Ocio y sociedad
Música y Vino: una sinfonía de sabores y sonidos

"El vino es como la música: cuanto más sabes, más lo disfrutas": Frank Sinatra (cantante y actor estadounidense).
Para los amantes del vino éste es un mundo intrigante, interesante, plagado de información y conocimiento. Ya sea sobre los diferentes vinos con sus características, sus sabores, texturas, los maridajes que más se adaptan a cada cepa, tipos de uvas, colores, temperatura, proceso de cultivo y elaboración, pero hay más, ¡mucho más! Algo muy importante para destacar es toda la cultura que rodea una simple copa de vino. Pinturas, tradiciones y canciones. ¡Eso es! No nos podemos olvidar de la música la cual se inspira en sentimientos y tiene como función transportarnos y emocionarnos.
Uno de los grandes placeres de la vida es sentarse en la comodidad del sofá de la casa con una buena copa de vino y escuchando la música de nuestra preferencia.
Cuando música y vino se encuentran, la felicidad máxima entra en tu cuerpo. Y es que en el vasto universo de las experiencias sensoriales hay dos elementos que, cuando se combinan, tienen el poder extraordinario de conducirnos a momentos, épocas e incluso lugares, y es precisamente: la música y el vino.
La música ha sido una parte integral de la cultura del vino durante siglos. Desde las canciones tradicionales de cosecha hasta las letras modernas de canciones de artistas populares, la música ha evocado la alegría, el romance y la pasión por el vino en todo el mundo.
Esta pareja perfecta tiene una muy buena relación desde hace siglos. Ya, en la edad media, desde la clase baja hasta la alta alcurnia disfrutaban del vino y la música. No es raro que las baladas de los juglares medievales ya mencionaran esta icónica bebida en sus cánticos e historias.
A día de hoy, la relación entre música y vino ha crecido exponencialmente. Desde alegrías hasta penas, amores y tristezas, fiestas y relajación. La música y el vino cuentan con una relación íntima en cualquier ámbito. Es muy común que los compositores de géneros musicales diversos entre sí, hayan tenido al vino como fuente de inspiración, hablando de él como un acompañante en los momentos tanto de gloria como de desdicha.
Música y vino han sido compañeros inseparables a lo largo de la historia, creando una sinergia única que despierta nuestros sentidos y nos transporta a un estado de placentera armonía. No es de sorprenderse que muchas piezas musicales hayan sido inspiradas por esta unión fantástica donde las melodías se entrelazan con los sabores y aromas de una buena copa de vino.
La música y el vino tienen otra unión más allá del arte. En un estudio psicológico que proviene de la Universidad Heriot Watt, de Edimburgo, capital de Escocia, con el doctor Adrián North a la cabeza, han demostrado que existe una relación entre las connotaciones que percibimos del vino y la música que escuchamos.
A este fenómeno se le conoce con el nombre de *maridaje sonoro* u *oenostesia*. Seguramente muchos desconocen el término "oenostesia" y es que es un concepto relativamente moderno, que lo acuñó por primera vez la enóloga y música neozelandesa Jo Burzynska, quien consiguió desarrollar una composición musical a partir de las catas de vinos. Esta investigación argumenta que las notas del vino son paralelas a las de la música. Básicamente oenostesia puede definirse como una sinestesia (sensación secundaria o asociada que se produce en una parte del cuerpo a consecuencia de un estímulo aplicado en otra), este tipo de sinestesia hace referencia a la forma en que interactúan (vino y música).
Al igual que a la hora de comer debemos elegir un vino que case bien con el menú, si escogemos una canción adecuada que nos llegue al corazón y nos transmita distintas sensaciones, podemos percibir mejor las cualidades de un vino.
La música según los expertos no solo influye en la degustación del vino sino también en el proceso de fermentación y la siembra de la vid. Además de influir en las levaduras la música también puede tener otros efectos en este proceso. Uno de ellos es el impacto en la producción de compuestos aromáticos. Los enólogos y científicos que llevan a cabo estas investigaciones han observado que ciertos estilos de música pueden estimular la síntesis de compuestos volátiles que contribuyen a los aromas característicos del vino. Por otra parte, en la siembra y producción de la vid existen productores que ponen música relajante a sus viñedos porque consideran que favorece la calidad de los sabores y la intensidad de la uva.
