Música y folclor
Estéticas musicales mestizas: ¿Cómo se formó gran parte del folclor latinoamericano?
La importación en América de instrumentos europeos (pero también africanos como los tambores, las congas) no es el único rasgo que caracteriza las músicas mestizas latinoamericanas. Los españoles introducen también una escala musical más amplia que la pentatónica indígena y un repertorio melódico y poético, transmitido a la vez oralmente y por mediación de escritos como los cancioneros.
La música barroca peninsular impone sus compases ternarios y binarios, siendo las más frecuentes las de (3/4 y 6/ 8) y que, gracias al puntillo, pueden ser reducidas a compases binarios. Según los musicólogos, la americanización de la música barroca se debe a la generalización sistemática de esas estructuras rítmicas. La reproducción no es copia fiel del original ya que los acentos de los tiempos fuertes y débiles se desplazan según los instrumentistas. En este proceso de americanización, los esclavos negros y los libertos han desempeñado un papel fundamental dando a las percusiones una relevancia que no tenían en Europa y creando células rítmicas nuevas caracterizadas por las notas sincopadas, a contratiempo, y por las suspensiones (prolongando una nota que forma parte de un acorde sobre el siguiente, produciendo disonancia).
Conviene insistir en tres puntos fundamentales. El primero es la voz humana, tan importante en contextos políticos y religiosos. La voz cantada no es la voz hablada. La voz cantada utiliza nuevos recursos, otra manera de colocarse, de impostarse. La intensidad y la transmisión de una emoción. En segundo lugar, la relación entre el ejecutante y su instrumento. Para nosotros, un instrumento musical es un instrumento que produce sonidos. En el Congo, por ejemplo, se afina el arpa en relación con la voz del ejecutante. Se dice que el arpa capta su voz, enuncia sus palabras. Un instrumento decorado como por ejemplo un tambor con figura animal significa que el ancestro de ese animal representado presta su rostro al sonido del tambor. En la música popular latinoamericana (por ejemplo las zambas argentinas) el ejecutante dice, "mi guitarra te canta".
Por último, la ofrenda que constituye la interpretación personal y el reto, ya que en la mayoría de los casos de música mestiza y popular hay desafío, constituyen un rasgo fundamental de estas músicas. El solista se afirma como individuo: "Yo soy fulano de tal, etc.". O bien, como en esta valona de Guanajuato, México:
Ya viene Goya Barajas,
ramilletito de azahar
que cuando sale a pasear
hasta los campos transcienden.
Estas estéticas mestizas invaden todos los niveles de la sociedad. Tenemos formas cultas o hegemónicas (motetes, himnos, armonizaciones dirigidas por los jesuitas en las misiones, pero también por músicos indígenas o negros) y formas populares o subalternas ejecutadas por gentes de origen social bajo, como los mestizos, las castas y los mulatos, que atraviesan la barrera de clase y llegan a las altas esferas de la sociedad colonial o republicana). Tenemos composiciones religiosas o profanas, serias o bufas, y entre la esfera culta y la esfera "baja" de la sociedad las pasarelas son diversas, y lo que fue antes un arte barroco, puede convertirse con el paso del tiempo en arte popular y rural, como los cantos a lo divino de Chile. Las décimas, versificación del Siglo de Oro, tienen gran difusión en América, bajo una forma poética y culta (Sor Juana Inés de la Cruz, quien gana un concurso de décimas improvisadas en 1683; y ya en el siglo XX, Rubén Darío y Violeta Parra) y como canto popular.
Las estéticas mestizas son el fruto de aportes diversos indígenas, africanos y, sobre todo, españoles y europeos. Pero lo que nos interesa destacar aquí es la importancia de esta expresión artística en la construcción de identidades locales, populares, criollas, híbridas y, sobre todo en sus aspectos profanos, festivos, "populares", su capacidad a la vez subversiva (atravesar las fronteras) e integrativa, gracias a los múltiples procesos identificatorios contenidos en los ritmos y en las palabras.
Carmen Bernand
Doctora en antropología, Université Sorbonne. Doctora en Ciencias Sociales, Université de Paris 7. Profesora emérita de la Universidad de París X Nanterre.
Acerca de esta publicación: El artículo titulado “ Estéticas musicales mestizas: ¿Cómo se formó gran parte del folclor actual latinoamericano? ” de la profesora Carmen Bernand, corresponde a un capítulo extraído del ensayo académico “Músicas mestizas, músicas populares, músicas latinas: gestación colonial, identidades republicanas y globalización”.
0 Comentarios
Le puede interesar
“Fue una final donde primó la cadencia, la veteranía de notas”: Mauricio de Santis
El nuevo Rey Vallenato del 48 Festival de la Leyenda Vallenata, Mauricio Andrés de Santis Villadiego, es un joven de 25 años, senci...
El Palo de Mayo de Nicaragua
“El hondo estremecido acento, en que trisca la voz de los ancestros, es mi voz” [Jorge Artel Cartagena, 1907–1994] El desarro...
Un recital majestuoso de música llanera en la capital del vallenato
Colombia es el país de la diversidad. No sólo en su geografía y sus gentes sino también en sus costumbres y sus expresiones artíst...
“Mi ansiedad es que la gente diga: al fin salió algo bueno”: Peter Manjarrés
Si Peter Manjarrés no está hoy comiéndose las uñas, desvelado y sin poder pasar bocado, esto se debe a una simple explicación. ...
Cuando Diomedes Díaz le rindió un homenaje musical al viejo Rafael María
A Elvira Antonia Maestre Hinojosa, ‘Mamá Vila’, como la llaman sus nietos, por estos días la visita la tristeza con mayor fue...