Música y folclor

De música africana a champeta

Luis Gerardo Martínez Miranda

25/05/2022 - 04:40

 

De música africana a champeta
El grupo Kombilesa Mi en una de sus presentaciones musicales / Foto: El Universal

 

Como género musical, la champeta se circunscribe al África occidental y Central, a los países circunscritos al área del golfo de Guinea. Los núcleos que la conforman son variados ya que no existe una raíz única ni un ritmo exclusivo. Del Zaire (hoy República Democrática del Congo), cuna del Soukouss, ha salido la mayor influencia ejercida sobre el Caribe (Martinica, Haití, Barbados), incluyendo también las ciudades de Cartagena y Barranquilla. Así también sobresalen desde Nigeria otros ritmos como el ju-ju, el waka, el fuji, el highlife y el afrobeat, del famoso Fela Añiculapu Kuti.

Junto a los ritmos anteriormente expuestos, también hacen parte fundamental de este complejo musical afrocaribeño el compás haitiano y el seis puertorriqueño, más conocido como música jíbara, entre la cual encontramos intérpretes como: Ramito, Manatí, la Calandria, Chianita, Baltazar Carrero, el Gallito de Manatí o Jesús Sánchez, más conocido como Chuito.

Todas esas costumbres musicales se trasladaron al nuevo continente para enriquecer la cultura musical de la diáspora africana en esas nuevas tierras en las cuales tenían que adaptarse y organizarse socialmente individuos provenientes de distintos grupos étnicos con muchos elementos en común. En América, la tradición africana se transformó, a causa del inhumano comercio de cautivos que perduró por más de cuatro siglos entre África y América, algunas etnias africanas mediante la religión, reconstruyeron su mundo cosmogónico en las nuevas condiciones en las que les correspondió vivir. En su sistema, entremezclado con otros símbolos religiosos de otras culturas, se reafirmaron y proyectaron hasta nuestros días sus símbolos, signos y sentidos de vida y muerte.

Los esclavizados combinaron su talento con la música europea, lo cual da como resultado una música nueva con características propias: la contradanza, la danza, el danzón y el merengue, entre otros (Archbold, 1994: 10). Como ejercicio recíproco también se encuentran músicos de formación europea, quienes toman elementos melódicos y rítmicos e instrumentos del ancestro africano, de la misma manera en que lo hacen los músicos nativos de América al entrar en contacto con la comunidad afro.

Africanos y afrodescendientes ejercieron una resistencia cultural a la esclavización, intentando por diferentes vías mantener su memoria y recrear sus culturas. Aunque no fue una tarea fácil, esas resistencias tuvieron como resultado la permanencia de legados ancestrales que aún en la actualidad siguen vigentes, entre los cuales podemos mencionar las practicas fúnebres como el lumbalú del Palenque de San Basilio y los alabaos de la Costa Pacífca, la medicina tradicional, la Familia extendida o las relaciones de parentesco que cruzan la vida social de estos pueblos y son pocos los campos de la vida que no se ven in±uidos por la música.

Todo este compendio musical, venido de distintos puntos o focos creados por la diáspora africana se reúne en el importante puerto marítimo de la costa norte colombiana. Cartagena, dando inicio a un movimiento de resistencia cultural de los descendientes de los africanos allí radicados o simplemente de los que en él laboran en aras de mejorar sus precarias condiciones de vida. Dicho movimiento mantiene en una pugna constante a dos clases sociales antagónicas como lo son las elites cartagenera y barranquillera y la población afro residente en las zonas periféricas de estas ciudades. En medio de esta tensión constante se encuentra la búsqueda de la persistencia de la llamada identidad de cada clase.

En este universo musical, creado por la diáspora africana en todo el continente americano, se encuentra enmarcada la cultura afrocaribeña de la cual hace parte el Palenque de San Basilio, una población poseedora de unas peculiaridades culturales específicas con raíces profundas en el continente africano. Entre los elementos más importantes de la cultura palenquera encontramos el palenquero —lengua perteneciente a la familia lingüística Bantú hablada en algunas regiones de la actual República Democrática del Congo o antiguo Zaire—, constituida por elementos hispánicos y aportes africanos en mayor porcentaje, derivados de la lengua del África Central, entre ellos el ki-kongo y el ki-mbundu.

