Ocio y sociedad

Mercedes Barcha, la mujer que ayudó a la grandeza de Gabo

Juan Rincón Vanegas

08/03/2022 - 04:50

 

Mercedes Barcha, la mujer que ayudó a la grandeza de Gabo
Mercedes Barcha y su esposo, Gabriel García Márquez / foto FFLV

 

A los seis años, tres meses y 28 días después de que partiera de la vida el hombre que a Mercedes Raquel Barcha Pardo, siendo muy joven, le endulzó la vida con letras, ella fue en su búsqueda para no seguir escondida en las soledades del destino y poder llevarlo de la mano por el mundo del adiós eterno.

En esa endulzada de frases que Gabriel García Márquez manejaba con maestría, le dijo una que la llevó al cielo, como aquella vez lo hizo con Remedios, la bella. “Te quiero no sólo por cómo eres, sino como quien soy cuando estoy contigo. Te confieso que no tengo un instante sin pensar en ti, que todo cuando como y bebo tiene tu sabor, que la vida eres tú a toda hora y en todas partes. Que el gozo supremo de mi corazón sería morirme contigo”.

Mercedes, con su manera de ser noble y decidida, fue el artífice de la fantasía del libro ‘Cien años de soledad’, sabiendo conducir el barco del hogar mientras él se zambullía desde su cuarto en los capítulos de una historia que no tuvo un final feliz, pero para ellos si lo fue. Este sacrificio, años después, le permitió a Gabo obtener el Premio Nobel de Literatura, que se celebró en Estocolmo a ritmo de vallenatos.

No fue nada fácil la peripecia cuando la plata que se había reunido solamente alcanzó para seis meses, mientras el proceso de redacción del libro duró año y medio. Nunca faltó nada y de la fe combinada con la esperanza partió todo.

La elocuente declaración de Gabriel García Márquez dejó claro el papel que desempeñó su mujer. "Sin Mercedes no hubiera llegado a escribir el libro".

La importancia en su momento también la ratificó Aída, hermana menor de Gabo, al expresar. "Lo que sí me consta, es que Gabito respira por el pulmón de Mercedes".

Una noche en Cartagena

La noche del 31 de marzo de 2010 fue memorable en Cartagena cuando se realizó el lanzamiento del 43° Festival de la Leyenda Vallenata, en homenaje al maestro Rafael Escalona.

En esa ocasión al Palacio de la Inquisición habían sido invitados Gabo y Mercedes, pero él no pudo ir. Ella estuvo con unas amigas mexicanas y antes de comenzar el certamen en una charla informal hizo alusión al homenajeado. “Escalona fue un fiel amigo de Gabriel por sus canciones, especialmente ‘Elegía a Jaime Molina’ que es muy bella”. Esa fue una frase diciente para enmarcar el aprecio de dos hombres que tuvieron la sapiencia y el talento necesario para contar y cantar las historias nacidas en territorio macondiano, ese cuyo límite se inicia desde el corazón de un acordeón, siguiendo por los caminos de la inspiración de compositores, poetas y escritores, para terminar en ‘Cien años de soledad’, que es realmente un vallenato de 350 páginas.

Estando Mercedes en ese entorno contó que Gabo en México celebraba su cumpleaños cada seis de marzo, con el grupo ‘Guatapurí’ que integraban tres colombianos: el acordeonero Luis Aponte, el cajero Adonay Ortiz y el guacharaquero Raúl Ordóñez.

También señaló que, en Colombia, el acordeonero preferido era el Rey Vallenato, Julio Rojas Buendía, quien estuvo en muchas ocasiones en su casa interpretando canciones, especialmente de Rafael Escalona, Leandro Díaz, Alejo Durán, Emiliano Zuleta Baquero y Adolfo Pacheco, entre otros.

Mercedes contó una anécdota: “En una ocasión, a Gabriel lo invitaron a una parranda y preguntó que, si iba a tocar Julio Rojas, asistía, o de lo contrario que no contaran con él”.

Sobre este hecho Julio Rojas habló en cierto momento de su cerrada amistad con Gabo, a quien no le cobraba por las parrandas, sin embargo, Mercedes Barcha se las arreglaba para darle el dinero que el músico no quería recibir.

“Nunca le cobraba, pero Mercedes, quien era la que manejaba la plata, insistía en que me tenía que pagar. Una vez me metió la mano al bolsillo, y cuando estaba en la casa fue cuando me di cuenta de que me había dado tres millones de pesos, un platal en esa época”, recordó el acordeonero.

