Música y folclor

Roberto Calderón Cujia: el eterno enamorado de la Luna sanjuanera

Eddie José Dániels García

06/03/2023 - 02:50

 

Roberto Calderón Cujia: el eterno enamorado de la Luna sanjuanera
El compositor Roberto Alfonso Calderón Cujia nació el 26 de mayo de 1956 en San Juan del Cesar, Guajira / Foto: créditos a su autor

 

La publicación de la hermosa canción “Luna Sanjuanera, grabada por los Hermanos Zuleta a comienzos de 1979, fue un acontecimiento trascendental que llenó de orgullo y entusiasmo a todos los habitantes del municipio de San Juan del Cesar, en el departamento de La Guajira. A partir de ese momento, la canción entró a formar parte del patrimonio cultural de la región y pasó a convertirse en una especie de himno oficial, venerado y respetado por toda la población. Su autor, el arquitecto Roberto Calderón Cujia, perteneciente a una de las dinastías musicales de este municipio, fue aclamado por sus coterráneos y enseguida logró consagrarse como uno de los compositores más auténticos y fecundos de la música vallenata. Y, aunque, para esta fecha, ya el arquitecto había realizado algunas grabaciones con otros conjuntos, fue “Luna sanjuanera” la que le dio el estatus de honor dentro del vastísimo campo del folclor nacional. La canción figuró en el álbum “Volumen 12”, en el cual aparecieron otros temas fabulosos, como “Olvídame” de Leandro Díaz Duarte, “La entrega” de Julio Oñate Martínez, “Marily” de Calixto Ochoa Campo y “Nostalgia estudiantil” de Lenín Bueno Suárez. 

“Luna sanjuanera” es un extenso paseo romántico, dedicado a una supuesta mujer que se ha marchado y que al autor vive ansioso de su regreso. Asimismo, recrea sus sentimientos personificando al pueblo y valiéndose de la idiosincrasia del mismo. El texto está estructurado en tres estrofas mayores de ocho versos de metro irregular y tres menores, a manera de coro, que se intercalan en la argumentación. La primera estrofa presenta la partida de la mujer: “Yo sé que tú te alejas como el ave que se va / dejando mi pobre alma triste como una ilusión / pero sé que tu vuelves, tú tendrás que regresar / no podrás olvidar, no podrás olvidar aquel tiempo lejano / y si tú dices que regresarás / recuerda que yo no te olvidaré / no has regresado y presiento que ya estás / y me imagino cuando a mi lado estés”. A continuación, el coro introduce el título de la canción, como un personaje vocativo, rogándole su intervención: “Luna de diciembre / luna sanjuanera, / dile que regrese / porque no aguanto / ay! porque no aguanto, / vuelve mi negra”. Siguiendo la costumbre caribeña, el autor utiliza la palabra negra, no para indicar el color, sino para expresar cariño hacia la mujer deseada.

La segunda estrofa exalta las costumbres de la población: “Costumbre sanjuanera es entregar el corazón /que la hembra sea sincera y tenga buena voluntad, / que tenga cualidades como tienen las de allá / que sienta la pasión pura como las aguas / que lleva el río Cesar. / Son de mi pueblo costumbres del ayer / que yo sé bien conmigo aprenderás, / te prometí tú pueblo visitar / y yo también te llevaré a San Juan”. Los versos del coro describen al pueblo y le piden que actúe: “Calles de mi pueblo, / llenas de alegría, / dile que la quiero / que yo la quiero / ay! la quiero tanto / la novia mía”. La última estrofa presenta una idea futura: “Radiante la mañana te acompaña en el jardín / y así esperas la noche para el sueño conciliar, / mi bella serenata siempre te despertará / te quedarás allí, me invitan mis amigos a dedicar dos más / del sanjuanero es costumbre demostrar / en serenata cuando está enamorado, / si ella es gustosa se tiene que asomar / y al día siguiente le mandan un recado”. El último coro exalta al río, al pueblo y al autor, para mover los sentimientos de la mujer: “Río Cesar querido, / canta mi canción, / goza el pueblo mío, / soy el que canta, / ay! soy el que canta, / ay! soy el cantor”. También, a finales de 1979, “Luna sanjuanera” fue grabada por Juan Piña con “La revelación”.

