Música y folclor

Cantautoras de música vallenata: explorando el cuerpo femenino desde lo femenino (Segunda parte)

Airlen María Durán y Lorena Cudris Torres

12/03/2024 - 08:50

 

Cantautoras de música vallenata: explorando el cuerpo femenino desde lo femenino (Segunda parte)
Algunas de las grandes representantes del folclor vallenato actual: María Silena Ovalle, Karen Lizarazo y Ana del Castillo / Foto: cortesía

 

Puede leer la primera parte (dedicada a la historia del Vallenato y la presencia de las mujeres cantautoras) en este enlace.  

En general, las representaciones del cuerpo femenino que hacen las cantautoras de música vallenata están basadas en afirmaciones que resaltan cómo sus inicios en el vallenato se remontan a la niñez. Para ellas, el vallenato es algo innato en el contexto en el que crecieron y es la "marca de su identidad".

Se puede concluir que para ellas el hacer una carrera en la música vallenata implica estar respondiendo, produciendo y reproduciendo una identidad a la que no se renuncia. Las participantes a nuestra investigación expresaron que encuentran la libertad y la realización plena de su existencia a través de su desempeño en la música vallenata; incluso, la libertad de la palabra que les permite expresarse en un lenguaje hablado que les otorga esta música. Esto nos permite concluir que las razones para estar en la música vallenata tiene un carácter identitario: "ser de Valledupar" o "pertenecer a la cultura vallenata".

 

Entre contra-narrativas y reproducción de discursos dominantes del cuerpo femenino

¿De qué manera las narraciones de las cantautoras de vallenato se convierten en un discurso alternativo para representar el cuerpo femenino en este género?

Las entrevistas sugieren que al reflexionar sobre "lo femenino desde lo femenino", algunas admiten que "reproducen expresiones masculinas", mientras que otras proclaman que están creando su propio estilo, es decir, una contra narrativa. Esta noción fue propuesta por Foucault (1994). En esta investigación es otra categoría emergente que surge a partir de este proceso de investigación.

1. Asumiendo una carrera como cantautora

Al asumir una carrera como cantautora se produce un discurso alternativo o una contra narrativa, pese a que las canciones que ellas interpretan son una reproducción de los discursos dominantes del cuerpo femenino. Es decir, que, mediante la puesta en escena del cuerpo femenino como cantautoras, las mujeres difieren de la construcción del género y el rol femenino que está presente en los contenidos de las canciones vallenatas. Lo mismo sucede cuando indican que están respondiendo a un "llamado" o a una "vocación", y que encuentran la libertad y la realización plena de su existencia a través de su desempeño en la música vallenata, mostrando una representación distinta que no aparece en el imaginario del vallenato tradicional y de los juglares.

En este orden de ideas, las cantautoras de música vallenata, si bien no expresan con frecuencia y de forma explícita que no están de acuerdo con la construcción del rol femenino, que excluye la participación de la mujer en la tarima, manifiestan su sentir al ejercer como cantautoras.

2. Apoyando a las compositoras promocionando las canciones que revelan o comunican las experiencias de ser mujer o produciendo estas canciones

En esta contra narrativa aparece cuando las cantautoras reconocen, y sienten el compromiso, de incluir canciones de mujeres están apoyando a sus congéneres.

3. Feminizando una canción

Feminizar una canción es cambiar parte de la letra o las palabras que indican que la canción fue escrita por un hombre para una mujer, como, por ejemplo, "Es una historia que (Bis), me duele referir porque es sentimental // todo mi corazón se lo entregué y ella se complació en tratarlo mal"; la feminización se da así: "Es una historia que (Bis), me duele repetir porque es sentimental todo mi corazón se lo entregue y él se complació en tratarlo mal". Esta acción puede ser interpretada como una contra narrativa porque se voltea, precisamente, la letra de la canción intercambiando de roles logrando que la mujer tome posesión del discurso de dominación que antes le oprimía para ejercerlo sobre el otro o al menos plantearle una relación entre iguales que abre el espacio para una reflexión lo que corresponde a cada género.

4. Al poner en escena a un cuerpo coqueto

Al poner en escena un cuerpo coqueto, las mujeres cantautoras de música vallenata expresan picardía, sensibilidad, ternura y elegancia, según manifiestan. Se trata de una representación del cuerpo femenino que les permite mayor libertad para mostrar emociones y sentimientos.

5. Al desarrollar un estilo propio como "Alma blanca", por ejemplo

La representación del cuerpo femenino vestido de blanco fue para Victoria la base definitiva para la creación de un estilo propio, único e inconfundible (trasparente, puro, sincero, sencillo, sutil, pleno, neutral (como sus canciones) recatado y clásico). Ella dice que al entrar en el escenario pone en juego su alma blanca.

6. Al estar en el proceso de la formación de un estilo propio

Las participantes del estudio expresan que están en proceso de desarrollar un estilo propio. Esto permite afirmar que la participante está construyendo una representación del cuerpo femenino distinta y nueva que le dará una mayor seguridad y le ofrecerá un sentido de identidad.

