Música y folclor
Remembranzas villazonistas
La estirpe de “La voz tenor del vallenato”, Iván Francisco Villazón Aponte (25 de octubre de 1959), no necesita carta de presentación: hijo de los dignísimos caribeños, la noble dama, Clara Elisa Aponte López, y el hombre político, Crispín Villazón de Armas, quien, adscrito desde sus “tiempos mozos” al otrora Partido Liberal Colombiano, destacó, entre otras actividades de Estado, por ser uno de los artífices de la creación del departamento del Cesar cuya realidad se vislumbró en pleno a partir de la expedición de la Ley 25 de 1967 promulgada en el gobierno del asimismo Liberal, Carlos Lleras Restrepo, (1966-1970); aunque si se trata, también, de conocer en detalle acerca de la vida y obra del portentoso padre del magnánimo cantautor, Villazón, invito, de antemano, a la lectura de la sesuda paráfrasis: “Crispín Villazón de Armas, el hombre que soñó el Cesar”, escrita por Sergio Araújo Castro. (El Tiempo, 7.VI.2015).
Así pues, entre política y acordeones, creció el sobrino del asimismo hombre político, José Antonio Murgas Aponte; el cónyuge de Aida Mercedes García (“Mi amor, mi estrella”, bien como le exclama en el tema de 2008, “Eres todo”, de la autoría de Jorge Valbuena), y el padre de Crispín Enrique, Iván David y Daniel Camilo. (“¡Mis hijos!”, bien como reza él, además, en aquel tema); el cultor, por excelencia (hasta ganándole el pulso a Carlos Vives, afamado por sus gloriosos cánticos en honor a Escalona y sus populares “Clásicos de la Provincia”) de ese rotulado “Vallenato cachaco”, por entre las esquelas adscritas en las historietas musicales vallenatas de la “vieja guardia”; el también conocido con el seudónimo de “La joven voz tenor del vallenato” cuyos éxitos musicales: “Un solo intento” (Omar Geles); “Un nuevo amor” (Enrique “Curry” Carrascal); “El desafío” (Martín Madera); “El payaso de la esquina” (Iván Ovalle); “La mentira tuya” (Omar Geles); “Recuerdos de Alicia” (Duque Palomino) y “Te enamoraré” (Luis Egurrola), que, inmersos en compilados musicales -casi inéditos-, que reposan en mi discoteca personal titulados “Vallenatos 2002-2003” y “Con sentimiento vallenato”, imperaron, con suma fuerza, en aquella Bogotá de los dos mil bajo la égida de su “Vallenato Mayor”: suavecito, romántico, bonito, “rompecorazones” –si se me permite el término–, y, adicional, preservando lo más autóctono y sublime del folclor.
En suma: “El político” o “El doctor del vallenato”. O, en extremo, “El jurisconsulto del vallenato”, pues, decidió declinar de sus estudios de abogacía para entrometerse, de lleno, en ese mundo de acordeones y cánticos vallenatos. Y no se equivocó luego ya son cuarenta años de carrera artística “dirimiendo pleitos” no al interior de los convencionales estrados judiciales sino en escena.
Las coplas al son de Villazón en conjunto con “Fello”, “El pangue”, “El chiche”, “El Cocha” y “Beto” Villa
Por consiguiente, a manera de componendas jurídicas, desde 1984, Villazón comenzó a redactar su propia historieta musical vallenata de “vieja guardia” cuando, de la mano de la otrora, Philips, logró consumar su primer trabajo musical (“El arco iris”), en compañía de su primer compañero de fórmula: el acordeonero, Alfredo Enrique “Fello” Gámez Fuentes. Así pues, la composición, “El arco iris”, propiedad de Escalona, que, lógicamente, incluida en la producción, a modo de paseo, está custodiada por las proverbiales “Pesares” (Alejandro “Alejo” Durán) y “El ramillete” (Abel Antonio Villa).
Ascendió un escalón más en 1985 al esbozar el LP “Una voz, un rey” (Discos Perla) con el acordeón del “Rey” vallenato (1984), Orangel “El Pangue” Maestre. “Mella condolete” (Hernando Marín) y la principalísima de todas, -la mayestática puya de la autoría de “Alejo” Durán, “Pedazo de acordeón”-, son la esencia de este trabajo musical, sin obviar, desde luego, los paseos vallenatos “Sufrido corazón” (Jorge Alberto Calderón) y “Por un amor” (I. Ovalle).
