Música y folclor
El Gran Martín Elías y su trayectoria musical
In memoriam de Martín Elías Díaz Acosta, (Valledupar, Cesar, 18 de julio de 1990 - Sincelejo, Sucre, 14 de abril de 2017)
En la “Semana Santa” de 2017, más exactamente acaecida en el mes de abril de aquel lustro, el para entonces prominente joven cantautor vallenato, Martín Elías Díaz Acosta (26 años), por infortunio, perdió la vida en un accidente automovilístico luego de haber consumado en la madrugada del 14 de abril una loable presentación en el municipio de Coveñas (Sucre), desde luego, bajo el beneplácito de su infaltable público autoproclamado con contundencia: “¡Martinista!”.
Si, en su orden, la despampanante “Diosa” del vallenato, Patricia Teherán, (1995); el “Gran cantor”, Jesús Manuel Estrada, (2003); el “Rey de la nueva ola vallenata”, Kaleth Morales, (2005) y el afamado compositor, Romualdo Brito, (2020), perdieron la vida por intermedio de los también denominados siniestros viales, el hijo de Patricia Acosta y “El cacique de la Junta”, Diomedes Díaz, y hermano de Rafael Santos, Diomedes de Jesús y Luis Ángel, tampoco estuvo exento de ello a efecto de cerrar sus ojos para siempre. ¿Por qué así? ¿Será, entonces, que ahora ese será el oscuro destino que les tocará seguir a futuros intérpretes y compositores vallenatos para que, en la penumbra, se encuentren con el fantasmagórico esqueleto que representa la legión de la muerte? No lo sabemos, pero lo cierto, aquí, es que, en definitiva, a todos nos llegará la hora, sean cuales sean las circunstancias.
Reza el refrán popular: “hijo de tigre, sale pintado”, pues, inclinado desde jovencito por esa vena musical, máxime si se tiene en la cuenta la bienquista escuela encabezada por su padre, Diomedes, de la que, valga acotar, fueron condiscípulos sus apreciados hermanos Rafael Santos; Luis Ángel; Diomedes de Jesús Santos Acosta, “El chú”; y, a la postre, sus medios hermanos, Diomedes Dionicio Díaz Aroca y Elder Dayán Díaz Rodríguez, ostenta primerizos espacios musicales al interior de la prácticamente ignota agrupación, “La familia de Diomedes”, direccionada por su tío, -el asimismo cantante vallenato, Elver Augusto Díaz Maestre-, participando en las producciones musicales, “Homenaje al Cacique”, (2002), de cuyo título, -igualmente musical-, es partícipe de la reminiscencia dedicada hacia la figura de su padre y en la interpretación del título, “Amor inocente”, de la autoría de Gabriel Elías “Gaby” Arregocés Barros.
De igual modo, coexiste registro de su voz en las exégesis de las canciones “Sólo tú mi Dios” (Dorian Santa) y “Si me quieres yo también” (José Trinidad Izquierdo), contenidas en el proyecto discográfico de 2004 “Con futuro”; “En corraleja” (Pedro Miguel Salcedo Martínez – E. Díaz) y “Muchacha bonita” (José “El canario” Pertúz), halladas en “Avanzado” (2005); “Mi mujer y yo” (Crescencio Salcedo Monroy – Emiro Zuleta – E. Díaz) del álbum de 2006 “Para todos” y los temas aparecidos en el listado de canciones de “Familiarízate” (2010) “Con las manos en la masa” / “El chicharrón” (Omar Geles), “Algo es algo” (Carlos “Chiche” Ustariz) y “Dura despedida” (Edison Múnive).
Aunque se esboza que sus “pinitos” para despuntar en solitario iniciaron en compañía de Fernando Isaac “El chino” Rangel (“Rey vallenato”, 2012) al interior del 38º. Festival de la Leyenda Vallenata (2006) en cuya edición el acordeonero bogotano, Alberto “Beto” Jamaica, se coronó “Rey vallenato”, fue al lado de Rolando Ochoa que inició a plenitud su carrera artística con el lanzamiento, en 2007, de su primer álbum de estudio, “Una nueva historia” (Discos Fuentes); y, de ahí en adelante, la presentación al público vallenato de tres proyectos de estudio adicionales, a saber: “Marcando la diferencia” (Codiscos, 2008), “Cosa de locos” (Rastafari Music, 2009) con los “carnavalitos” a cuestas “La mini mini” (D. en R.) y “La pega pega” (“Alejo” Durán) y “El terremoto musical” (Codiscos, 2011), sobresaliendo, aparte del título del trabajo musical, escrito por Ochoa, varios temas titulados “Mi amor ideal” (Alberto “Tico” Mercado); “El complemento de mi vida” (Omar Geles); “Punto final” (Sergio Luis Rodríguez); “La gota” (E. Múnive); “Dueña de mi vida” (Wilfran Castillo) más el éxito vallenato de la época, a nivel nacional, “Ábrete” (R. Ochoa).
Y, si de homenajes en vida se trata, se rescata el álbum “Homenaje a los grandes del vallenato” (Codiscos, 2011), donde Martín Elías interpreta con tesón los clásicos de Farid Ortiz, “El rey de los pueblos”, “La cama sola” (Dagoberto Osorio) y “Dilo” (F. Ortiz); de “El jilguero de América”, o, “El ruiseñor del Cesar”, Jorge Oñate, “Tu que tienes que me vuelves loco” (“Kike” Araújo) y “Orgulloso de ti” (Luis Durán); de Rafael Orozco y “El Binomio de Oro” “Amor, amor” (Israel Romero) y “Cualquier momento es preciso para amar” (Iván Ovalle); de “Poncho Zuleta” “Más romántico que nunca” (Dr. Hernán Urbina Joiro) y “No tardes tanto” (W. Castillo); de Iván Villazón, “La voz tenor del valleanto”, “De par en par” (Armando Arrendondo) y “Noticias (Efraín Barliza); la de Jesús Manuel y “Los diablitos”, “Ya tengo quien me quiera” (Omar Geles); la de Fabián Corrales, “Se va la reina” (F. Corrales); la de “Beto” Zabaleta “Porque tengo que ser yo” (Poncho Cotes Jr.) y, para cerrar con broche de oro tan apreciable repertorio, por supuesto, con las composiciones de su padre “Buenas tardes” y “La chinita” más el mote musical “Necesito tu amor” (Jorge Valbuena).
En 2012, aparece “El boom del momento” (Codiscos), esta vez, haciendo dupla con su nuevo compañero de fórmula en el acordéón: Juan Mario “Juancho” de la Espriella; quien, en 2003, valga recordar, acompañó a Diomedes en el acordeón a efecto de consolidar el álbum “Pidiendo vía” (Sony Colombia). Empero, la canción “El boom del momento” (R. Ochoa) trascendió más que fronteras al igual que “Vas a llorar” (Iván Calderón) y “Por tí” (R. Ochoa). Cabe mencionar que, en 2014, se hizo efectiva la presentación de “La historia continua” (Codiscos), donde se inscribe la poética, “10 razones para amarte”, (J. Valbuena), y la “mundialista”, “Yo soy mundial”, (D. Díaz), -originalmente interpretada por su padre en 1994-.
Antes de dilucidar su reencuentro con Rolando Ochoa, destáquese dos aspectos fundamentales surgidos en 2015: su participación tanto en la edición especial de la serie musical “La combinación vallenata”, (Vol. 8), - producida por Codiscos-, en las pistas “El chelele” (R. Ochoa), a dúo con Andrés Ariza Villazón, y “Los cambamberos” (Edgar Alfredo Zabaleta) y “Confesión” (R. Ochoa), ambas, a dúo con “Peter” Manjarrés, como en el sentido homenaje que, en conjunto con su hermano, Rafael Santos, realizaron hacia su fenecido padre a través del compacto “post mortem”, “Entre Díaz y canciones”, (Sony Colombia), trayendo a colación su interpretación de las tonadas, propiedad de su padre, “La muchachita”, “El hijo agradecido”, “Cuatro paredes” y los mosaicos -grabados al lado de su padre-, “Mosaico Calixto”, en especial, la sentida, “El poema”, (Calixto Ochoa), y el mosaico en honor a Freddy Molina y sus composiciones de antaño tituladas “Los novios” y “Amor sensible”.
Ya, en la segunda era con Ochoa, publicitan el álbum de estudio, “Imparables”, (Sony Colombia, 2015), bajo los temas por excelencia “El látigo” (R. Ochoa), “Mi ex” (O. Geles), “Cancelada de mi vida” (R. Ochoa) y “Loco por tu amor” (S. Rodríguez), con un ingrediente adicional, surgido en 2016, a modo de segunda parte, contentivo a un nuevo homenaje a los grandes del vallenato, producido por la disquera Codiscos.