Las cantantes Eliana Gnecco María José Ospino, y la acordeonera María Silena Ovalle / Foto: archivo PanoramaCultural.com.co

¿De qué manera las narraciones de las cantautoras de vallenato se convierten en una reproducción de discursos dominantes del cuerpo femenino?

1. Al interpretar canciones que revelan los discursos dominantes del cuerpo femenino sin sentir ninguna incomodidad

Puede deducirse que al interpretar canciones que revelan los discursos dominantes del cuerpo femenino sin sentir ninguna incomodidad, ningún desacuerdo y sin hacer ninguna variación de la letra, se está reproduciendo el discurso entronizado masculino; lo que implica una aceptación total de la mirada masculina. Lo opuesto a esto sería "feminizar o voltear una canción" y apoyar a las compositoras promocionando las canciones que revelan o comunican las experiencias de ser mujer o darse a la tarea de producir estas canciones.

2. Al grabar o interpretar solo canciones compuestas por hombres (ya sea para sus congéneres o para las mujeres)

Las entrevistas y el análisis de las mismas sugieren que las participantes admiten que reproducen discursos dominantes del cuerpo femenino cuando solo graban o interpretan canciones compuestas por hombres para sus congéneres o para mujeres.

3. Al realizar una representación del cuerpo femenino masculinizada

Otra de las representaciones del cuerpo femenino que hacen las cantautoras de música vallenata es una "masculina" o masculinizada según lo afirmaron las participantes. Esta representación del cuerpo femenino pone en escenas rasgos tradicionalmente considerados masculinos como un tono de voz fuerte, la manera de saludar en la tarima, la forma de "guapirrear" (decir "Güepa") o "¡ay hombe!" fuertes y unos movimientos más bruscos.

 

Comunicando el ser mujer en un universo masculino

¿De qué forma las cantautoras de vallenato comunican las experiencias de las mujeres de ser/estar en el mundo?

1. Las participantes sugieren que las cantautoras de música vallenata comunican las experiencias de las mujeres de ser/estar en el mundo mostrando el cuerpo femenino como cuerpo sutil y coqueto, es así como entra en escena, el cuerpo coqueto, la picardía, sensibilidad, ternura y elegancia, según su relato. Se trata acá de una representación del cuerpo femenino que les permite una mayor libertad para mostrar emociones y sentimientos.

2. Al asumir una carrera como cantautora y poniendo en escena el cuerpo femenino en esta actividad se rechaza la construcción del género y el rol femenino presente en los contenidos de las canciones vallenatas.

3. Apoyando a las compositoras promocionando las canciones que revelan o comunican las experiencias de ser mujer o produciendo tales canciones.

4. Existe una manera muy silenciosa y casi imperceptible de comunicar las experiencias de las mujeres de ser/estar en el mundo; este aspecto tiene que ver con el dejar de cantar o interpretar las canciones en las que se transmita, interprete el sentimiento o la experiencia de un compositor (hombre) donde la intérprete no se ve reflejada o no se proyecta como mujer. Como en el caso referido por Carla que no se ve así misma interpretando "La consentida", o el de Chely, respecto al tema "mañanitas de invierno". Este último, es un caso ejemplar, porque Chely reconoce que hay canciones que no podría cantar al comprometerla en acciones o situaciones que ella como mujer no podría realizar. Para ilustrar lo anterior cuenta:

Te voy a poner un ejemplo: Emilianito me dijo "¿por qué no cantas Mañanitas de invierno si te gusta tanto?" Y le dije: porque 'Mañanitas de invierno' es un hombre invitando a una mujer a hacer el amor dentro de la casa. Y eso no queda bien que yo como mujer vaya invitar a alguien a hacer el amor dentro de la casa. Entonces, mis canciones son canciones neutras, que no sean de un hombre para una mujer [porque] no me gusta cantarle una canción de amor a otra mujer. Me gusta cantar una canción que yo pueda interpretar; por ejemplo: hay una de Fernando Dangond en la que en lugar de "Mujer" puse "querer" porque esa se presta para cambiarla (Comunicación personal, día de mes de año).

Este tipo de reconocimiento fortalece el significado de ser mujer, de la feminidad y, consecuentemente, de unos límites que separan lo que ellas creen que pueden hacer como mujeres y lo que no podrían experimentar. En cualquier situación toda vez que una cantautora dice "yo no puedo cantar esa canción", "no puedo interpretarla" o "no me siento cómoda interpretando este tema" está declarando que su experiencia del ser mujer no se refleja en los hechos que cuenta la canción; y en este reconocimiento del límite (como cuando dicen "lo que sí creo es que la mujer nunca llegará a la vulgaridad en tarima") existe un acto de afirmación y una conciencia de la feminidad que se distancia de lo masculino aunque sea distinta en cada cantautora, es decir que, la expresión corporal y el lenguaje que utilizan las canta-autoras es fino y respetuoso . A todo esto se suma la feminización de algunas canciones requiere un reconocimiento y establecimiento de lo que pueden decir y proyectar como cantautoras y mujeres, aunque ello varíe de una mujer a otra.