Esta unión celestial donde la música y el vino se fusionan en una armonía sensorial es para servir una copa, ya sea de un tinto robusto, intenso, con una marcada astringencia, un blanco fresco y sutil o un rosado versátil, frutal y floral. Subirle el volúmen al equipo de sonido y sumergirse en esta deliciosa experiencia auditiva y gustativa donde lo más seguro es que degustaremos la esencia de la música y el vino en cada nota y sorbo. ¡Bienvenidos a la sinfonía de los sentidos!
La relación entre música y vino añade una capa más de complejidad al ya fascinante mundo vinícola y demuestra que la experiencia enológica puede ser tan variada y rica como la propia música. La fusión de la delicadeza, melodía, melancolía, alegría e intimidad de la música casa a la perfección con el vino, una de las bebidas espirituosas más valoradas por la humanidad a lo largo de la historia.
Seguro que mientras han estado leyendo este escrito se les ha venido a la cabeza más de una melodía relacionada con el vino. Y es porque la música, como el vino, en buena compañía se siente mejor. Razón tenía el filósofo alemán Friedrich Nietzsche cuando dijo "sin música, la vida sería un error".
Ramiro Elías Álvarez Mercado
Sobre el autor

Ramiro Elías Álvarez Mercado
Una copa de folclor
Nacido en Planeta Rica, Córdoba, el 14 de octubre de 1974, radicado en Bogotá hace casi tres décadas. Amante de la lectura, los deportes, la escritura, investigador nato de las tradiciones, costumbres, cultura, música, folclor y gastronomía del Caribe colombiano.
Estudió coctelería, bar, etiqueta y protocolo con dos diplomados en vinos y certificación de sommelier, campo profesional en el que tiene más de 20 años de experiencia.
Escribe de manera empírica, sobre fútbol y otros deportes, vinos y todo lo relacionado con el tema, así como publicaciones en distintos medios sobre cultores de la música vallenata y de otras expresiones musicales que se dan en el Caribe colombiano. Sus escritos han sido publicados en distintos medios virtuales.
Desde temprana edad le ha gustado escribir, sin embargo, fue en Bogotá, muy lejos de su terruño, que se le despertó ese deseo incesante de recrear las semblanzas de personajes que han hecho un aporte significativo al vallenato y otras expresiones musicales de la Costa Atlántica de Colombia.
4 Comentarios
El.mejor escritor del año para mi el maestro Ramiro
Que buen artículo, para describir al matrimonio ideal y que para sentir el placer de un buen vivir, debe tornarse indisoluble ese matrimonio; gracias a Don Ramiro Álvarez por deleitarnos con cada uno de sus escritos, para mi uno de los mejores investigadores que documentadamente, hacen parte de la honrosa gana de escritores de Panorama Cultural????????????????????????
Primo Has capturado a la perfección la conexión mágica entre la música y el vino, dos mundos que despiertan los sentidos y nos transportan a experiencias inolvidables. Me ha fascinado la profundidad con la que abordas temas como la oenostesia y los estudios detrás de esta fascinante unión., tu forma de transmitir conocimiento no solo educa, sino que inspira. ¡Felicidades por esta obra tan bien lograda y por compartir esta sinfonía de los sentidos con todos nosotros
Rami, después de degustar este excelente artículo que define sustancialmente una afinidad o convergencia de amalgama entre la música y el vino, me queda sonando una gran curiosidad por proponerte la posibilidad de que en este mismo orden del maridaje, ya muy dado entre algunos platos, este concepto se pudiera extender hacia la posibilidad de preferencia por cierta cepa en especial, de acuerdo al género musical del momento, de lo que te podría citar un ejemplo muy particular y que ya he venido poniendo en practica y sin la menor intención de proponérmelo, se ha convertido en un hábito. Se trata de lo siguiente: cuando escucho vallenatos, mi mejor compañía es un Cabernet Sauvignon, pero si es un Jazz, me paso a un Malbec y así sucesivamente: si se trata de un momento romántico, la boca me sabe a Carmenere. Entonces mi propuesta es que en tu experiencia de la enología, tuvieras un punto de acercamiento hacia un poco de afinidad entre el concepto musical y una cepa que como ya sabemos es personal, pero lo mismo sucedería con las comidas. Saludos. Ismael Rudas.
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