Música y folclor
Massiris Cabeza: abridor de caminos en la vallenatología

El docente, investigador y consultor nacional e internacional de origen cordobés, Ángel Massiris Cabeza, doctor en geografía de la UNAM, publicó hace unos años el libro: Elegías Vallenatas, Poesía lírica de lamento en el canto vallenato, con Manexca editores. Un trabajo investigativo con el cual da continuidad a los aportes que ha venido realizando en el estudio de la música del caribe colombiano, entre los cuales destacan: Diversidad y riqueza de estilos de la música vallenata del caribe colombiano: aproximación geográfica cultural, Ismael Rudas: Vida y obra de un ícono de la música vallenata, Adrián Pablo Villamizar: Vida y obra de un trovador vallenato y Caribe y Julio De la Ossa: Vida y obra de un gigante del acordeón, los cuales pueden ser consultados en sus páginas: Cultura músical del Caribe colombiano, y Massiris.
En este libro de cinco capítulos, cuarenta y siete tablas y dieciséis apéndices (que tienen la novedad tecnológica de haber sido dados mediante la lectura de un código QR, por su extensión, para ser descargados en PDF) el profesor Massiris se distancia de los libros pertenecientes al discurso hegemónico de la Vallenatología en dos aspectos fundamentales: abarca, por un lado, a todas las músicas de acordeón del caribe colombiano, ciñéndose al significado dado por la RAE: “Música y canto originarios de la región caribeña de Colombia, normalmente con acompañamiento del acordeón” y que se termina correspondiendo con el uso dado por los hablantes comunes y la misma industria han determinado desde hace años, acerca de esta música, al margen de lo que los estudiosos regionalistas de estas músicas puedan decir. Y, por otro lado, emplea una metodología clara, precisa y rigurosa, que abarca aspectos cuantitativos y cualitativos, definida conceptual y operativamente para determinar las canciones que son elegías dentro del cancionero vallenato y establecer una tipología de las mismas.
En la caracterización de las elegías resalta la intención decidida de minimizar la subjetividad de la operación al establecer y definir claramente los atributos, factores e indicadores tenidos en cuenta para su selección o descarte, siendo particularmente importante, por su carácter excluyente, la Actitud lírica, puesto que un canto en el cual no se encuentre la Actitud Carmínica, como en el caso de los cantos de Lamento Social, no es una elegía. El sentimiento estético, contextualizado a la canción vallenata y entendido como la conjugación de “la expresión poética de la letra y la expresión musical del canto” es un concepto muy importante, también, en el libro, ya que nos permite una clara aproximación a la completitud que tienen en la obra litero–musical letra y canto, descartando para las canciones la revisión de sus elementos retóricos aislados de sus elementos musicales, pues su retórica y estética están orientadas al sonido no al silencio, al comprenderse que estos han sido hechos los unos para los otros, casi que de manera inseparable, corriéndose el riesgo de desfigurar a los unos a los otros en ese intento. La gran carga subjetiva que conlleva la percepción de lo bello y, por ende, la valoración del sentimiento estético estuvo limitada por los elementos conceptuales que enmarcaron el análisis y permitieron aportar la mayor objetividad posible al análisis de las canciones.
Este distanciamiento metodológico puede parecer menor y, para algunos puede ser despreciable, al considerar que el folklor no debe revisarse científicamente sino sólo desde el disfrute, desde lo vivencial y anecdótico, como si el ejercicio reflexivo acerca de un fenómeno gozoso pudiera disminuir la intensidad de su goce.
Este esfuerzo en procura de dar rigor científico y exigencia académica al estudio de la música vallenata está hecho, antes que nada, por una persona cuya existencia ha estado marcada por esta música, que la ha disfrutado como el que más y, por esto mismo, ha querido honrarla y engrandecerla de la manera que mejor sabe hacerlo: abordándola con las herramientas que su quehacer académico e intelectual le han brindado. Herramientas entre las cuales destaca el Sistema de Información Musical de propiedad del autor (SIMAM), con más de 49700 canciones vallenatas de todos los tiempos, que le permite realizar agrupaciones, comparaciones e identificar muy fácilmente rasgos característicos de las canciones a partir de los cuales deducir, con propiedad, por ejemplo, que antes de 1950, de acuerdo al SIMAM, no fue grabada ninguna canción de lamento y construir una Matriz de decisión para la determinación de Elegías vallenatas, entre otras cuantificaciones que de otra manera son más difíciles de realizar.