A partir de la aparición de “Luna sanjuanera”, los Hermanos Zuleta siguieron cantando los temas de Roberto Calderón Cujia y su nombre fue conquistando más admiradores y simpatía en la fanaticada. A finales de 1979 apareció “Mis penas”, un tema de corte subjetivo, en el álbum “Dinastía y Folclor”. En 1980, el paseo “Pa’ toda la vida”, que le dio el título al long play, fue una de las letras más aplaudidas. En el álbum “Volumen 15”, lanzado en 1981, figuró el tema “Uno es así” de fondo también lírico. Más tarde aparecieron: “Cabañuelas”, un tema costumbrista,  que figuró el elepé “Por ella” de 1982, “Esta es mi historia”, un paseo  sentimental que narra una historia de traición amorosa de esas que suceden con frecuencia en los pueblos colombianos, incluido en long play “039” de 1984, “Compañera de mi vida”,  un paseo  lírico dedicado a una mujer que figuró en el álbum “Mi acordeón” de 1985, “El último romántico”, un tema profundamente subjetivo que apareció en elepé “Dos dinastías” de 1988 y,  finalmente, el paseo “Sentimental”, una letra altamente lírica dedicada  a una mujer, recreada con el paisaje natural,  que se incluyó en el álbum “Nobleza y Folclor” de l997.

Roberto Alfonso Calderón Cujia nació el 26 de mayo de 1956, justamente por la época en que el país se encontraba padeciendo la dictadura rojaspinillista y estaba dando los primeros pasos, en secreto, para retornar a la vida democrática con el Frente Nacional. Miembro de una familia humilde y trabajadora, muy apreciada en la población, integrada por sus padres, Gonzalo Calderón Mendoza, músico por naturaleza, llamado cariñosamente “Chalo” y Ana Berta Cujía, también amante de la música, y nueve hermanos, entre los cuales se destacan Beto, Efrén y Amílcar, que son excelentes compositores.  Siendo muy niño demostró claras aptitudes para la música, afición que exhibía interpretando las canciones de Rafael Escalona Martínez, Alejandro Durán Díaz, Armando Zabaleta Guevara y otros compositores importantes de la época. Por influencia de su padre, también se interesó por las canciones de otros artistas famosos, como José A. Morales, Jorge Villamil Cordovez, Rafael Campo Miranda y José Benito Barros, quienes componían aires diferentes a los tradicionales ritmos vallenatos y que se escuchaban con mucho interés en todas las regiones de Colombia.

Ante la necesidad de cursar el bachillerato, para después, obviamente, cursar una carrera profesional, fue matriculado en el Colegio Nacional Roque de Alba, de Villanueva, dada la cercanía de esta ciudad con San Juan del Cesar, donde se gradúo de bachiller en 1975. En los bancos de este colegio, tuvo la oportunidad de demostrar sus aptitudes de cantante y compositor, cualidades que lo hicieron merecedor de mucha admiración y aprecio en el ambiente estudiantil. Junto con su hermano Beto formó una agrupación, que fue muy aplaudida por las presentaciones musicales que hacían en el plantel y en otros, como el Loperena de Valledupar y el Almirante Padilla de Riohacha, donde eran invitados con frecuencia. Por esa época se hizo célebre improvisando versos, que componía sobre las costumbres, las vivencias rutinarias y las novias fugaces, sobre todo, de los hermanos mayores. Amando internamente su vocación, se interesó por las canciones y los estilos de otros compositores, como Gustavo Gutiérrez, Freddy Molina y Octavio Daza, que ya eran famosos en el medio vallenato. Entonces, convencido y motivado del todo, se decide, junto con su hermano Beto, a comprar una guitarra para darle salida definitiva al arte de la composición.

A mediados de 1976, muy entusiasmado ingresa a la Facultad de Arquitectura de la Universidad del Atlántico. Siempre había soñado con ser arquitecto y había demostrado muchas aptitudes para el dibujo lineal y la organización espacial, requisitos esenciales en esta profesión. Este mismo año estrena su primera canción en acetato, titulada “Experiencia”, grabada por el Conjunto de Adalberto Ariño y Oscar Negrete. Su nombre se descubre en 1977, cuando Beto Zabaleta y Emilio Oviedo lanzan el tema “Recordaciones”, canción que le da el título al long play, y ese mismo año, Silvio Brito con los Hermanos Meriño, graban “Llegaste a mí”, un tema que alcanzó una admiración desbordante. Sin embargo, ni los estudios universitarios ni el alebrestado ambiente barranquillero, fueron obstáculos para que el joven compositor sanjuanero interrumpiera el hilo de su creación musical. Por el contrario, la fama lograda con “Recordaciones” y “Llegaste a mí” lo motivaron demasiado para que siguiera explorando su vocación. Esto le abrió las puertas para que en 1978 los conjuntos más famosos del momento se interesaran por sus canciones, y se iniciara así la prolífica trayectoria musical que ha mantenido hasta el momento.

