Música y folclor
Merecido homenaje a Leonardo Gamarra: gracias, maestro
A sus ochenta y tantos años, Leonardo Gamarra sigue viviendo la vida de siempre. Camina lento con esa parsimonia que dotan los años que ha vivido con intenso fervor alrededor de un mito que forjó a fuerza de letras y melodías imperecederas en el tiempo. Anda hurgando en el pasado y el presente sus recuerdos y vivencias para luego desfogar su inspiración. Este año, el pueblo pelayero, ese mismo al que le ha cantado en noches de festival, ha tenido a bien rendirle un sentido homenaje en el marco del festival del porro. San Pelayo, sin duda va a experimentar un hecho sin precedentes, marcando un hito en la historia de este certamen. Hay en las páginas del folclore sabanero un renglón escrito en oro para este portentoso compositor que nació en Sincé un 18 de julio, para con una sola consigna, alegrar los corazones apesarados con notas de una trompeta y un trombón.
Nadie sabe cómo ni cuándo las musas llegan a él, tal vez ni el mismo compositor lo ha descubierto, por eso anda por las bucólicas calles del pueblo silbando entre dientes melodías aleatorias que brotan de su ingenio. En la mañana, cuando canta el gallo fino y luego de un trago de ron que se empina, en la casa cercada con guaduas cruzando el caño de la mojana donde vive Ana María, se sienta a divisar imágenes muy tristes, amores que nunca existen y sombras que pronto se van, siempre mirando al horizonte buscando en los esteros estelas del aquel tiempo, épocas de los abuelos donde retumbaba el hacha abriendo caminos nuevos y escucha, como por arte de magia, como se trillaban los cerros para llegar a Sincelejo.
Leonardo Gamarra, al igual que Leandro Díaz y Adolfo Pacheco, pinta lo que no se ve, cosas como un garrochero que se bate a muerte con un caimán mocho del rabo y hasta se atrevió a exponer su vida ante un toro bravo por el amor de una mujer. La historia cultural sabanera sucumbe ante el magisterio y creatividad de Gamarra Romero, que ha sido atiborrado hasta el hastío de galardones y reconocimiento. Su música, emergió recientemente de la sombra. Aun siendo un hombre que lleva más de cincuenta años enalteciendo la música de la sabana, parte de su obra aún sigue inédita a causa de la progresiva decadencia de la música de banda y el inocuo reconocimiento a los compositores que la cosechan. Es por esto, que la decisión de homenajear al connotado compositor, que ha tomado la junta organizadora del festival del porro en el año en curso, además de ser acertada, es digna de agradecer.
El pueblo pelayero estaba en mora de decirle a Leonardo: “Merecido homenaje. Gracias, maestro”, pero este año la tarima María varilla atestiguará una vez más la grandeza de este hombre. Esperando en Dios, que suenen piezas poco conocidas como el barbuquejo, el mono grande, grandes del porro, soy un cuento o corralejero, solo así se esparcirá por el universo la genialidad hecha porro y alcanzará el compositor la cumbre del olimpo donde yacen los grandes exponentes de la música de banda.
Hernán de la Ossa
Sobre el autor
Hernán De La Ossa Benítez
La bitácora del naufrago
Hernán Duley De La Ossa Benítez, nacido en Sincé, departamento de Sucre el 7 de agosto del 2000. Actual estudiante de la facultad de Ciencias jurídicas de la Universidad del Sinú, sede Montería. Escritor por vocación desde sus primeros años. Autor del libro “¿A dónde van las gaviotas?”, publicado por la editorial Torcaza en 2021. Asiduo lector de prensa, literatura contemporánea y amante de la poesía clásica. Poeta y columnista, refiere en sus líneas inquietudes sociales y exalta la cultura de la región sabanera con un ambiente raizal y espontáneo, sencillo y atrapante para el lector. Cursó bachillerato en el Liceo Panamericano campestre de la ciudad de Sincelejo, donde reafirmó su vocación de escritor.
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