Música y folclor

Leandro José Díaz Duarte: el invidente genial que todo lo veía

Ramiro Elías Álvarez Mercado

03/06/2022 - 05:45

 

Leandro José Díaz Duarte: el invidente genial que todo lo veía
El compositor Leandro Díaz / Foto: Reyes y Juglares Vallenatos

 

"En la casa de Alto Pino se oyó por primera vez, el leve llanto de un niño que acababa de nacer", Leandro Díaz.

 

El talento es una cualidad que puede permitirnos desarrollar un alto nivel de competitividad en cualquier ámbito profesional.

Alguien que supo explotar ese don que Dios le dio, el cual le fue beneficioso para el resto de su existencia, con el que descubrió su gran pasión por la música, actividad que fue perfeccionando poco a poco sumado a la perseverancia y la dedicación que se convirtieron en sus mejores armas para poder alcanzar el éxito como compositor de la música vallenata, fue el gran maestro Leandro Díaz, unas fantásticas herramientas sin las cuales incluso el más talentoso nunca podría triunfar en la vida.

Ninguna de las personas que le conocieron a temprana edad, le auguraban un buen futuro, dada su limitación visual. No obstante, el destino le tenía deparado cosas muy grandes, que solo con el correr de los años, se habrían de enterar quienes desde pequeño lo conocieron y fueron escépticos de que algún día obtuviera algún tipo de logro. Quizá no comprendieron que aquello de lo cual carecía (visión) le sería compensado de otra manera: con una agudeza auditiva extraordinaria de tal manera que todo lo que ocurría en derredor era percibido por él, dando con ello vuelo a su imaginación.

Un lunes 20 de febrero del año 1928, en una alegre mañana de ambiente festivo por los carnavales que se festejaban en esa región del Caribe colombiano, llegó a este mundo un niño invidente en el hogar conformado por Abel Rafael Duarte y María Ignacia "Nacha" Díaz, a quien se le bautizó con el nombre de Leandro José Díaz Duarte, llevando por delante el apellido de su progenitora, nació exactamente en una finca llamada Alto Pino, ubicada en el municipio de Barrancas en el centro del departamento de la exótica Guajira.

Como era de esperarse, sus primeros años de vida transcurrieron en el campo, rodeado de la naturaleza, las fragancias de las flores y árboles nativos, el canto de los pájaros, el correr de las aguas de los riachuelos, el brincolear de las aves de corral, el mugir de las vacas, el olor a café matutino, el dulce aroma de las frutas maduras. Toda esa constelación de múltiples y variados sonidos y olores, fueron desarrollando en el pequeño Leandro, una cosmovisión muy particular, un mundo mágico y surrealista, que soñaba con vivir y dar a conocer.

Ese mundo en el que se sumergía diariamente le fue dando motivos para inspirarse. Inspiraciones que más tarde se habrían de traducir en cantos muy originales, productos de sus vivencias y una sensibilidad extraordinaria que fue desarrollando cada vez mayor y mejor.

Puede afirmarse, sin lugar a dudas, que este niño invidente se convirtió en un cronista muy agudo de la realidad que lo circundaba, pues a todo el que lo visitaba a su humilde morada, le solía preguntar por múltiples cosas, sumado a los libros, novelas y cuentos que le leía y narraba su tía Erotida, quien fue parte fundamental en el desarrollo imaginativo y literario de este genio de la composición, motivo por el cual mantenía enterado de los sucesos ocurridos en su región. Y ni que hablar de las damas, que empezó a tratar con dulzura, encanto y admiración, ellas fueron de gran inspiración y musas de muchos de sus cantos, aunque siempre se dolió a si mismo de sus penas, porque muchas veces se sintió muy solo y rechazado, tal como lo expresó en su célebre canción titulada “A mí no me consuela nadie“.

Muy a pesar suyo, de no haber tenido una formación académica, fue todo un visionario de los problemas que padece nuestra sociedad, motivo que lo condujo a expresarse con cierta rebeldía, ante hechos que no consentía o no eran de su agrado. También se manifestó en otras áreas de la vida cotidiana, ya fueran estos de carácter amoroso, social, político o económico.

Peleó con todo y contra todos, manteniendo un diálogo permanente con la vida, la muerte, el amor, el desamor, táctica a la cual lidió con sus versos certeros, cargados de unas sublimes, mágicas y embrujadoras melodías y textos pletóricos de filosofía, poesía, pedagogía. Además de lo anterior fue un auténtico rey de la metáfora y otras figuras literarias, ya que con una precisión asombrosa, creó expresiones idiomáticas no comunes que causaban admiración, como fue el caso del clásico de la música vallenata titulado  “La Diosa coronada” a quien el premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez denominó como "el vallenato más lindo de Macondo", donde una de sus frases "En adelanto van estos lugares: ya tienen su Diosa Coronada", sirvió como epígrafe de una de sus magistrales obras literarias “El amor en los tiempos del cólera”.

La influencia de este maestro conocido como "El Homero del Vallenato" en la música de Francisco el Hombre, está entre el romanticismo clásico de una riqueza melódica exquisita, fuerza en la composición, combinada perfectamente con su precisión idiomática y un grafismo verdaderamente asombroso.

Tuvo un sentido práctico de la vida, vivió intensamente su mundo interior, mientras que otros esperaban la luz eléctrica o solar, él siempre se conformó con la iluminación espiritual y una luz interna con mucha fuerza que lo hizo salir y darle brillo a su mundo de tinieblas.

Díaz Duarte tuvo la particularidad de convertir el sufrimiento en un crisol, con el cual templó su condición poética y el talento que el Supremo Creador le concedió.