El aguacero de canciones, donde los temas esenciales eran el amor, la mujer, las costumbres, el paisaje natural, los valores morales y, en general, la filosofía humana, se inició con el destacado cantante Jorge Oñate y sus distintos acordeonistas. Primero, con Colacho Mendoza, grabaron el paseo “Siempre, siempre” en el álbum Silencio de 1978. Después, siguieron los temas “Noche de Estrellas”, un tema profundamente lírico, en el elepé del mismo nombre, lanzado con el “Chiche” Martínez en 1980. Su entrada es un canto poético que cautiva y emociona los sentimientos: “No se extrañen / si el pedestal de penas / que inundaba mi pecho / se tornó por sonrisas. / Si verano / cambié por primaveras / estepas por praderas / noté el cambio enseguida”. Más tarde, unido con Juancho Rois, aparecieron: “El cantante”, una letra de fondo subjetivo, también en el long play del mismo nombre, grabado en 1981, “Un hombre solo”, en el elepé “Paisaje de Sol” de 1982, “El corazón del valle”, en el long play “13º Aniversario” de 1983, “Dios lo libre” en el álbum “Canto y Tradición” de 1984 y, finalmente, “Por el bien de los dos”, un tema altamente romántico, incluido en el elepé “El Jilguero”, grabado con Alvarito López Carrillo en 1988.

También en 1978, Diomedes Díaz inicia su recorrido con las canciones de Roberto Calderón Cujia. Algunos temas que hicieron historia fueron: “Lo más bonito”, un paseo de corte subjetivo, grabado con Juancho Rois en 1978, “El Romancero”, otro tema profundamente lírico, en el álbum “Para mi fanaticada” de 1980 y “Un detalle” en el long play “Con mucho estilo” de 1981, ambos lanzados con Colacho Mendoza, “Ganó el folclor”, un tema que exalta la misión del folclor vallenato, incluido en el long play del mismo nombre, grabado con Juancho Rois en 1988. Esta canción obtuvo el primer puesto en el Festival Cuna de Compositores de San Juan en el año anterior. En 1999 aparece el tema “Harán la historia”, una letra que predestina el futuro, incluida en el álbum “Experiencias vividas” publicado con Franco Argüelles. También en 1978, la unión de Juan Piña y Juancho Rois, lanzaron la canción “El Fuete”, un tema que tuvo una acogida favorable y sirvió de título al long play de la fabulosa agrupación. Años después, Juan Piña ahora con Jesualdo Bolaño grabaron el paseo “Con el alma en la mano” en el álbum “Otra vez…El azote vallenato” de 1984.

La extraordinaria agrupación de Rafael Orozco con Israel Romero, “El Binomio de Oro”, nacida en 1976, popularizó 11 temas de Roberto Calderón Cujia entre 1979 y 1989, es decir en igual número de años. Todas estas composiciones, grabadas en ritmo de paseo, se caracterizaron por la delicadeza del lenguaje, el abundante empleo de recursos poéticos y el romanticismo desbordante que caracteriza al autor sanjuanero. EL repertorio antológico comenzó con “Enamorado como siempre”, en el álbum del mismo nombre en 1979, “Sabes que te quiero mucho” en el elepé  “De caché” de 1980, “Habíamos terminado” en el long play “Clase aparte”  también de 1980, “Trigueñita” en  el larga duración “5 años de Oro” de 1981, “Con las frases mías” en el álbum “Fuera de Serie” de 1982, “Nuevo Juramento” en el elepé “Somos Vallenato” de 1984, “Estar enamorado” en el long play “Superior” de 1985, “Añoranzas” en el long play “El Binomio de Oro” de 1986, “Para adorarte más” en el larga duración “En Concierto” de 1987, “Como adorarte menos” en el álbum “Internacional” de 1988 y, finalmente,  “Si tú me olvidaras” en el elepé “De exportación” en 1989.

