Ocio y sociedad
Sharit Joiro, la artesana empoderada de Aracataca
Aracataca, un municipio situado en la región caribeña de Colombia, es un lugar donde la cultura y la tradición florecen en medio de paisajes exuberantes y una rica historia literaria, marcada por la figura del célebre escritor Gabriel García Márquez. Sin embargo, más allá de su fama literaria, Aracataca es también un espacio donde las mujeres desempeñan un papel fundamental en la economía local.
Las mujeres en Aracataca son el pilar fundamental de la sociedad, logrando un papel indispensable en la construcción y el desarrollo de las comunidades. Son fundamentales en la economía local. Son ellas quienes impulsan la producción y venta de artesanías y tejidos, productos que no solo reflejan la riqueza cultural del pueblo, sino que también generan ingresos y mejoran la calidad de vida de las familias.
La economía de Aracataca se basa principalmente en la agricultura, la ganadería y el comercio, sectores en los que las mujeres participan activamente. Sin embargo, es en la artesanía y el tejido donde las mujeres encuentran una oportunidad para expresar su creatividad y habilidad, convirtiéndose en líderes a seguir para otras mujeres y jóvenes.
Estas mujeres, a través del emprendimiento y la creatividad, no solo sostienen a sus familias, sino que también contribuyen a la preservación de la cultura y las tradiciones. En este contexto, la historia de Sharit Joiro, una joven artesana de 19 años, destaca como un ejemplo inspirador de cómo el arte puede ser una vía para la autosuficiencia y el empoderamiento.
Sharit Joiro no es originaria de Aracataca. Es oriunda de Barrancas, La Guajira. Hace ocho años llegó al municipio por recomendación de su madre y, desde entonces, ha hecho de Aracataca su hogar. “Me casé aquí y me gustó el pueblo, así que decidí quedarme”, comenta Sharit con una sonrisa. Con solo 19 años, ha encontrado en la artesanía y el tejido, no solo una pasión, sino un medio para sobrevivir y prosperar.
Desde los 12 años Sharit ha estado inmersa en el mundo de las manualidades, influenciada por su familia indígena que se dedica al tejido. “En mi familia, todos saben hacer hamacas y mochilas. Es una de las tradiciones que se ha transmitido de generación en generación”, explica.
Aunque su inicio en las artesanías fue un poco titubeante, su curiosidad y amor por el arte la llevaron a explorar diferentes técnicas, desde el crochet hasta la bisutería. “Mi emprendimiento como tal inició desde el 2017, por ahí empecé, aunque nunca me gustó eso. Cuando yo era más joven no le prestaba atención, pero cuando me casé con mi pareja, él hacía manillas, y a mí me llamó la atención eso, de ahí para acá me ha gustado hacer todo eso”, afirma con entusiasmo.
Sharit trabaja actualmente al frente de la entrada de la Casa Museo Gabriel García Márquez, un punto de referencia en el que se encuentran algunos locales y visitan los turistas. “La mayoría de las personas me buscan por mis artesanías. Aquí tengo la oportunidad de mostrar lo que hago” recalca con orgullo. A pesar de su juventud, ha sabido aprovechar las oportunidades que se le presentan, convirtiéndose en una referente en el ámbito artesanal de su comunidad.
El trabajo de Sharit es una manifestación del impacto que las mujeres tienen en la economía de Aracataca. A través de su dedicación al arte, ella no sólo genera ingresos para su hogar, sino que también ayuda a mantener vivas las tradiciones culturales de la región. Las artesanías que crea no son solo productos; son historias, recuerdos y una conexión con su identidad.
En su comunidad, Sharit ha observado cómo muchas mujeres han comenzado a emprender en diversas áreas. Desde la repostería hasta la elaboración de perfumes. “Conozco varias compañeras que han salido adelante haciendo artesanías. Ser emprendedor es más que hacer algo artesanal; es una forma de vida”, exclama. La creación de estas pequeñas empresas beneficia a las mujeres, en términos económicos, y les otorga un sentido de propósito y empoderamiento.
A pesar de los avances, Sharit reconoce que aún existen obstáculos significativos en la comunidad. “El principal problema es que no todas tenemos acceso a los recursos necesarios para trabajar, muchas de nosotras estamos sin empleo”, señala. Sin embargo, su mensaje es de motivación: “No se necesita mucho dinero para empezar; todo es cuestión de esfuerzo y dedicación”, aclara. Este espíritu de lucha y perseverancia es un rasgo común entre las mujeres de Aracataca.