5. Otra forma de comunicar las experiencias del ser mujer es exhortando como cantautoras a todas las mujeres a que desarrollen una carrera en la música y graben sus producciones, ya que "las mujeres debemos apoyarnos más" con acciones como, por ejemplo, grabarle a las compositoras. Esto se advierte por la rivalidad que se supone siempre ha existido entre mujeres, pero que no es más que otro apartado de la cultura patriarcal.

 

Conclusiones

Al entrevistar y analizar los testimonios de diez cantautoras de música vallenata se puede concluir que las representaciones del cuerpo femenino que hacen se remontan a la época de su niñez y constituye una "marca de la identidad". Para ellas hacer una carrera en la música vallenata significa responder, producir y reproducir una identidad a la que no se renuncia.

Dicha "marca de la identidad" es lo que ha posibilitado que se sientan "conducidas" a ser "pioneras" del género musical. El ser o verse como pioneras es una de las representaciones de las cantautoras mediante la que se indica que ellas sienten haber roto, en diversos momentos, un paradigma al convertirse en las primeras mujeres en tener determinado desempeño en el ámbito de la música vallenata en un contexto en el que frecuentemente esto es imprevisto, inesperado, sorprendente y admirable.

Las mujeres que formaron parte de esta investigación coincidieron en rechazar la construcción del rol femenino que está en los contenidos de las canciones vallenatas siempre que esta excluya la participación de la mujer en la tarima, mediante su representación como cantautoras.

Frente a la indagación sobre la existencia o no de un estilo femenino en el vallenato, se infiere que, en el caso de algunas cantautoras, sí se puede hablar de la existencia de un estilo femenino distinto y nuevo para las audiencias que han visto solo el tradicional estilo masculino. Por otro lado, en el caso otras cantautoras, se identifica un estilo "en formación" que, si bien no está plenamente definido por las mismas, empieza a ofrecerles un sentido de identidad que puede ser considerado como una contra narrativa porque busca separarse del estilo y la representación masculina.

Entre tanto, aparecen cinco tipos de cuerpos femeninos o representaciones claramente diferenciadas: el escoltado, el disciplinado, el del deseo, el asexuado y el femenino-masculinizado; de estos, solamente el cuerpo del deseo representa una contra narrativa que cuenta las experiencias del ser mujer. Hablar de contra narrativas se refiere a la representación de la mujer en tarima como cuerpo coqueto e incluso asexuado y disciplinado, asumiendo una carrera como cantautora en sí misma cuestiona el universo del género valle-nato porque pone en escena a una mujer que no se limita a estar por fuera del escenario musical de vallenato sino que quiere participar activamente y ser protagonista, lo que permite incorporar un nuevo rol en la cultura vallenata. En apoyo a esta contra narrativa las participantes dicen que ser cantautoras es la marca de su identidad y "un llamado" o "una vocación". Encontramos también, dentro de las contra narrativas, la intensión de grabar las canciones de sus congéneres y apoyar el trabajo de las mismas.

En este contexto, la puesta en escena de un cuerpo coqueto es una contra narrativa por mostrar un cuerpo deseante que escapa a la negación de su sexualidad.

Atendiendo a las especificaciones culturales, las cantautoras, conscientes del contexto socio-histórico que da origen a la música vallenata, afirman, en su mayoría, que han sido limitadas para subirse a una tarima, para interpretar los instrumentos y para ser reconocidas como compositoras; todo esto, desde los condicionamientos históricos a partir de su posición como sujetos encarnados, lo que las ha llevado a reflexionar sobre lo que es ser mujer y ser femeninas más allá de una ideología patriarcal.

Comunicar y mostrar el deseo del cuerpo coqueto desde el ser mujer de la cantautora exige un intercambio reciproco de intenciones en el que ella muestra su acercamiento al sexo masculino cuando actúa con coquetería, pero preservando, al mismo tiempo, su identidad, y volviendo sobre sí al bailar en cada intervalo instrumental de una canción, ya que el baile mismo es uno de los escenarios privilegiados donde el cuerpo coqueto se muestra.

 

Autoras:

Airlen María Durán

Universidad Nacional Abierta y a Distancia

Lorena Cudris Torres

Universidad Popular del Cesar

Acerca de esta publicación: el artículo “Cantautoras de música vallenata: explorando el cuerpo femenino desde lo femenino (Segunda parte)” escrito por Airlen María Durán y Lorena Cudris Torres, corresponde a la segunda parte del ensayo académico publicado anteriormente bajo el título: “Cantautoras de música vallenata. Explorando el cuerpo femenino desde lo femenino en un universo masculino” por las mismas autoras.

1 Comentarios


Oveta jiménez 02-03-2022 10:55 AM

https://youtu.be/CaFTjzLKI5M El Cantar de las Mujeres

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