Ocio y sociedad
William Dangond: “Mi hijo va a ser como un Carlos Vives, decía”
Cada lanzamiento es una victoria, y más en el caso de Silvestre Dangond. Este joven fenómeno de masas, capaz de mover e ilusionar una ciudad entera como Valledupar con una ola roja de euforia y desenfreno, es también el orgullo de unos padres que lo han visto crecer y que han desatado en él una creatividad descomunal.
Verlo en este momento de consagración resulta todavía increíble para quienes lo conocían desde muy pequeño porque, aunque las batallas han sido numerosas (y seguramente habrán sido más de nueve), el éxito impone siempre nuevas metas y nuevos desafíos.
En una reciente entrevista concedida al equipo de Vallenatos Fans, el padre de Silvestre, William Dangond, explicaba cómo había experimentado en primera persona los éxitos y dificultades de su hijo. “Me duele cuando sale una mala noticia –expresó William–: Hay mucha envidia afuera, pero sé que arriba hay un Dios”.
Evidentemente, el camino no ha sido fácil. Nada lo es cuando se habla de crear un movimiento tan popular con un eslogan tan conocido como “Silvestrista y qué”, por eso, del lado de los padres, los tiempos son para el regocijo y la satisfacción. No todo el mundo puede vanagloriarse de tener un hijo que reúne a más de 30.000 personas en un Parque.
Por su parte, la madre de Silvestre, Delys Corrales, vive las andanzas de su hijo con unos sentimientos encontrados. Se alegra de ver a Silvestre al lado de las grandes estrellas colombianas, y recuerda los sueños de su hijo: cuando todavía ser cantante parecía algo improbable: “Mi hijo me decía que iba a ser grande como Diomedes”, expresa Delys.
Sin embargo, la madre lamenta tener a su hijo tan lejos. La distancia impuesta por el éxito es algo a lo que ella no se acostumbra. “Me dio muy duro que se mudara a Estados Unidos –se sincera Delys Corrales–. Le digo siempre a Palomo [William Dangond] que me hace falta mi hijo”.
Del último Cd, los padres elogian los esfuerzos de su hijo pero tampoco pueden estar al margen de las polémicas suscitadas en algunos medios de comunicación o asociaciones de carácter social.
Mientras el padre manifiesta que todas las canciones de la producción son buenas – y en particular la de Lorenzo Morales “La cosa sabrosa”–, la madre insiste en dar instrucciones a su hijo para evitar los malentendidos. “Yo le digo a mi hijo que diga a su público que lleve una bandera blanca al parque, para mostrar que apoyamos la paz”.
Los padres de Silvestre están evidentemente orgullosos. Hacen parte del núcleo de silvestristas más fidedigno. Y cuándo se les pregunta si alguna vez llegaron a creer que Silvestre llegaría tan lejos, William Dangond contesta con una excelente anécdota: “Mi hijo va a ser como un Carlos Vives, decía a mis amigos, y ellos decían: hay que amarrarlo. ¡Está loco!”.
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