Una de las contribuciones más importantes de las mujeres como Sharit es su papel en la preservación de la Cultura. Las artesanías que producen son piezas comerciales y representaciones de su herencia. “Me gustaría que cada mujer de Aracataca se sintiera orgullosa de su trabajo y lo llevara a donde quiera que vaya”, expresa Sharit. La idea de que cada persona puede aportar algo único a la comunidad es un concepto poderoso que ella defiende con una sonrisa en el rostro.
Recalca que hay muchas tradiciones que no se practican y que sería “chévere” que cada persona hiciera lo que sabe hacer. “Hay personas con mucho talento que no se animan a mostrarlo. Yo, al principio, creía que a nadie le gustaría lo que hacía, pero me di cuenta de que cada quien tiene su gusto y eso es lo hermoso”, comparte la joven. Su experiencia personal es un recordatorio de que la confianza en uno mismo es clave para el éxito.
El camino hacia el empoderamiento femenino en Aracataca es aún largo, pero el apoyo y la visibilidad son fundamentales. Sharit ha notado un aumento en el reconocimiento del papel de la mujer en su comunidad. “Hoy en día, las mujeres nos hemos dedicado a nosotras mismas. Ya no dependemos solo de los hombres, muchas de nosotras podemos vivir bien sin que un hombre nos dé nada”, afirma con orgullo. Esta independencia económica es un gran paso hacia la igualdad de género y la autoconfianza.
La red de apoyo entre mujeres también es esencial. Sharit comenta que conoce a muchas mujeres que han logrado salir adelante y que se han convertido en referentes para otras. “Hay muchas que están haciendo cosas maravillosas, no solo en artesanías, sino en diferentes campos, es inspirador ver cómo nos apoyamos entre nosotras”, señala.
Sharit también utiliza las redes sociales para promover la visibilización de su trabajo y conectarse con un público más amplio. “Tengo redes sociales donde me pueden encontrar como arte__isabella en Instagram y como Sharit Joiro en Facebook. Hacemos pedidos y envíos nacionales e internacionales”, resalta. A través de estas plataformas, ha logrado una mayor visita a su emprendimiento, aumentando su clientela y generando un impacto positivo en su economía personal.
El viaje de Sharit es un testimonio de que el emprendimiento puede cambiar vidas. Su historia de éxito inspira a otras mujeres en Aracataca y muestra que es posible superar las adversidades.
“El futuro de las mujeres en Aracataca es brillante, hay tantas mujeres empoderadas y dispuestas a salir adelante, todo depende de lo que cada uno se proponga”, asevera con determinación.
La relación con su pareja ha sido fundamental en su trayectoria. Aunque él ha decidido dejar su trabajo tradicional para unirse a ella en el emprendimiento, Sharit enfatiza que no depende de él. “No necesito que un hombre me mantenga. Yo puedo generar mis propios ingresos y vivir de lo que hago”, declaró con firmeza.
Asegura que también sueña con expandir su negocio y dar empleo a más mujeres de su comunidad. “Quiero que más mujeres puedan unirse a este mundo del emprendimiento porque sé que hay mucho talento aquí, juntas podemos lograr grandes cosas”, concluye. Su visión es un llamado a la acción para apoyar a las mujeres que buscan emprender y construir un futuro mejor para ellas y sus familias.
A través de su trabajo como artesana ha encontrado una forma de vida y ha contribuido al enriquecimiento cultural y económico de su comunidad. Su viaje es un recordatorio de que, con esfuerzo y dedicación, es posible superar los obstáculos.
El apoyo a mujeres como Sharit es crucial para fomentar el emprendimiento y la independencia económica. Al empoderar a las mujeres, se está construyendo un camino hacia una sociedad más equitativa y justa, donde cada persona puede expresar su creatividad y talento. En Aracataca, la historia de Sharit es solo una de muchas que demuestran que el arte y el emprendimiento pueden transformar vidas y comunidades.
María Daniela Villalba Montero
Acerca de este artículo: este artículo es producto de la asignatura "Periodismo Cultural", integrada en el programa de Gestión Cultural y Comunicativa, Universidad Nacional de Colombia, Sede de La Paz
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