Y llegamos a la época de “Los virtuosos” cuando, entre 1986 y 1987, al lado del “Rey” aficionado (1975), Raúl “El chiche” Martínez, publicita de la mano de la antigua, CBS, los sendos proyectos discográficos, “Los virtuosos” – “Vamo’ amanece’”, (1986), donde, en primera instancia, tuvo cabida la composición de Rosendo Romero, “El amor es un cultivo”, (ganadora del primer lugar del Festival Nacional de Compositores de San Juan del Cesar (La Guajira), 1985) y, luego, la instauración en el cancionero principal del álbum de “Las penas mías” (Marciano Martínez); “Sufrir de nuevo” (I. Ovalle); “Matica de toronjil” (Cesar Castro) y “Quiero amanece’” (Raúl Saladem); y, “Los virtuosos (Vol. 2)”, (1987), donde aparecen las melodías “Recuérdame” (Gustavo Gutiérrez Cabello), “Yo tenía un amigo” (Rafael Manjarrez) y “Todo pasa” (I. Ovalle).
Hasta participaron de la histórica colección, “Fiesta vallenata”, con las canciones “El culebrero” (Julio Oñate) y “Gallito Ramírez” (Fernando Garavito) (Vol. 12, CBS, 1986); “La suerte mía” (I. Ovalle) y “La revancha” (Jacinto Leonardy Vega) (Vol. 13, CBS, 1987); y, “¿Qué puede hacer?”, (R. Manjarrez), y, “Solo tuyo”, (Luis Durán Escorcia) (Vol. 14, CBS, 1988).
Pero si de “uniones perfectas” se trata, recuérdese la entablada con el “Rey” aficionado (1982) y “Rey de reyes”, (1990 y 1997, respectivamente), Gonzalo Arturo “El Cocha” Molina, de cuya asociación -bendecida por la CBS-, se desprendieron los LP “Por ti Valledupar” (1988), “Enamorado de ella” (1989) y “El amor canta vallenato”, publicitado en 1990. (Lustro en el que, valga acotar, “El Cocha” se corona por primera vez “Rey” vallenato).
“Por ti, Valledupar” en cuyo LP se enmarca un pedacito de la estrofa de la canción de la autoría de Gustavo Gutiérrez en honor a la “Capital mundial del vallenato”: “Yo que puedo hacer; por ti Valledupar; ternura de amor; palabra hecha canción; por ti…”, de igual manera incluye las canciones “Que siga la fiesta” (José Alfonso “Chiche” Maestre) más la canción ganadora del Festival del Sinú (1987), “Por estar contigo” (I. Ovalle).
En “Enamorado de ella”, se enlistan las principales “Querer a alguien” (“Chiche” Maestre); “Mis condiciones” (G. Gutiérrez); “Así es mi vida” (I. Ovalle) y “Me acostumbré a ti” (Marcos Díaz), mientras que, en “El amor canta vallenato”, -título propiedad del Dr. Hernán Urbina Joiro-, apertura la década de 1990 con las canciones “Mi novia querida” (G. Gutiérrez); “Quien va a ser mi vida” (“Chiche” Maestre); “Yo si pude adorarte” (Efrén Calderón) y a modo de homenaje a “Alejo” Durán la composición “Vola’ Pajarito”.
De igual modo, participaron de los volúmenes 15 (CBS, 1989) y 16 (CBS, 1990) de “Fiesta vallenata” con la interpretación de las canciones “La casa en el aire” (Rafael Escalona) y “La verdad de mi mentira” (M. Martínez).
Antes de concretar una segunda “Unión perfecta”, esta vez, en conjunto con el acordeonero, Franco Argüelles, -quien lo acompañaría por su itinerario musical entre 1993 a 1998-, en 1991, junto al “Rey” aficionado (1974) y “Rey” vallenato, (1988), Alberto “Beto” Villa, publicita el álbum, “La compañía”, (CBS), donde figuran las recordadas “El niño bonito” (Onaldo Álvarez) y “La fuerza del amor” (I. Ovalle).
La era Villazón-Argüelles
Aquella segunda “Unión perfecta” que, entre 1993 a 1995, contó con el apoyo de la destacada casa discográfica, Costeño / Codiscos, inició actividades artísticas con el lanzamiento de “Mar de lágrimas”, (1993), sobresaliendo las tonadas “Quereme” (Juan Humberto “Juancho” Rois) y “Cuando hablo de tí” (I. Ovalle). Y otras de renombre tales como: “Noticias” (Efraín Barliza) y “Decídete” (Fabián Corrales), publicadas en 1994, y, “Así me pasó contigo”, (I. Ovalle), y, “El detallista”, (F. Corrales), integradas en “Sin límite” (1995).
Ya, entre 1996 a 1998, Ariola y BMG publicitan los álbumes “Entrégate” (96), “Tiempo de vallenato” (97) y “Detalles” (98) que, entre las tres producciones, en total, resulta un buen puñado de canciones, aún recordables, encabezadas “No te ruego más” (J. Valbuena); “Entrégate” (F. Corrales); “Los tres hermanos” (Tobías Alfonso Pumarejo); “El amor de tu vida” (L. Egurrola); “Eres distinta” (J. Valbuena); “90-60-90” (Juan Manuel Pérez) y “Ventana de mis sentimientos” (G. Gutiérrez); con ínfulas, las anteriormente retratadas, de complementar un futuro compilado antológico de vallenatos.
Inclusive, hicieron parte del prácticamente relegado, “Concierto vallenato”, en su cuarta edición (1993) publicada por Costeño / Codiscos con las canciones “El jabillo” (Luis Cujía Álvarez) y “Lo que tu me quieras da’ (F. Argüelles).
La era Villazón-Lallemand
El Rey vallenato (1998), Saul Lallemand, se convirtió en su nuevo compañero de fórmula para, primero, cerrar con “broche de oro” el siglo XX musical, y, desde luego, consumar en todo su esplendor una nueva “Unión perfecta” como en efecto sucedió; comenzando por la inauguración de los sabrosos mosaicos “Zon”.
Así las cosas, 1999 fue el año de “El mundo está al revés” (Valdupari / Universal Music) cuyo título elaborado por José Jayk Acendra fue el título principal en conjunto con la romántica, “Solo me importas tu”, (José Luis Daza), y el primer “Mosaico Zon” complementado por “Tamborito de carnaval” (Eliseo Herrera Junco), “Cunde, cunde” (Félix Butrón) y “La perra” (“Alejo” Durán).
La presente centuria es inaugurada con “Amores” (Sonolux / Valdupari, 2000) en donde se incluyen los carnavalitos, “Tengo un dolor”, (“Alejo Durán), y “El pechiche” (Camilo Namen Rapalino), las románticas “No me pidas que te olvide” (Wilfran Castillo) y “Perdóname” (Alberto “Tico” Mercado), más el “Mosaico Zon II” compuesto por las composiciones del fenecido maestro, Calixto Ochoa, “El amigo Chan” y “Dorotea que será de mí” y la de “El rey de la guaracha”, Aníbal Velásquez, “Está pitando el carnaval”.
Y si en Bogotá asimismo imperaron ciertos temas de “Amores”, se traen a colación -aparte de los temas referidos al inicio de la presente retrospectiva musical “Villazonista”-, “Compréndeme” (W. Castillo) (“Póngale la firma”, Valdupari / Universal Music, 2001); “Arroyito de mi infancia” (G. Gutiérrez) y “Si, si, si” (Juancho Polo Valencia), agregados al cancionero de “El desafío” (Valdupari, 2002), definido por el propio Villazón así: “Un desafío a los tiempos modernos con la misma esencia que llevo desde niño. Un desafío a la música y a la evolución de la forma más clásica del vallenato. Un desafío a mi mismo y a la historia sagrada de mis antepasados”; “Te tengo en la mira” (F. Corrales), “Dios tarda, pero nunca olvida” (Alejandro Sarmiento) y “Cuanto me amas tu” (I. Ovalle) (“El gallo fino”, Valdupari, 2003); “Cuando quieras quiero” (Felipe Peláez) y “Nunca dudes de mí” (O. Geles) (“El poder del amor”, Valdupari, 2004); “Quien más te quiere” (F. Pelaéz); “La chupa dedo” (M. Martínez) y “Cambia por favor” (Álvaro Vence) (“El sueño de mi vida”, Valdupari / Universal Music, 2005) y “El hombre de tu vida” (F. Peláez), “Las dos” (Reinaldo Díaz) (ganadora del primer lugar del Festival Nacional de Compositores de San Juan del Cesar (La Guajira), 2005) y “Lleno de sentimiento, escrita por su hijo, Iván David, (y cantada a dúo con él); las anteriores, con espacio especial en el álbum “El aviador” (Universal Music, 2006).
Otra “Unión perfecta” con… “¡Los Ivanes!”
Villazón e Iván Zuleta destacaron por las producciones realizadas en asocio con Global Entertainment Music / Valdupari “Pa que te enamores” (2008) y “Dando lidia” (2010). Por consiguiente, la primera producción destacó por los temas “Tu olvido” (W. Castillo), “Por mí es que te mueres” (O. Geles) y “Eres todo” (J. Valbuena) mientras que la segunda por las canciones “La lidia” (John González), “La persona de mi vida” (W. Castillo) y “El guardián de tus sentimientos” (Romualdo Brito).
Segunda era Villazón / Lallemand
Este nuevo periplo se caracteriza por el lanzamiento bajo la égida de Valdupari de las canciones “En señal de victoria” (F. Corrales) y “La María Namen” (Oswaldo Castro) (2012), “El camino de mi existencia” (Juan Segundo Lagos) y “La yuca y la tajá” (R. Brito) (2014) y “El trueno” (2018) de Jaime Fragozo.