De todas estas canciones interpretadas por el “Binomio de Oro”, merece especial recuerdo “Enamorado como siempre”, porque se trata de un excelente poema lírico, donde el autor demuestra su madurez en el manejo de la composición, sobre todo, de temas románticos.  Se estructura en cuatro estrofas de ocho y seis versos mayores con rima parcial alternada. El coro es un pareado diferente, que se cantan en la mitad y al final. La introducción dice: “Enamorado como siempre de ti he estado / hoy me siento emocionado / porque al fin cambió mi vida. / Y el sentimiento se profundiza / bellos recuerdos que trae la vida / de aquel romance que aún no termina / conmemorando un nido de amor”. La segunda estrofa expresa la satisfacción del autor por el amor experimentado: “Ay! no tendré que buscar cariño, / no tendré que buscar consuelo / siento la dicha que su amor me da / porque donde hay cariño existe paz / principio de una ley muy natural”. Y entra el pareado que sirve de coro, donde se hace una súplica a Dios para corresponder con el amor: “Y si Dios me ayuda / no creo que nada le faltará. / Y si Dios me ayuda/ no creo que nada le faltará”.

Apenas se cantan las dos primeras estrofas se produce un concierto armonioso de notas, donde Israel Romero deleita y sublimiza el espíritu con la magia digitadora que lo caracteriza. La tercera estrofa presenta una serie de recursos poéticos, embellecidos con la filosofía nacida del pueblo y de las vivencias pasionales. Analiza, por ejemplo, que experimentan dos enamorados cuando los separa la lejanía, pero que ésta se puede derrotar con la fuerza del amor: “Sé que la cima del amor no es encontrar / los momentos desesperados / es cuando más fuerte se siente. / Porque uno piensa en la lejanía / que podría ser tal vez para siempre / si nos queremos profundamente, / un fuerte abrazo nos uniría, / pero esta vez será eternamente”. La cuarta estrofa es profética y el autor recurre a una suposición para imaginarse la largueza del tiempo y la intranquilidad de la dama: “Se alargarán los días sin tu presencia / y no habrá noche que pases tranquila / como a ninguno le falta una pena / cuando ella me ve se desespera / y el mirarme hace parte de su vida”. Y finaliza con el coro: “Y por qué ocultarle / de ella depende también la mía. / Y por qué ocultarle / de ella depende también la mía”.

Casi similar al Binomio de Oro, “Los Betos”, con diferentes acordeonistas, también han proclamaron un buen número de composiciones de Roberto Calderón Cujia, y su estilo romántico, cargado de nostalgia y sentimentalismo, es visible en todas las letras. Después del triunfo alcanzado con “Recordaciones” y  “Llegaste a mí” siguieron los temas: “Hogareña” en el álbum “Triunfadores” de 1979, “Gitana”, que fue un éxito extraordinario” en el elepé “Orgullo Guajiro” de 1980, “Tarde a tarde” en el long play “Hasta aquí llegamos” de 1982, “Cuál de los dos” en el larga duración “Para todos” de 1981, “El andariego” en el álbum “Regalo mis canciones” de 1983, “Bendita suerte” en el elepé “Por quererte tanto” de 1984, “Como voy a olvidar” en el long play “Lazos de Hermandad” de 1990, “Me vas a matar” en el larga duración “Dios y Yo”, grabado con el Pangue Maestre en  1991, “Me contaron, me dijeron” en el larga duración “Un líder y un rey”, también con el Pangue Maestre en 1992, “Oropel” en el álbum “Eternamente” de 1994, “Mi celestina” en el elepé “Enamorándote” de 1997 y, por último, “Ahora es mejor” en el long play “Canto y acordeón”, grabado con Emilianito Zuleta en el 2000.

Otras reconocidas agrupaciones vallenatas también se han deleitado interpretando las composiciones románticas, costumbristas y festivas del fecundo compositor sanjuanero. “Los Consentidos”, Silvio Brito y el Pangue Maestre, grabaron el tema “Camino alegre” en 1982, después Silvio Brito y Ciro Meza lanzaron “Me quito el nombre” en el elepé “Vivo cantando” de 1984. Esta canción fue muy aplaudida por la fanaticada vallenatófila. En 1985, Silvio Brito y Colacho Mendoza incluyeron la canción “Te quiero a mi manera”, en el long play “Linda Costeña” de 1985. Asimismo, Raúl “Chiche” Martínez y Miguel Herrera proclamaron los temas: “Venga esa mano”, en el álbum del mismo nombre, en 1881, “Un son de amor”, en el elepé “Mil canciones” de 1982 y “Mi fortuna” en el long play “Payaso” de 1983.Todas estas letras fueron éxitos rotundos. También entran a su repertorio musical las agrupaciones de: Otto Serge con Rafael Ricardo, Julio Rojas con Gustavo Bula e Iván Villazón con sus diferentes acordeonistas. Recientemente, Peter Manjarrés con Emilianito Zuleta grabaron “El corazón del valle”, canción que fue finalista en el Festival Vallenato de 1983.