Para la ocasión, rememora los clásicos de “Beto” Zabaleta “A mi no me importa” (F. Corrales) y “Lluvia de mujeres” (Franklin Moya); de Iván Villazón “Acabaste con mi vida” (Juan Humberto “Juancho” Rois) y “Déjame si puedes” (Franco Argüelles); de Rafael Orozco y “El Binomio de Oro” “Un poquito más” y “A ritmo de cha cun cha”, (ambas, de la autoría de I. Romero); de Farid Ortiz “El acoso” (F. Ortiz) y “Mi debilidad” (Alexander Oñate); de Jorge Oñate “Maluquito pero sabroso” (Romualdo Brito) y “Una aventura más” (Luis Egurrola); de “Poncho” Zuleta “Aquí murió un amor” (Gustavo Gutiérrez Cabello) y “Mi par de polluelos” (Juan Segundo Lagos); de Robinson Damián y “Los embajadores vallenatos” “Se le moja la canoa” (Álvaro y Guadys Carrasco); de Jesús Manuel y “Los diablitos” “Lo que quiero eres tú” (O. Geles) y las de Diomedes, sin lugar a dudas, infaltables, “El besito”, “Brindo con el alma” y el “Mosaico ‘Cacique’” acompasado con “Martín enguayabado” (Roque Saballet), “Vida sabrosa” (C. Ochoa) y “Muerto borrachón” (Miguel Beltrán Estrada).
En el momento cumbre de su carrera, Martín Elías partió a la eternidad para estar al lado de su padre. Sin límites. Tal como se tituló el proyecto musical en su honor, claro, lanzado unos meses después de su fallecimiento donde reposan las bellas melodías románticas “Labios negros” (Alfredo “Fello” Zabaleta); “Bendito corazón” (R. Ochoa); “Al fin llegaste tú” (Diego Daza); “Si te me vas” (“Tico” Mercado); más las “moviditas” “La eléctrica” (O. Geles) y “Báilame” (R. Ochoa).
Con seguridad, mientras Diomedes se halla sentado en una banca ubicada en lo más sublime del nirvana, vislumbra a su hijo, Martín Elías, quien le dedica, con ahínco, “El hijo agradecido”.
Nicolás Fernando Ceballos Galvis
Sobre el autor
Nicolás Fernando Ceballos Galvis
Comunicación sin fronteras
Comunicador social egresado de la Fundación Universitaria San Alfonso (Bogotá, 2015), destacó, allí, por su informe especial relativo al XII Congreso de teología moral: “La objeción de conciencia: ¿un derecho de la persona?” (Bogotá, 2012), y, en 2014, siendo monitor del Centro de Producción Multimedia y Audiovisual, colaborando, principalmente, en el Boletín Institucional, “Máxima Alfonsiana”, en calidad de redactor. En 2015, fue ponente del Primer Encuentro Interinstitucional sobre Investigación Interdisciplinar, base para la realización del trabajo de grado grupal a efecto de optar el correspondiente grado bajo el título “La investigación interdisciplinaria en la Fundación Universitaria San Alfonso”.
Asimismo, participó, en sus tiempos de bachiller, en el “Primer Concurso de Cuento, Poesía y Dibujo Infantil y Juvenil por la Paz de Colombia” promovido por el Grupo Editorial EDUCAR (2006) y ya en calidad de periodista independiente, obtuvo, en 2022, el primer puesto (categoría crónica corta) por el escrito de su autoría, “Diario de ‘Villa Imperial’”, expuesto al interior del concurso “La realidad de nuestro territorio a través de tus ojos” promovido por la Secretaría de Mujer y Juventud de la Alcaldía del municipio de Funza, Cundinamarca.
Participante en diversos simposios y capacitaciones académicas relacionadas con su carrera tanto a nivel nacional como internacional, desde 2019 cuenta con una amplia experiencia en el sector de las publicaciones periodísticas independientes a través de su blog personal, “Comunicación Sin Fronteras”, bajo la elaboración de artículos de interés general con énfasis, principalmente, en asuntos culturales o de reflexión social; musicales (en especial, sobre su admirado folclor vallenato, asuntos netamente salseros y rancheros) y temas futbolísticos, “a sol y sombra”, en remembranza del título del libro que evoca este deporte de la autoría del extraordinario, ya fenecido, cronista uruguayo, Eduardo Galeano.
Ahora, este joven bogotano, “con corazón costeño”, pretende cultivar un constructo social que, desde diversas temáticas, logre cautivar al público lector mayoritario de PanoramaCultural.com.co a través de sus opiniones reflejadas al interior de su tribuna la cual ha decidido titular, igualmente, con el mote de su blog personal en honor a su trabajo periodístico independiente.
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