Música y folclor
María Jesús, el son que le canta a una traición amorosa
María Jesús es el nombre de la canción grabada en 1980 por Los Betos, y que hace parte, en la cara B, del disco de larga duración titulado El Cantor Triunfante, que pese a la autoría otorgada a Antonio Llerena De Ávila, en la carátula aparece que no se le conoce el autor.
El compositor, quien se consideró un hijo musical de Pacho Rada, echó mano del aire musical cimentado por su mentor, el son, para contar la historia de un drama amoroso del que fueron protagonistas, María de Jesús Barrios y Manuel Antonio Contreras Lizcano.
Hecho que tuvo como escenario al área rural de Chibolo, población donde Llerena, nacido en Calamar, Bolívar, se fue a radicar a temprana edad, junto a sus padres. Fue en ese lugar donde desarrolló una prolífera producción musical, aunque a veces desconocida, especialmente por las nuevas generaciones, que fue grabada por connotados cantantes como Jorge Oñate, Los Hermanos Zuleta, Joaco Pertuz, Abel Antonio Villa, agrupaciones como Los Betos.
Los protagonistas de la historia: Antonio Contreras Lizcano era el propietario de una finca llamada “Quietud” en la que, además, de tener ganado vacuno y producir quesos, habitaba con su pareja María Jesús, era una mujer bonita cuyo padre era propietario de fincas ubicadas en los alrededores de Chibolo. Esta pareja tuvo dos hijos: Julio y Antonio Modesto, como lo recuerda el sobrino del primero, Manuel Contreras Marriaga.
Es Manuel, a quien conocen en Chibolo como El currucuchú, quien narra la historia que después cantó “El negro” Llerena.
“A “Quietud” llegó Manuel Lizcano, quien, junto a parte de su familia, había salido desplazado de Tenerife, producto de una confrontación entre su familia y otra residente en ese lugar. De este hecho aún recuerdan esa localidad que un pariente de Lizcano pidió a sus victimarios que no lo mataran dentro del río Magdalena, donde lo encontraron, porque, después, sus familiares no encontrarían su cadáver. Fue una tarde, tiempo después de que Lizcano se asentara en la finca, cuando tío Manuel descubrió las relaciones amorosas existentes entre este y María Jesús.”
A Antonio Llerena y Manuel Contreras Lizcano los unió una amistad que permitió que el primero conociera, de primera mano, todo lo relacionado con la traición amorosa. Fue tanto lo que supo que hizo un verso del momento en que el ofendido descubrió a la pareja y de cuando, machete en mano, les pidió que se fueran; ella se fue para Las Canoas, Magdalena. Verso que no fue grabado por Los Betos:
Lloraba Manuel Contreras
Manuel Contreras Lizcano
La buscaba donde fuera
Ombe con el machete en las manos.
Existe otro verso relacionado con ese momento, que tampoco fue cantando por Beto Zabaleta, pero sí interpretado con el acordeón por parte de Beto Villa:
Cuando María Jesú se fue
Manuel estaba desesperado
Se iba a echar a correr
Con el machete en la mano
Manuel Contreras Marriaga también se inspiró en este hecho y compuso:
Ay mi tío quedó molesto (bis)
Porque se le fue su compañera
Ay lloraba Antonio Modesto
Ay lloraba Julio Contreras.
La estructura rítmica y el texto de la canción
Esta canción se enmarca en una de las características del vallenato tradicional, la de describir o narrar experiencias pasadas, relacionadas con un hecho real. El autor se apoya en la interjección ay para destacar el estado de ánimo, de aflicción y dolor, de quien sufrió con la decepción amorosa.
Ay ombe por la Santísima Cruz
Ay oye yo no tengo quien me quiera
Se me fue María Jesú
Ay ombe se me fue mi compañera.
Ay ombe tan alegre y tan contento
Oye cómo salí de Chibolo
Ay no me atrevo a echar el cuento
Caramba porque se me aguan los ojos
El tema al que se le canta explica las razones por las que Llerena escogió el son como marco musical para interpretarlo. Este ritmo, con su estructura binaria, es el más lento, entre los demás del género vallenato, y, por ende, el apropiado para la narración lamentada, pausada y repentista de hechos de largo alcance[1]. No obstante, las características de la canción, en la que se expresa un duelo, el compositor no deja a un lado las formas o estrategias que podríamos llamar equilibradoras[2] con lo que evita que la composición caiga en la cursilería.
