Música y folclor
Alejo Durán: Mi Folclor, el vallenato, una bendición de Dios
Mi Folclor es el tituló de la canción que Alejo Durán grabó en 1977 para Discos Victoria, en la que menciona que el merengue y la puya, a pesar de hacer parte de la música del Caribe colombiano, solo se escuchan cuando él los interpreta. También que su acordeón llora porque ya no compone canciones asociadas con estos géneros.
Pero Alejo no solo hace estas afirmaciones. Además, identifica a la puya como parte del vallenato, sin referirse a un espacio geográfico, sino al conjunto de géneros musicales que recibe esta denominación. Porque, en cuanto a su territorialidad, dice que pertenece al Magdalena (Grande). Sin embargo, en una de sus composiciones la identifica como pasera, refiriéndose al gentilicio del Paso, hoy Cesar.
Es bajo este marco sonoro que canta Alejo Durán. Es un músico vallenato, es decir, un acordeonero que compone y canta música vallenata.
“Llegó el vallenato, / llegó el vallenato, / recorriendo la región, / déjenlo que toque para que se sofoque, / y gozarán bastante.”
Repertorio musical asociado con este género, en el que se incluyen éxitos como Mi pedazo de acordeón, La Puya Vallenata; temas que asegura interpretó siguiendo las enseñanzas de los acordeoneros “El Negro Mendo”, Eusebio Ayala y Juan Muñoz. Mientras que, del merengue se refiere en Voy a Sacar este Merengue, (y debió suceder en otros temas), que grabó en 1970 para Discos Curro, en el que canta:
Yo voy a sacar este merengue, / oigan lo que estoy tocando, / ay pá que siempre me recuerden, / toditos mis paisanos. Allá viene Alejandro con su acordeón, / y viene recordando su ejecución.
Alejo, que aseguró que los temas para componer canciones eran el amor o el despecho[1], también hizo del paseo una fuente de su inspiración. En efecto, le cantó a este género en Mi Tiempo, afirmando que los muchachos dicen que ya él no saca (compone y/o graba) un paseo que tenga el mismo gusto musical y sea de la aceptación de la gente. Señalamiento que lo lleva a indagar: ¿Será que yo he ido perdiendo velocidad en los dedos? A lo que responde: Cuando estoy tocando (el acordeón), a mí no me parece.
Es en el paseo Para saber tocar donde el juglar, además de indicar la manera de hacer sonar el acordeón para lograr un buen son: teniendo cuidado al hacerlo, una buena ejecución, saber golpear los bajos; recomienda no tocar los pitos para formar una algarabía, sino llevar la melodía. Pero, sobre todo, no interpretar este instrumento con las manos, sino con el alma, como él lo hizo a lo largo de su carrera musical.
Del son también se ocupó. En efecto, grabó para Discos Fuentes, en 1972, el tema El Soncito, que dedica a todos sus paisanos, los paseros, a las muchachas y a todos los amigos.
Durán también grabó cumbias, como la Cumbia Costeña, así como la Cumbia Buena, un disco de 78 revoluciones por minutos producido por Discos Fuentes, en la que invita a los muchachos que la bailen, que prendan las velas y no den barato, porque está buena.
También llevó al acetato la canción La Tambora, un paseo que hace parte del Larga Duración Alejo y sus vallenatos, Vol. 2, grabado en 1980 para discos Victoria. Sin embargo, que lo haya hecho no resulta un hecho aislado, pues en su repertorio encontramos a uno de sus mayores éxitos, La Candela Viva, grabada en 1955.
El Pajarito, otro baile cantao de la orilla del río Magdalena, igualmente hace parte de su repertorio. Efectivamente, grabó El Pajarito, incluido en un disco de 33 revoluciones por minutos, producido en 1970, al que le da el nombre. Paseo en el que conserva la estructura responsorial de este son: una voz prima y un coro que le responde.
Volá, volá, volar, volar Pajarito, / yo he visto volar un toche de la rama de un palito, / Volá, volá, volar, volar Pajarito.
El afamado acordeonero no podía dejar de mencionar en sus canciones al Porro cumbé, que se acredita como de su autoría. Una referencia en su discografía la encontramos en el Long Play Trago Gorriao, del Sello Polydor Récords, del que hizo parte la canción El Brinco de Nicolás, en la que dice que es un aire tropical que a cualquiera hace bailar, aunque no lo sepa hacer. Fue El Parrandón, grabado por el Binomio de Oro, el más importante éxito de los temas compuestos bajo esta identificación musical.
El juglar también incluyó en su repertorio a la charanga al grabar, en 1976, la Charanga Vallenata; género cuyas bases rítmicas son el son, el danzón cubano, y el paseaito. Sin embargo, pese a esta apuesta musical, se negó a grabar guaracha, cuyo origen es el mismo que los géneros antes mencionados, que popularizó la Sonora Matancera en Colombia, y que Aníbal Velázquez interpretó con éxito. Se negó a hacerlo, pese a que su negra se lo pidió, argumentando que no es de la nueva ola, que él es vallenato puro.
Alejo asegura en una de sus canciones asegura que el vallenato es una bendición de Dios y que para dejarlo que muera, él tendría que fallecer; pidió a los acordeoneros que tocaban guaracha que dejaran de hacerlo porque este género le quitaba sabor y la gracia a la música del Magdalena (la vallenata). Mientras que, a las críticas que le hacen por no tocarla, responde que interpretarla, es como abandonar su casa, no si dejar de aseverar que: que está muy viejo para meterse a cocacolo.
Álvaro Rojano Osorio
[1] El Tiempo, Así hablaba Alejo Durán: El 'Negro grande', en sus propias palabras. https://www.eltiempo.com/cultura/musica-y-libros/las-mejores-frases-de-alejo-duran-324290
Sobre el autor
Álvaro Rojano Osorio
El telégrafo del río
Autor de los libros “Municipio de Pedraza, aproximaciones historicas" (Barranquilla, 2002), “La Tambora viva, música de la depresion momposina” (Barranquilla, 2013), “La música del Bajo Magdalena, subregión río” (Barranquilla, 2017), libro ganador de la beca del Ministerio de Cultura para la publicación de autores colombianos en el portafolio de estímulos 2017, “El río Magdalena y el Canal del Dique: poblamiento y desarrollo en el Bajo Magdalena” (Santa Marta, 2019), “Bandas de viento, fiestas, porros y orquestas en Bajo Magdalena” (Barranquilla, 2019), “Pedraza: fundación, poblamiento y vida cultural” (Santa Marta, 2021).
Coautor de los libros: “Cuentos de la Bahía dos” (Santa Marta, 2017). “Magdalena, territorio de paz” (Santa Marta 2018). Investigador y escritor del libro “El travestismo en el Caribe colombiano, danzas, disfraces y expresiones religiosas”, puiblicado por la editorial La Iguana Ciega de Barranquilla. Ganador de la beca del Ministerio de Cultura para la publicación de autores colombianos en el Portafolio de Estímulos 2020 con la obra “Abel Antonio Villa, el padre del acordeón” (Santa Marta, 2021).
Ganador en 2021 del estímulo “Narraciones sobre el río Magdalena”, otorgado por el Ministerio de Cultura.
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