Por otro lado, en la memoria colectiva sobrevive un personaje histórico-mítico: Benkos Bioho, el primer héroe palenquero identifcado como tal, quien fue capturado en la región de Guinea-Bissau en el África Occidental, de la que forman parte las islas de Bijao o Bisago, lugar de extracción de esclavos durante la trata. Biohó se convertirá en el líder cimarrón más significativo de la historia afrocolombiana al dirigir el movimiento antiesclavista más importante del litoral caribe, del cual es producto el palenque en mención.

Por último, figura la existencia de diversas expresiones musicales entre las cuales encontramos el lumbalú, los cantos de trabajo, los juegos y cantos de velorio, las décimas, la música de sexteto y otras de reconocimiento nacional como lo son el bullerengue, la cumbia y el mapalé, que se practican también en otros sitios del litoral caribe.

Además de las anteriores manifestaciones de la cultura palenquera, existe una novedosa forma musical que data desde finales de la década 1960, la champeta, manifestación musical que tiene sus génesis en el África negra, y que se ha convertido en elemento primordial de las celebraciones y festividades de los palenqueros dentro del poblado y en los centros urbanos que son sitios de residencia de esta comunidad. Gracias a las adaptaciones que se le han hecho, este género se ha convertido en el ritmo musical revolucionario de finales del siglo XX y principios del XXI y, por consiguiente, tema de sumo interés para las distintas disciplinas de las ciencias sociales.

¿Qué es la champeta?

A lo largo y ancho del litoral caribe, se le da el nombre de champeta al cuchillo utilizado por la clase trabajadora campesina en los mercados públicos, con el cual se cortan los víveres y carnes que son despachados por los vendedores. A finales del decenio de los años 1960, se designó con este nombre a nueva expresión musical cuyos bailadores también usaban dicho cuchillo como arma en las riñas callejeras. Esos bailadores por lo general hacen parte del gremio de la economía informal cartagenera.

En sus inicios, este tipo de música sólo se escuchaba en los barrios populares de la ciudad y fue asimilada con mayor intensidad por la población de ascendencia africana radicada inicialmente en el barrio de Chambacú y más tarde reubicada en barrios periféricos de la ciudad como Nariño, San Francisco, Pablo VI y la Candelaria, en los cuales habita un alto porcentaje de población palenquera.

Con respecto al origen de la champeta, Nicolás Contreras, profesor de comunicación social de la Universidad Autónoma del Caribe, en su ponencia presentada en el foro La champeta: vida y ser de Cartagena en la Universidad de Cartagena el 12 de agosto de 2002, afirma que: “La champeta es mucho más que música y baile, me refiero a un movimiento sociocultural [sic] que fue llevando poco a poco a Colombia [sic] que hasta entonces se había medido como un país andino y no como un país caribeño, a reconocerse dentro [sic] de las naciones caribeñas, porque en el Caribe la matriz cultural [sic] si nosotros consideramos al Caribe como una ecuación de conjunto [sic] vemos que la intersección en todo el Caribe es África [...] todas estas cosas se esconden detrás de la champeta; entonces champeta se le llamó a la música que viene del Brasil y el Caribe hispanohablante, esto arrancó un poquito antes de los sesentas [sic] y en los setentas [sic] a la música que viene de mamá África [...] lo curioso y que me eriza los pelos es que resulta que la música que nos gustó fue precisamente la música de donde trajeron a nuestros abuelos, la música del Congo, la música de Nigeria, la música de Togo, la música de Ghana, en fin esa música [...]”.

En los años 70, debido al racismo latente de un segmento de la llamada “sociedad culta”, en un alarde de segregación sociolingüística, aparece el despectivo término champeta para referirse a las personas que gustaban de ese ritmo, generalmente, de rasgos etnoafricanos y residentes en los estratos sociales populares de escasa inversión estatal. Champetúo o champetudo proviene de Champa, fonema de origen africano, que alude al cuchillo rústico de la cocina o machetilla. La palabra se erigió en un sema apropiado de satanización, que estigmatiza en la actualidad a los amantes de estos ritmos y que hizo carrera a través de distintas instituciones sociales, como la escuela, la policía y la iglesia, entre otros.

