Música y folclor
Jorge Oñate: La leyenda
In Memoriam a Jorge Oñate. (La Paz, Cesar, (Valledupar), 31 de marzo de 1949; Medellín (Antioquia), 28 de febrero de 2021)
Hace 75 años, la loable romería del municipio de La Paz (Cesar) atestiguó el nacimiento del legendario cantautor vallenato, Jorge Oñate, mejor conocido hasta en la eternidad con los seudónimos de oro “El jilguero de América” o “El ruiseñor del Cesar”: ese hombre parrandero -tal como el clásico título vallenato del año 1984, emanado de la voz de Diomedes-, quien, simplemente, nació para cantar hasta el último día de su vida con sumo frenesí, pues su entrañable regocijo en conjunto con su vehemente público y sus colegas así lo vislumbraban.
Medio siglo cantándole a Colombia y al mundo
“El jilguero de América” o “El ruiseñor del Cesar” como se le conocerá por siempre a Jorge Oñate, inició su carrera musical en 1968 con el estreno del álbum “Festival vallenato” al lado de “Los Guatapurí”; y, un año más tarde, junto al acordeonista, Nelson Díaz, lanzaría su segundo LP titulado “Conmigo es el baile”.
Adicionalmente, para la década de 1970, se unió a los pomposos Hermanos López -en cabeza de Miguel, en el acordeón, (“Rey Vallenato”, 1972), y Pablo, en la caja-, a efecto de consolidar para la soberana historia del folclor vallenato el siguiente puñado de canciones:
“Bertha Caldera” de Bienvenido Martínez y “Siniestro de ovejas” de Carlos Araque Mieles. (“Lo último en vallenatos” (1970)). “Amor sensible” de Freddy Molina y “Mi gran amigo” de Camilo Namen Rapalino. (“Mi jardincito” (1972)). “Recordando mi niñez” de C. Namen, “Tiempos de la cometa” de F. Molina y “Bajo el palo e’ mango” de Leandro Díaz. (“Reyes vallenatos” (1972)). “Palabras al viento” de Santander Durán Escalona, “No voy a Patillal” de Armando Zabaleta y “El cantor de Fonseca” (1973) de Carlos Huertas Gómez. “Dos rosas” de F. Molina. (“Fuera de concurso” (1974)) y “Rosa jardinera” de Idelfonso Ramírez Bula incluida en el álbum que, estrenado en 1974, ostenta el título de la ya referida melodía.
Inclusive, en 1975, bajo la compañía del acordeón de “Emilianito” Zuleta Díaz apareció el álbum musical, “La parranda y la mujer”, destacando por los clásicos vallenatos, aún muy memorables, “Mujer conforme” de Máximo Móvil más el mote que titula el álbum de la autoría de Poncho Cotes Jr.
Hasta consumó dupla con otro grande del acordeón como lo fue Nicolas “Colacho” Mendoza -quien también descansa en la eternidad-, propagando por todo el territorio Nacional el cancionero “Campesino parrandero” (1976) de Hernando Marín; “Cadenas” de Rosendo Romero, “Que vaina las mujeres” de C. Huertas e “Igual que aquella noche” de Emiro Zuleta Calderón, contenidas en el álbum “Únicos” de (1976) y “Ausencia” de S. Durán del álbum “En la cumbre” (1977).
Y para cerrar la década con “broche de oro”, hizo realidad la publicación de dos álbumes junto al acordeonista, Raúl “Chiche” Martínez, bajo los títulos “El cambio de mi vida” (1978) y “Siempre unidos” (1979), en las que sobresalieron las melodías del ayer “El copete” de Rafael Escalona, “Nido de amor” de Octavio Daza y “Canasta de ensueños” de Fernando Meneses Romero. Aún más: en 1980, publicitaron su vigésimo trabajo musical titulado “Noche de estrellas”, descollando las composiciones “Noche de estrellas” de Roberto Calderón, “La vieja Sara” de Rafael Escalona y “Oye tú” de O. Daza.
Pero fue en compañía del insigne, Juan Humberto “Juancho” Rois, (fallecido en 1994), que, desde 1981 hasta 1985, despuntó con fuerza su andar musical con varias canciones, a saber, dignas para la realización inmediata de una antología musical:
“Alicia adorada” de Juancho Polo Valencia, “Mujer marchita” de Daniel Celedón y “Lloraré” de Gustavo Gutiérrez Cabello, incluidas en el álbum “El cantante” (1981); “Sanjuanerita” de Hernando Marín, “Nació mi poesía” de Fernando Dangond Castro y “Ruiseñor de mi Valle” de José Eliécer Hernández, apreciadas en el álbum del mismo título de la canción anterior (1981); “Paisaje de Sol” (1982) de Gustavo Gutiérrez Cabello y “La Gordita” de L. Díaz; “Calma mi melancolía” de G. Gutiérrez del álbum “13 Aniversario” (1983); “La contra” de L. Díaz, comprendida en el álbum “Canto y tradición” (1984) y “El cariño de mi pueblo” (1985) de G. Gutiérrez.
Por una década -de 1986 a 1996-, Álvaro “Alvarito” López, en calidad de acordeonero, acompañó tanto en tarima como en estudio a Jorge Oñate, -incluso, en la realización de su último proyecto musical “Patrimonio cultural” (2016)-. Así pues, diez álbumes en total fueron preparados para la referenciada época de las que subrayo (así como he venido retratando las canciones más conmemorativas a lo largo de este artículo) las siguientes:
“Me pides tanto” de Efrén Calderón, incluida en el álbum “El jilguero” (1987); “Lindo diciembre” de Miguel Herrera y “Volví a llorar” de Amílcar Calderón, incluidas en el álbum “El folclor se viste de gala” (1988); “Palabras de amor” de Aurelio “Yeyo” Núñez; “Devuélveme mis sentimientos” de José Alfonso “Chiche” Maestre; el sublime poema para las madres “Cariño de madre” de G. Gutiérrez y “Lo que siempre esperaste” de Hernán Urbina Joiro, incluidas en el álbum “Palabras de amor” (1989); “El más fuerte” de A. Núñez; “Llegó tu marido” del fallecido Romualdo Brito y el denominado “himno oñatista” “Nunca comprendí tu amor” del “Chiche” Maestre, incluidas en el álbum “El más fuerte” (1990); “Los adioses de mi vida” del “Chiche” Maestre , “Una aventura más” de Luis Egurrola y “El testamento” de R. Escalona, incluidas en el álbum “Mi mejor momento” (1991); “Triste y confundido” de Deimer Marín y “Una joya musical” de Calixto Ochoa, incluidas en el álbum “Bailando así” (1992); “Te quiero porque te quiero” de G. Gutiérrez, incluida en el álbum “El vallenato de siempre” (1993) y “Nací para quererte” de Amílcar Ariza y “¿Qué tienes que me vuelves loco?” de Enrique Araújo Fuentes, incluidas en el álbum “Nací para cantar” (1996).
Los cuatro álbumes siguientes: “El de todos los tiempos” (1997); “Es universal” (1998); “El poder de mis canciones” (1999) y “Llévame contigo” (2001), fueron realizados bajo la grandiosa compañía del acordeón de Gonzalo Arturo “El Cocha” Molina, resaltando las canciones “Brillará otra esperanza” de Luis Egurrola; el portentoso paseo vallenato “Amaneceres del valle” de R. Brito y “Te amaré por siempre” de Alberto “Tico” Mercado; “El poder de mis canciones” de Iván Ovalle y los temas “Por volverte a ver” de Fabián Corrales y “Llévame contigo” de Wilfran Castillo.
Junto al acordeón de Julián Rojas, Jorge Oñate descrestó con su propuesta “El invencible”; entre otras cosas, su álbum número 41 en lo corrido de su larga y fidedigna carrera artística. Se destacaron, sin lugar a dudas, las canciones “El invencible” de Omar Geles; la parrandera “Sí, sí, sí” de Juancho Polo Valencia; “Amalaya” de Luis Guillermo Pérez y una más que no puede quedar por fuera dada su gran aceptación por parte del público vallenato: “Se Te Fueron Las Luces” de Josué Rodríguez Duarte.
Cinco álbumes más serían grabados junto al rey vallenato Cristian Camilo Peña teniendo en cuenta el titulado “40 Años de Parranda” (2008) que incluye varios éxitos de Jorge Oñate (en formato “In Live”) en lo que respecta a su extensa carrera artística.
Sin embargo, entre 2004 hasta 2009, las canciones publicitadas en dichos lustros, fueron un éxito nacional -y, porque no, en varios países de Latinoamérica-, las cuales merecen ser enlistadas:
“Si no me abrazas” de W. Castillo y “Encontré lo que quería” de Felipe Peláez, incluidas en el álbum “Seguiré triunfando” (2004); “Me cansé” de Jean Carlos Centeno y “Carita de virgen” de José Carlos “Chiche” Guerra, incluidas en el álbum “Vivo cantando” (2005); “Si no me aceptas” de “Tico” Mercado, “La coqueta” de J. Valencia, “La paloma” de Adolfo Echavarría, “Algo anda mal” de “Yeyo” Núñez; “Adiós, que te vaya bien” de Omar Geles y “El plan B” de Elkin García, incluidas en el álbum “Mi mejor regalo” (2006) más las presentadas en 2009 “Te dedico mis triunfos” de “Yeyo” Núñez, “La aplanadora” de O. Geles y “La pega, pega” del histórico “Alejo” Durán.
Luego de la grabación consumada en 2012 del álbum “El chacho de la película” en conjunto con el acordeonista, Fernando “El Chino” Rangel, vino el último disco que completó su fastuosa discografía: “Patrimonio Cultural” (2016) junto a “Alvarito” López y cuyas primeras cuatro canciones fueron todo un hit: “Patrimonio cultural” de Roberto Calderón, “Meneando la batea” de Andrés Beleño, “Seductora” de Efrén Calderón y “La crítica” de O. Geles: nada más y nada menos que una diciente diatriba hacia el vallenato actual.
Cuarenta y ocho álbumes y más de 70 canciones notorias reveladas a lo largo de esta evocación a manera de homenaje al “Jilguero de América”, a ese inalcanzable “Ruiseñor del Cesar” por su apasionada labor musical en favor del vallenato tradicional que logró mantener hasta su existencia, permiten concluir que el Premio Grammy a la Excelencia Musical no fue en vano: toda una vida entregándose, de cuerpo y alma, no como un cantor más de bellas líricas inspiradas en la hermosura de las mujeres, o los deslices de la vida, sino como un magnánimo cultor de nuestro inmortal folclor vallenato por lo que será recordado por siempre y para siempre por un público que, a través de la masa popular, lo seguirá aclamando por sus sentidas canciones.
Sin más preámbulo, Jorge Oñate: ¡La Leyenda!
P.S. Los acordeoneros que tuvieron la dicha de acompañar a Jorge Oñate a lo largo y ancho de su vida artística fueron “Reyes Vallenatos”: Nicolás “Colacho” Mendoza (1969 y 1987: “Rey de Reyes”); Miguel López (1972); Raúl “El Chiche” Martínez (1981); Gonzalo Arturo “El Cocha” Molina (1990 y 1997: “Rey de Reyes”); Julián Rojas (1991); Álvaro “Alvarito” López (1992 y 2017: “Rey de Reyes); Cristian Camilo Peña (2008) y Fernando “El Chino” Rangel (2012).
Nicolás Fernando Ceballos Galvis
Sobre el autor
Nicolás Fernando Ceballos Galvis
Comunicación sin fronteras
Comunicador social egresado de la Fundación Universitaria San Alfonso (Bogotá, 2015), destacó, allí, por su informe especial relativo al XII Congreso de teología moral: “La objeción de conciencia: ¿un derecho de la persona?” (Bogotá, 2012), y, en 2014, siendo monitor del Centro de Producción Multimedia y Audiovisual, colaborando, principalmente, en el Boletín Institucional, “Máxima Alfonsiana”, en calidad de redactor. En 2015, fue ponente del Primer Encuentro Interinstitucional sobre Investigación Interdisciplinar, base para la realización del trabajo de grado grupal a efecto de optar el correspondiente grado bajo el título “La investigación interdisciplinaria en la Fundación Universitaria San Alfonso”.
Asimismo, participó, en sus tiempos de bachiller, en el “Primer Concurso de Cuento, Poesía y Dibujo Infantil y Juvenil por la Paz de Colombia” promovido por el Grupo Editorial EDUCAR (2006) y ya en calidad de periodista independiente, obtuvo, en 2022, el primer puesto (categoría crónica corta) por el escrito de su autoría, “Diario de ‘Villa Imperial’”, expuesto al interior del concurso “La realidad de nuestro territorio a través de tus ojos” promovido por la Secretaría de Mujer y Juventud de la Alcaldía del municipio de Funza, Cundinamarca.
Participante en diversos simposios y capacitaciones académicas relacionadas con su carrera tanto a nivel nacional como internacional, desde 2019 cuenta con una amplia experiencia en el sector de las publicaciones periodísticas independientes a través de su blog personal, “Comunicación Sin Fronteras”, bajo la elaboración de artículos de interés general con énfasis, principalmente, en asuntos culturales o de reflexión social; musicales (en especial, sobre su admirado folclor vallenato, asuntos netamente salseros y rancheros) y temas futbolísticos, “a sol y sombra”, en remembranza del título del libro que evoca este deporte de la autoría del extraordinario, ya fenecido, cronista uruguayo, Eduardo Galeano.
Ahora, este joven bogotano, “con corazón costeño”, pretende cultivar un constructo social que, desde diversas temáticas, logre cautivar al público lector mayoritario de PanoramaCultural.com.co a través de sus opiniones reflejadas al interior de su tribuna la cual ha decidido titular, igualmente, con el mote de su blog personal en honor a su trabajo periodístico independiente.
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Nelson Díaz nunca fue acordeonista, el tocaba saxofón o clarinete, en el trabajo discografico que grabó Jorge Oñate con Nelson Díaz no se escucha acordeón por ningún lado.
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