Como podemos apreciar, el itinerario artístico de Roberto Calderón Cujia, que ya supera las cuatro décadas, encierra un compendio fabuloso que lo ha hecho merecedor de muchos homenajes y distinciones a lo largo de su fructífera parábola musical. Algunas poblaciones, como San Juan de Nepomuceno, Chinú y Arjona, lo han declarado hijo adoptivo. Otras instituciones, como El Club de Leones, el Club Rotario y la Cámara Junior de Barranquilla y Caracol Radio, le han otorgado sendas condecoraciones. Asimismo, ha sido condecorado en los homenajes que le han brindado las Asambleas y Gobernaciones del Cesar, La Guajira, Bolívar y Atlántico.  También ha sido exaltado por la Alcaldía de Apartadó, Antioquia, la Universidad de Antioquia, la Universidad Popular del Cesar y la Universidad de Cartagena. También se ha hecho merecedor a muchos premios en los distintos festivales donde ha participado. En el festival de su pueblo natal, obtuvo el segundo puesto con “Luna sanjuanera” y en el Festival Vallenato, el tercero con “El Corazón del Valle”. Y en los festivales de Arjona, San Juan de Nepomuceno, Chinú y Sincelejo, ha sido el triunfador indiscutible.

En la actualidad, Roberto Alfonso Calderón Cujia reside en Barranquilla, la ciudad que lo marcó sentimentalmente desde sus años universitarios. Aquí formó su hogar con la dama Ligia Matera y vio nacer sus tres hijas, Andrea Paola, Carolina Di y Ligia Florella. Lamentablemente, por razones de ocupación laboral y farándula, el matrimonio tuvo desacuerdos y optó por la separación. A pesar de sus ocupaciones en la inventiva musical, ha tenido tiempo de sobra para ejercer la arquitectura y desempeñar algunos cargos públicos, que lo han hecho merecedor, también, de varios reconocimientos.  De la misma manera, ha tenido voluntad para realizar varios estudios de maestría y especializaciones. Todo para estar al día con su título profesional. En el aspecto social, asiste a reuniones culturales, cumple invitaciones, participa en encuentros y conciertos musicales, dicta charlas folclóricas y atiende demás compromisos que le sean ocasionales. De vez en cuando, se activa un descanso y se traslada a su pueblo natal. Allí se reencuentra con su gente, organiza parrandas, toca la guitarra y, en medio de una tremenda nostalgia, interpreta “Luna sanjuanera”, “Llegaste a mí”, “Me quito el nombre” y demás canciones que lo emocionan, lo abruman y lo llenan de muchísimo sentimiento.

 

Eddie José Daniels García

Sobre el autor

Eddie José Dániels García

Eddie José Dániels García

Reflejos cotidianos

Eddie José Daniels García, Talaigua, Bolívar. Licenciado en Español y Literatura, UPTC, Tunja, Docente del Simón Araújo, Sincelejo y Catedrático, ensayista e Investigador universitario. Cultiva y ejerce pedagogía en la poesía clásica española, la historia de Colombia y regional, la pureza del lenguaje; es columnista, prologuista, conferencista y habitual líder en debates y charlas didácticas sobre la Literatura en la prensa, revistas y encuentros literarios y culturales en toda la Costa del caribe colombiano. Los escritos de Dániels García llaman la atención por la abundancia de hechos y apuntes históricos, políticos y literarios que plantea, sin complejidades innecesarias en su lenguaje claro y didáctico bien reconocido por la crítica estilística costeña, por su esencialidad en la acción y en la descripción de una humanidad y ambiente que destaca la propia vida regional.

1 Comentarios


Jorge García santos 06-03-2023 10:47 AM

Allí está el sello inconfundible del profesor Eddy Daniels, con su pluma que describe a compositores de nuestro folklor y sus productos, magistralmente. Un abrazo profesor.

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