Ay oye si María Jesú sé fue
Oye con sus hijos es el pecado
Ay ombe yo consigo otra mujer
Caramba que me calme este guayabo.
Aunque Llerena tiene conocimiento de los hechos, sabía lo que pensaba y sentía Manuel Antonio, solo en dos versos hace de narrador testigo. En la mayoría de las estrofas le da a su amigo la condición de narrador protagonista de lo sucedido.
Ay ombe si María Jesú supiera
Lo mucho que yo la quiero
No hubiera olvidado su tierra
Ay ombe tampoco a Manuel Contreras.
Pese a que el narrador personaje a lo largo de la canción expresa lo que sentía por María Jesús y el dolor que le producía su olvido, jamás la perdonó. Manuel Contreras Marriaga relata que después que ella se fue a vivir a Las Canoas, su tío la mandó llamar debido a que uno de los hijos se enfermó, pero que una vez se recuperó le pidió que se fuera de su casa.
Ay ombe yo no llego a la Quietud
Oye yo me voy es pa' Chibolo
Ay se me fue María Jesú
Caramba, dejándome a los hijos solos.
Pero, también encontramos a la resignación presente en la composición. Su presencia se nota en el siguiente verso:
Ay ombe lo que le pasó a Contreras
Oye a cualquier hombre le pasa
Ay se le fue su compañera
Ay ombe con el mozo de la casa.
La autoría de la canción
A la Ley de Dios, que es una montaña que existía entre Bosconia y El Copey, donde Antonio Llerena tenía una propiedad llamada “Tò no van”, llegaron Beto Villa y Antonio García Villa a buscarlo. Beto, quien conocía sus composiciones, le pidió unas canciones y este le entregó dos: María Jesús y Si a ti me dedico. Ambas fueron incluidas en el mismo larga duración El Cantor Triunfante, mientras la primera apareció como DRA, la segunda como de la autoría de Beto Zabaleta. Cuando Llerena le preguntó a Beto Villa las razones por las que no reconoció su autoría en ambas canciones, le dio como respuesta que lo había hecho por amistad.
Antonio Llerena a través de un litigio logró que le fuera reconocida la autoría de estos temas musicales y que Codisco le pagara por regalías la suma de treinta y cinco mil pesos.
Álvaro Rojano Osorio
[1] Llerena, R. (s. f). (1985) Memoria cultural en el vallenato. Un modelo de textualidad en la Canción Folclórica colombiana. Editor: [Medellín] : Centro de Investigaciones, Facultad de Ciencias Humanas, U. de A.,
[2] Quintero, M. Vallenato: cultura y sentimiento. En Llerena, R. ((1985)). Memoria cultural en el vallenato. Un modelo de Textualidad en la Canción Folclórica colombiana. Editor: [Medellín] : Centro de Investigaciones, Facultad de Ciencias Humanas, U. de A.,
Sobre el autor
Álvaro Rojano Osorio
El telégrafo del río
Autor de los libros “Municipio de Pedraza, aproximaciones historicas" (Barranquilla, 2002), “La Tambora viva, música de la depresion momposina” (Barranquilla, 2013), “La música del Bajo Magdalena, subregión río” (Barranquilla, 2017), libro ganador de la beca del Ministerio de Cultura para la publicación de autores colombianos en el portafolio de estímulos 2017, “El río Magdalena y el Canal del Dique: poblamiento y desarrollo en el Bajo Magdalena” (Santa Marta, 2019), “Bandas de viento, fiestas, porros y orquestas en Bajo Magdalena” (Barranquilla, 2019), “Pedraza: fundación, poblamiento y vida cultural” (Santa Marta, 2021).
Coautor de los libros: “Cuentos de la Bahía dos” (Santa Marta, 2017). “Magdalena, territorio de paz” (Santa Marta 2018). Investigador y escritor del libro “El travestismo en el Caribe colombiano, danzas, disfraces y expresiones religiosas”, puiblicado por la editorial La Iguana Ciega de Barranquilla. Ganador de la beca del Ministerio de Cultura para la publicación de autores colombianos en el Portafolio de Estímulos 2020 con la obra “Abel Antonio Villa, el padre del acordeón” (Santa Marta, 2021).
Ganador en 2021 del estímulo “Narraciones sobre el río Magdalena”, otorgado por el Ministerio de Cultura.
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