Sobre el origen del término champeta, Manuel Hernández Valdés, palenquero, comunicador social e investigador de la cultura palenquera, dice:

El término champeta es evidentemente una palabra africana, que nace desde los palenques del Caribe hacia el resto del mundo, el término como tal es africano, adscrita a la lengua palenquera es una palabra compuesta por un prefijo cha y un sufijo mpeta, el prefijo “cha” en lengua palenquera significa viejo, usted recuerda que nosotros decimos cha coma, cha lole y cuando es niña decimos ña. El sufijo mpeta significa pedacito mpito; un mgpito yuka, un mgpito kaña, en lengua palenquera; entonces champeta es una palabra compuesta entre algo viejo y un pedazo de algo, en este sentido es el cuchillo viejo y ¿de dónde surge ese cuchillo? del proceso siguiente: Se compra el machete también conocido como rula, la Rula en su tiempo de uso pasa a ser soco que también es una palabra africana, de soco pasa a chambelón y en ese mismo desgaste termina en champeta que es lo último de ese machete o esa rula. Esa rula a medida que pasa el tiempo tiene un uso y el cuchillo que es la champeta, uno de los últimos usos que se le da, terminando en la cocina. Ese pedazo de cuchillo viejo que viene de un machete es la champeta allí está la expresión cha: viejo y mpeta: pedazo de una rula [Entrevista realizada a Manuel Hernández Valdés].

 

Luis Gerardo Martínez Miranda

Historiador Universidad de los Andes

Acerca de esta publicación: El artículo publicado bajo el título “ De música africana a Champeta ”, de Luis Gerardo Martínez Miranda, corresponde a un capítulo del ensayo académico “La champeta, una forma de resistencia palenquera a las dinámicas de exclusión”, del autor mencionado.

1 Comentarios


Uriel 28-05-2020 06:08 AM

El gran historiador palenquero Luis Gerardo Martínez Miranda, aclara algo que es motivo de disputa social y semántica sobre la champeta y su origen.

Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Historia de la Salsa en Colombia: su llegada y desarrollo en Bogotá

Historia de la Salsa en Colombia: su llegada y desarrollo en Bogotá

  Colombia es salsa. Lo fue por completo desde los años 70 hasta mediados de los 90, y desde entonces, nunca ha perdido sabor. Sus ...

El dúo Ángel Herrera y Carlos Ovallos, jugando en serio

El dúo Ángel Herrera y Carlos Ovallos, jugando en serio

Llevaba tiempo Ángel Herrera deseando presentarse en un programa televisivo como Vallenatos Fans. De hecho, el joven cantante habló e...

Camilo Namén todavía llora con Mi gran amigo

Camilo Namén todavía llora con Mi gran amigo

De niño, su primer juguete fue un totumo que presumía era un carrito, y ya jovencito vendía cuques con la tártara en la mano. Inclu...

El Vallenato y los aportes musicales de los Támara Bermúdez

El Vallenato y los aportes musicales de los Támara Bermúdez

El juglar de la música vallenata, Abel Antonio Villa, mencionó en una tertulia musical organizada por Comfamiliar, Atlántico, y diri...

A Olga Piña el marido la celaba con Diomedes Díaz

A Olga Piña el marido la celaba con Diomedes Díaz

Ese mediodía a Corozal (Sucre) lo visitaba el sol que, como de costumbre, tenía toda su carga puesta. Además, la cita con Olga Reg...

Lo más leído

Débora Arango, la huella de una gran artista colombiana

Marta Elena Bravo de Hermelin | Artes plásticas

Luís Magín Díaz, una vida para componer

Redacción | Música y folclor

La estancia de Altos del Rosario

Álvaro Rojano Osorio | Pueblos

¡Gracias por esta bonita Combinación!

Nicolás Fernando Ceballos Galvis | Música y folclor

Omar Geles, el homenajeado

Jorge Nain Ruiz | Música y folclor

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados