Ocio y sociedad
“Todos tenemos un Yo corroncho”: Hernán Villa
Reivindicar una identidad supone enfrentarse a los prejuicios más pesados e arraigados. Y esos prejuicios impregnan a menudo el lenguaje. Un ejemplo que debe ser objeto de interés: la acción de Hernán Villa, también conocido como el “Corroncho” Villa, para que se reconozca el corronchismo como una forma de ser y de pensar profundamente caribeña.
¿Qué significa corroncho? Ésta es la pregunta que marcó el inicio de su ponencia en el IV Encuentro Nacional de Investigadores de la Música Vallenata realizado en Valledupar, y que generó un interesante debate entre representantes del folclor de la costa.
En su mayoría, los diccionarios aluden a la palabra “corroncho” como un “pez ordinario” y, según el diccionario Larousse de la Real Academia de la lengua Española, la misma expresión se refiere a una actitud tosca o ruda.
Hernán Villa fue más allá al decir que ese término fue empleado en contra de los costeños que llegaban a Bogotá en la década de los años 30-40. De ese modo se les tachaba de incultos cuando producían demasiado ruido con su música y no dejaban dormir al vecindario.
Sin embargo, el significado de la palabra “corroncho” ha cambiado en los últimos años. Según Hernán Villa, habría que asociarla hoy con el término “espontáneo” que va unida a “sincero, franco, abierto, ingenuo, campechano, familiar, inocente, agradable, desenvuelto, sencillo, honesto, simpático y leal”; o al término “jocoso” que también supone otros vínculos con palabras como “bromista, chistoso u ocurrente”.
Este cambio de sentido podría ser el fruto de una concientización y una expresión de libertad. “Todos tenemos un Yo corroncho –manifestó alegremente Hernán Villa–. Los corronchos no estamos aislados, los hay en todas partes. No somos charlatanes y menos vulgares”.
El activismo y la determinación de Hernán Villa le llevó a constituir la Fundación cultural Corronchismo: una organización que pretende dignificar al hombre caribe y sus tradiciones a través de conversatorios, charlas, para que, en un futuro, la Real Academia Colombiana de la Lengua Española de a la palabra “corroncho” una acepción más acorde al uso actual.
En el escenario, “Corroncho” Villa no duda en mostrar su corronchería y, sobre la canción que él mismo compuso hace años (El corroncho, grabada por Alfredo Gutiérrez) baila, brinca y menea las piernas como un loco. Sin reparos por el estilo ni tampoco por lo que le pueda decir la periodista que la acompaña en el escenario (Gina Ruz). Luego, de repente, vuelve a la seriedad como si nada.
“Salga como le salga, el corroncho se expresa y grita entusiasmado frente a lo desconocido. ¡Carajo, qué cosa buena! ¿Y esta vaina por dónde es?”, explica Corroncho Villa y más adelante concluye: “Sea cual fuere los orígenes de la palabra corroncho, la verdad es que nos sentimos orgullosos de ser costeños, de ser caribes, pues nuestra idiosincrasia cuenta, está llena de colorido, de mar, de montaña, de vallas, de música, de canto, de pintura, de yuca con suero. Está llena de corronchismo”.
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