Muchas de sus canciones nacieron en esos momentos en los que el deseo se desbordaba y el amor parecía ser lo único que contaba. Por esa razón su música constituye un retrato o el vivo reflejo de sus experiencias personales y del deseo de amar donde no había espacio para la ficción, más bien eran como un desahogo de su interior, que se convertían en explosiones del alma.

Hablar de este gran maestro, es hacer referencia a un hombre con una inteligencia increíble, la cual era muy común sentirla al escuchar sus frases muy originales, esencia de unos verdaderos pensamientos filosóficos, tales como los siguientes:

“Mientras más lento se piensa, más rápido se triunfa”

“Si las mujeres no existieran el corazón de los hombres no tuviera oficio”

“A las mujeres siempre las he exaltado, hasta cuando me pagan mal”

“Dios no me puso los ojos en la cara, porque se demoró poniéndomelos en el alma”

“Yo no soy compositor, soy un pensador que le pone melodía a los pensamientos”

Leandro Díaz fue un manantial inagotable de talento, que, con sus canciones, alegró el corazón de los amantes de la música vallenata. Rodeado del amor de su familia y miles de amigos, hombres y mujeres que admiraron su legado poético-musical se marchó de este mundo terrenal el sábado 22 de junio de 2013 en la ciudad de Valledupar. Partió dejando una historia musical invaluable que hace parte de la banda sonora de esta expresión musical, cultural y folclórica, que es la música vallenata. ¿Cómo olvidar que vino a este mundo a brindar alegría con sus canciones? Como dice el título de una de sus últimas composiciones: “'Como yo no hay dos”. Se nos fue el hombre, pero le abrió paso a la leyenda.

Con el gran Leandro Díaz podemos aplicar la frase del escritor mexicano Miguel Ángel Ruíz Macías que dice: "No vemos la verdad porque estamos ciegos. Lo que nos ciega son todas esas falsas creencias que tenemos en la mente".

"Nada es más triste que un recuerdo felíz".

Jairo Enrique Soto Hernández.

 

Ramiro Elías Álvarez Mercado

Sobre el autor

Ramiro Elías Álvarez Mercado

Ramiro Elías Álvarez Mercado

Una copa de folclor

Nacido en Planeta Rica, Córdoba, el 14 de octubre de 1974, radicado en Bogotá hace casi tres décadas. Amante de la lectura, los deportes, la escritura, investigador nato de las tradiciones, costumbres, cultura, música, folclor y gastronomía del Caribe colombiano. 

Estudió coctelería, bar, etiqueta y protocolo con dos diplomados en vinos y certificación de sommelier, campo profesional en el que tiene más de 20 años de experiencia. 

Escribe de manera empírica, sobre fútbol y otros deportes, vinos y todo lo relacionado con el tema, así como publicaciones en distintos medios sobre cultores de la música vallenata y de otras expresiones musicales que se dan en el Caribe colombiano. Sus escritos han sido publicados en distintos medios virtuales.

Desde temprana edad le ha gustado escribir, sin embargo, fue en Bogotá, muy lejos de su terruño, que se le despertó ese deseo incesante de recrear las semblanzas de personajes que han hecho un aporte significativo al vallenato y otras expresiones musicales de la Costa Atlántica de Colombia.

@RamiroEAM

7 Comentarios


Jaime ochoa 03-06-2022 01:29 PM

Mejor no pudo estar descrito. Felicitaciones compadre querido

Hochiminh Vanegas Bermúdez 03-06-2022 07:41 PM

Excelente Publicación sobre la vida y obra del Gran Maestro Leandro Díaz, Felicitaciones amigo Cronista Ramiro Álvarez. Son un disfrute tus escritos, transportan al tiempo y lugar, que sensación fantástica. “Yo no soy compositor, soy un pensador que le pone melodía a los pensamientos” Leandro Díaz Mil bendiciones Tu amigo Hochiminh Vanegas Bermúdez HOCHI Cantautor Vallenato @hochimusik #NoLoDudesMasHazlo

Wduardo Garcia 04-06-2022 12:30 AM

Magnífico escrito. La vida y obras del maestro Leandro siempre será interesante y los autores

Lenor Palencia Hernández 04-06-2022 01:45 PM

No vemos la verdad por qué estamos ciegos. Lo que nos ciega son todas esas falsas creencias que tenemos en la mente . Que reflexión tan hermosa

Ramiro Elías Álvarez Mercado 17-06-2022 09:13 PM

Muchas gracias a todos por leer y comentar mis escritos, un abrazo y bendiciones

Alexander Ramos Navas 01-10-2022 06:52 PM

Excelente escrito compadre Rami, un buen reconocimiento al Maestro Leandro donde, no diré muy a pesar, supo sacar buen provecho de todo lo que Dios le otorgó. Un abrazo a la distancia desde nuestro "Planeta" lleno de riquezas.

Guillermo Puello Alcocer 13-08-2023 07:03 PM

Admirable la capacidad del gran Leandro. Sin haber conocido el mundo su talento le dió para hacer canciones de todo tipo. En la Diosa coronada, por ejemplo, utiliza el sarcasmo; Dios no me deja es una obra cargada de filosofía al igual que dos papeles; Las estaciones del año y sus características fueron plasmadas en La Primavera y en El Verano; Matilde Lina y bajo el palo e mango representan el amor en la obra del invidente; El negativo es el humor fino hecho verso y el hatonuevero representa la cultura popular y el apego al terruño. Muchas gracias, Ramiro Álvarez por deleitarnos con tu nota sobre el Homero del vallenato. Grande e inigualable Leandro.

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