***
La anterior historia musical que se ha retratado, aquí, en honor a Iván Francisco Villazón Aponte, nos permite concluir que los organizadores del 57º Festival de la Leyenda Vallenata -con inauguración a bordo, ya, a la vuelta de la esquina (30 de abril)-, no se equivocaron al querer homenajearlo por lo grande: es que, cuarenta años de carrera artística, no se improvisan. Y si quieren un homenaje más imperial, permítanle que, a viva voz, inaugure el magnánimo evento vallenato con la tonada “Alma felices” (1995) la cual reza en su estrofa principal: “Sólo es un homenaje a nuestros juglares que nunca se los llevará el viento… Dicen que allá arriba cerca a Manaure; en un paraje que le llaman “La Tomita”; se escuchan cuentos, se escuchan cantos; se oyen parranda con guitarra y mucha risa; y cuenta la gente que son espantos; y que son almas que habitan en la sabana; que son felices en sus encantos y que mantienen la alegría de la montaña: dicen que los versos son los versos de Emiliano; dicen que los cantos son los cantos de Escalona; dicen que los versos son los versos de Emiliano; dicen que los cantos son los cantos de Escalona…”.
P.S. (1): Guardián plenipotenciario del vallenato tradicional bajo sus tributos: “Juglares legendarios” (Valdupari / Universal Music, 2001) en honor a “Alejo” Durán y Luis Enrique Martínez; “Festivaleando” (Valdupari, 2003); “El vallenato mayor” (Global Entertaiment Music / Valdupari, 2009) con José María “Chema” Ramos en el acordeón (“Rey” vallenato, 1977) y “El rey del Valle – homenaje a Nicolás Elías “Colacho” Mendoza” (Valdupari, 2016).
P.S. (2): Aparte de “Apagando focos” (2024), se destacan sus producciones “De Luisiana a Valledupar” (Valdupari, 2023) y “Un ser extraño” (Valdupari, 2022), más sus interpretaciones en solitario de las canciones “Aires de navidad” (en conjunto con el fenecido acordeonero, Víctor “Rey” Reyes, 2021) y “Que se acaben los chismosos” (Rolando Ochoa y “La zona ocho”, 2021); “Una loca humanidad” (con Iván Ovalle y Manuel Julián Martínez, 2020); “Mosaico Zon V” (en conjunto con S. Lallemand, 2019); “Que la olvide” (a dúo con Elder Dayán Díaz, 2019) y “Solo para tí” (Raíces, 2018).
Nicolás Fernando Ceballos Galvis
Sobre el autor
Nicolás Fernando Ceballos Galvis
Comunicación sin fronteras
Comunicador social egresado de la Fundación Universitaria San Alfonso (Bogotá, 2015), destacó, allí, por su informe especial relativo al XII Congreso de teología moral: “La objeción de conciencia: ¿un derecho de la persona?” (Bogotá, 2012), y, en 2014, siendo monitor del Centro de Producción Multimedia y Audiovisual, colaborando, principalmente, en el Boletín Institucional, “Máxima Alfonsiana”, en calidad de redactor. En 2015, fue ponente del Primer Encuentro Interinstitucional sobre Investigación Interdisciplinar, base para la realización del trabajo de grado grupal a efecto de optar el correspondiente grado bajo el título “La investigación interdisciplinaria en la Fundación Universitaria San Alfonso”.
Asimismo, participó, en sus tiempos de bachiller, en el “Primer Concurso de Cuento, Poesía y Dibujo Infantil y Juvenil por la Paz de Colombia” promovido por el Grupo Editorial EDUCAR (2006) y ya en calidad de periodista independiente, obtuvo, en 2022, el primer puesto (categoría crónica corta) por el escrito de su autoría, “Diario de ‘Villa Imperial’”, expuesto al interior del concurso “La realidad de nuestro territorio a través de tus ojos” promovido por la Secretaría de Mujer y Juventud de la Alcaldía del municipio de Funza, Cundinamarca.
Participante en diversos simposios y capacitaciones académicas relacionadas con su carrera tanto a nivel nacional como internacional, desde 2019 cuenta con una amplia experiencia en el sector de las publicaciones periodísticas independientes a través de su blog personal, “Comunicación Sin Fronteras”, bajo la elaboración de artículos de interés general con énfasis, principalmente, en asuntos culturales o de reflexión social; musicales (en especial, sobre su admirado folclor vallenato, asuntos netamente salseros y rancheros) y temas futbolísticos, “a sol y sombra”, en remembranza del título del libro que evoca este deporte de la autoría del extraordinario, ya fenecido, cronista uruguayo, Eduardo Galeano.
Ahora, este joven bogotano, “con corazón costeño”, pretende cultivar un constructo social que, desde diversas temáticas, logre cautivar al público lector mayoritario de PanoramaCultural.com.co a través de sus opiniones reflejadas al interior de su tribuna la cual ha decidido titular, igualmente, con el mote de su blog personal en honor a su trabajo periodístico independiente.
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