Este es un libro pionero en conceptualización en el campo de la Vallenatología, ya que, al no contarse con antecedentes en el ámbito el doctor Massiris construye su propio concepto de Elegía vallenata, dentro de un marco que nos brinda y que incluye la descripción del paradigma estilístico de las canciones de texto lírico, con sus dos vertientes: de amor y dolor, que caracterizó al vallenato a partir de los años setentas del siglo pasado y que le sirve de soporte para el libro: “Rosendo Romero, el poeta del camino” en el cual trabaja y se podrán encontrar otros aportes significativos al estudio de la lírica vallenata, revisando, entre otras cosas, lo que ha sido la historia de la literatura y su relación con la poesía y la música, así como las distintas aproximaciones conceptuales o expresiones artísticas que se han dado a través del tiempo y cómo éstas se han manifestado en la canción popular iberoamericana en general y vallenata en particular.
Saludo con entusiasmo la irrupción de esta figura y estos textos en la ya nutrida bibliografía acerca de la música vallenata, por su renovadora propuesta, la luz que lanza y los caminos que abre en la investigación de esta música popular y mi identificación personal con sus métodos y formas. Espero con gran entusiasmo, también, sus próximos trabajos, particularmente el que revisará la obra del maestro Rosendo, para que supla, de algún modo, la carencia documental y académica que han tenido los homenajes hechos por la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata y que ahora es peor, cuando sólo se realiza un reconocimiento a los actores, como si no fuera suficiente ya con el dado por el público, sin toda la carga simbólica que traían los homenajes antes usados, con todo y sus falencias y polémicas.
Les invito a todos a leer Elegías vallenatas, para lo cual pueden contactar al autor o a la editorial a los siguientes correos: massiris@gmail.com manexcaeditores@gmail.com -.
Luis Carlos Ramírez Lascarro
Sobre el autor

Luis Carlos Ramirez Lascarro
A tres tabacos
Luis Carlos Ramírez Lascarro, Guamal, Magdalena, Colombia, 1984. Estudiante de Historia y Patrimonio en la Universidad del Magdalena. Autor de los libros: El acordeón de Juancho y otros cuentos y Semana Santa de Guamal, una reseña histórica; ambos con Fallidos editores en el 2020. Ha publicado en las antologías: Poesía Social sin banderas (2005); Polen para fecundar manantiales (2008); Con otra voz y Poemas inolvidables (2011); Tocando el viento (2012) Antología Nacional de Relata (2013), Diez años no son tanto y Antología Elipsis internacional (2021). Ponente invitado al Foro Vallenato Clásico en el marco del 49 Festival de la Leyenda Vallenata (2016) y al VI Encuentro Nacional de Investigadores de Música Vallenata (2017). Su ensayo: El Vallenato protesta fue incluido en el 4to Número de la Revista Vallenatología de la UPC (2017). En el 2019 escribe la obra teatral Flores de María, inspirada en el poema musical Alicia Adorada, montada por Maderos Teatro y participa como coautor del monólogo Cruselfa. Algunos de sus poemas han sido incluidos en la edición 30 de la Revista Mariamulata y la edición 6 de la Gaceta Hojalata (2020). Colaborador frecuente de la revista cultural La Gota fría del Fondo mixto de cultura de La Guajira.
1 Comentarios
Esta reseña del libro Elegías Vallenatas, de Ángel Massiris, es una apreciación muy inteligente y oportuna y solo puede venir de un lector que valora lo vernáculo y tiene la sensibilidad y el dominio de las letras para hacerla.
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