ya, Cano Estremera y Bobby Valentín grabaron en el álbum El Gato de 1980 una versión muy particular de La mujer y la primavera. La orquesta venezolana La Dimensión Latina grabó en el álbum Canto para ti: Compadre querido y en el álbum Los Dueños del Caribe de 1990 grabaron: Está muriendo un amor y El mejoral, además del tema Chacunchá, en el cual, seguramente, se inspiró el Binomio de Oro para su pegajoso número A ritmo Chacunchá, grabado en 1991 en el álbum Binomio de Oro de América. Gloria Estefan en el exitosísimo álbum Abriendo Puertas de 1995, bajo la batuta de Kike Santander y con el acordeón del Cocha Molina grabó el tema La Parranda, una especie de Vallenato Pop, aunque diferente en estilo a los de Carlos Vives.
El grupo Barranquillero Raíces, famoso por el tema Fiesta, siempre ligado a la Selección colombiana de futbol desde su aparición, grabó la canción Igual que aquella noche en el álbum Internacional de 1989, La Molinera en el LP Raíces de 1990 y en el LP Grupo Raíces de 1993: Momentos de amor.
El Joe Arroyo versionó Rosángelina, un tema que muchos creen es un vallenato pero realmente es un Pasaje del venezolano Juan Vicente Torrealba; también versionó El Verano del maestro Leandro Díaz en el álbum La Guerra de los Callados de 1991 y grabó al lado de Emilianito Zuleta el Merengue Yo soy el folclor de Luis Cujia, incursionando en un género que no le es ajeno pues en su momento fue corista de varias agrupaciones vallenatas.
La orquesta Guayacán no solo incluyó en su álbum Como en un baile un mosaico denominado: Guayacán vallenato, que incluía El Mejoral, La Caja negra y El Chevrolito, con el acordeón de Colacho Mendoza, sino que grabó tres números salseros incluyendo en ellos el acordeón: Arriba mi folclor (un homenaje de Nino Caicedo al vallenato) y Amor Traicionero, con el acordeón de Juancho Rois y Parrandero, con el acordeón de El Cocha Molina.
El grupo Niche, quizá la orquesta Salsera más importante del país, no podía ser ajena a este fenómeno, al cual contribuyó grabando en el álbum Prepárate de 1982 la canción La Gota Fría y en 1991 en el álbum Llegando al 100% Mi Pueblo Natal, tema concebido como Paseo Vallenato por el maestro Jairo Varela y que, como tal, sería grabado posteriormente por Los Hermanos Zuleta en el álbum Cien Días de Bohemia.
Colaboraciones entre salseros y vallenateros
Finalizando este recorrido, seguro incompleto, por los testimonios del diálogo entre la Salsa y el Vallenato, resaltaré una serie de temas que, si bien no son todos Salsas con acordeón o Vallenatos en formato salsero, son muestra del intercambio frecuente entre artistas de estos dos ámbitos, como: Hoy por siempre y para Siempre por Gilberto Santa Rosa y Felipe Peláez, Lo que me hiciste y No todo puede llamarse amor por Jorge Celedón y Víctor Manuel, El Mejoral por Juan Piña y Andy Montañez, quien hace unos años anunció un trabajo que se llamaría: Andy Montañez con corazón vallenato, pero que hasta el momento no parece haberse concretado. El paranpampan por Óscar de León y Jorge Celedón.
Se debe hacer mención especial en este punto del gran Joe Arroyo, quien en estudios grabara: Ella y Tú al lado Felipe Peláez y Ron pa to el mundo al lado del Cacique, Diomedes Díaz, con quien, además, en un par de conciertos que han quedado para la posteridad cantó: Mi primera cana, El mártir, Lucero Espiritual, El Muñeco y Mi compadre se cayó. En otro concierto, también, cantó la canción Tengo un dolor al lado de Iván Villazón, dando muestras de su gran aprecio por esta música y su estrecha amistad con varios de los intérpretes de la música vallenata.
Coda
No se pueden dejar de referenciar los trabajos: Mi estilo Vallenato (1983) y Alma de Vallenato (1985), grabados por Alci Acosta y Rafael Ricardo, que recién descubrí, rastreando el álbum antes nombrado hecho por Daniel Santos y que me fueron referenciados por el profesor Abel Medina. En ambos LP se entrelazan Boleros en acordeón y Vallenatos de marcado corte romántico. Barajas, del maestro Sergio Moya es muestra de estos últimos y A dónde va mi vida de los primeros. Es este un tema que, a pesar de ser etiquetado y concebido musicalmente como un Paseo, en su letra conserva toda la esencia de los boleros que el maestro soledeño acostumbra interpretar.
Hablando de Boleros no se pueden dejar de tener presente la “curiosidad” de que Los Hermanos Zuleta han grabado varias canciones de este ritmo caribeño, adaptados como paseos vallenatos: La espinita de Nico Jiménez en el álbum Mañanitas de Invierno de 1992, Senderito de Ventura Romero en el álbum Tardes de Verano de 1994 y Olvido de Miguel Matamoros en el álbum Cantaré del 2002.
En el año 2000 Poncho grabó al lado de su sobrino Iván Zuleta la canción Gotitas de dolor de Julio Rodríguez y Diomedes Díaz grabó al lado del Cocha Molina el bellísimo bolero El Ausente del Isaac Villanueva en el álbum Gracias a Dios del 2002.
Luis Carlos Ramírez Lascarro
@Luiskramirezl
Referencias:
1 Muñoz, Enrique. Jazz en Colombia: Desde los alegres años 20 hasta nuestros días. La Iguana Ciega, 2007.
Sobre el autor
Luis Carlos Ramirez Lascarro
A tres tabacos
Guamal, Magdalena, Colombia, 1984. Historiador y Gestor patrimonial, egresado de la Universidad del Magdalena. Autor de los libros: La cumbia en Guamal, Magdalena, en coautoría con David Ramírez (2023); El acordeón de Juancho (2020) y Semana Santa de Guamal, Magdalena, una reseña histórica, en coautoría con Alberto Ávila Bagarozza (2020). Autor de las obras teatrales: Flores de María (2020), montada por el colectivo Maderos Teatro de Valledupar, y Cruselfa (2020), Monólogo coescrito con Luis Mario Jiménez, quien lo representa. Ha participado en las antologías poéticas: Poesía Social sin banderas (2005); Polen para fecundar manantiales (2008); Con otra voz y Poemas inolvidables (2011), Tocando el viento (2012) Antología Nacional de Relata (2013), Contagio poesía (2020) y Quemarlo todo (2021). He participado en las antologías narrativas: Elipsis internacional y Diez años no son tanto (2021). Ha participado en las siguientes revistas de divulgación: Hojalata y María mulata (2020); Heterotopías (2022) y Atarraya cultural (2023). He participado en todos los números de la revista La gota fría: No. 1 (2018), No. 2 (2020), No. 3 (2021), No. 4 (2022) y No. 5 (2023). Ha participado en los siguientes eventos culturales como conferencista invitado: Segundo Simposio literario estudiantil IED NARA (2023), con la ponencia: La literatura como reflejo de la identidad del caribe colombiano; VI Encuentro nacional de investigadores de la música vallenata (2017), con la ponencia: Julio Erazo Cuevas, el Juglar guamalero y Foro Vallenato clásico (2016), en el marco del 49 Festival de la Leyenda vallenata, con la ponencia: Zuletazos clásicos. Ha participado como corrector estilístico y ortotipográfico de los siguientes libros: El vallenato en Bogotá, su redención y popularidad (2021) y Poesía romántica en el canto vallenato: Rosendo Romero Ospino, el poeta del camino (2020), en el cual también participé como prologuista. El artículo El vallenato protesta fue citado en la tesis de maestría en musicología: El vallenato de “protesta”: La obra musical de Máximo Jiménez (2017); Los artículos: Poesía en la música vallenata y Salsa y vallenato fueron citados en el libro: Poesía romántica en el canto vallenato: Rosendo Romero Ospino, el poeta del camino (2020); El artículo La ciencia y el vallenato fue citado en la tesis de maestría en Literatura hispanoamericana y del caribe: Rafael Manjarrez: el vínculo entre la tradición y la modernidad (2021).
7 Comentarios
Amigo Luis, Lo felicito por esa tremenda crónica....Quiero aportar algo, en el LP de Niche donde está LA Gota Fría, tbn viene otro tema Vallenato, se trata de GITANA que es composición de Roberto Calderón y fue grabado por Los Betos...
Interesante publicación...Uno que otro olvido, pero en términos generales muy bueno...aprendí hoy algunos tópicos musicales que desconocía. Debieron hacer el comparativo entre el tema SABROSO de Roberto Roena y Adalberto Santiago y CANTANDO de El Binomio de Oro.
Definitivamente todos los días se aprende algo nuevo, hoy aprendí algo más de la música colombiana y sus aportes en la salsa. Gracias por esa información y a los compañeros que han hecho sus aportes
Enrique Luis Muñoz Vélez, una pluma excelsa, conocedor de la antropogenesis de la Música.
Siempre habrá ausencias de contenido pero se fajo en su investigación
Felicitaciones al autor Luis Carlos Ramírez Lascarro, por esta completa y pedagógica investigación, sobre los inicios de la salsa en Colombia
Les agradezco a los lectores que me ayuden a enrriquecer el texto, aportándome los datos de temas que me hayan faltado. Gracias a todos por leerme!
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