‘Elegía a Jaime Molina’

En medio de la charla informal de aquel 31 de marzo, el presidente de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, Rodolfo Molina Araújo, le preguntó a Mercedes sobre cuál era la canción que más le llamaba la atención a Gabo. Ella, sin inmutarse contestó: ‘Elegía a Jaime Molina’.

Tenía razón porque la noche del sábado dos de mayo de 1992, debajo de la tarima Francisco El Hombre de la Plaza Alfonso López de Valledupar, Gabriel García Márquez la cantó acompañado del acordeón del Rey Vallenato, Julián Rojas, quien comentó. “Ese fue un momento glorioso e inolvidable. Gabo, cantando vallenatos con una voz suave y melódica. Lo conocía como el mejor escritor, pero esa faceta me llamó mucho la atención”.

Mercedes, esa noche donde se presentaron los Reyes Vallenatos de 2009 y el grupo Pilón Cañaguate, contó algo del proceso que llevó a Gabo a ser escritor y fue cuando se la pasaba por los pueblos del Magdalena, Cesar y La Guajira, vendiendo enciclopedias y escuchando historias que después plasmó en varios de sus libros.

Al preguntarle con cuál de los libros de Gabriel García Márquez se quedaba, lo pensó varios segundos y, después, expresó algo que causó risas entre los presentes. “Esto está pasando al plano de una entrevista”. Sin embargo, no dejó en el aire la inquietud y respondió. “Naturalmente, ‘Cien años de soledad’, un hijo que tuvo un parto largo”.

Ese fue el hijo mayor de las letras colombianas que, gracias a su amor y entrega al hombre a quien conoció a los trece años y con quien se casó en Barranquilla el 21 de marzo de 1958, se pudo lanzar con una edición de ocho mil ejemplares, y a la fecha tiene más de 50 millones de copias y ha sido traducido a 49 idiomas.

Definitivamente, ‘Cien años de soledad’ es una parranda de letras que al sonar del acordeón se convirtieron en frases que le dieron la vuelta al mundo gracias a la magia de Macondo.

Mercedes, ‘La Gaba’, como era conocida, la mamá de Rodrigo y Gonzalo, una de las hijas célebres de Magangué, Bolívar, donde había nacido el seis de noviembre de 1932, partió de la vida como vivió, sin protagonismos, pero eso sí sabiendo que cumplió el mejor papel como esposa, madre, compañera y la que estuvo durante 56 años al lado del hombre que escribió: “Uno no se muere cuando debe, sino cuando puede, y el secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad”.

 

Juan Rincón Vanegas

@juanrinconv

Sobre el autor

Juan Rincón Vanegas

Juan Rincón Vanegas

Cultivo de folclor vallenato

Periodista, escritor y cronista, natural de Chimichagua, Cesar y ganador de distintos premios de periodismo con historias del folclor vallenato y sus distintos personajes. Actualmente se desempeña como Jefe de Prensa de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata.

@juanrinconv

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Mujeres guajiras que tejen Paz: volando hacia el mundo

Mujeres guajiras que tejen Paz: volando hacia el mundo

Sobran argumentos para afirmar que las mujeres guajiras son úteros fértiles tejedores de esperanzas, cada día demuestran que son p...

El obituario de Enrique Luis Muñoz Vélez tras la muerte de su amigo Antonio Liñán

El obituario de Enrique Luis Muñoz Vélez tras la muerte de su amigo Antonio Liñán

  El día que Antonio Liñán llamó a Enrique Luis Muñoz Vélez para desearle una pronta recuperación, y asegurarle que en tres d...

Cuál es el deporte mejor pagado del mundo y cuáles le siguen

Cuál es el deporte mejor pagado del mundo y cuáles le siguen

  Conocer cuál es el deporte mejor pagado del mundo puede ser algo fácil de intuir debido a su relevancia en las campañas promocio...

El llamado de Imelda Daza en la Escuela Vallenata de la Paz

El llamado de Imelda Daza en la Escuela Vallenata de la Paz

En las memorias del departamento del Cesar debe quedar el día en que la señora Imelda Daza intervino en la Escuela Vallenata de Paz...

¿Cómo es la vida de las escorts en Cuenca?

¿Cómo es la vida de las escorts en Cuenca?

  Hay una vida desconocida en el amor y la compañía. Las escorts -o acompañantes- son quizás algunas de aquellas figuras que más...

Lo más leído

El árbol de Navidad y la evolución de un culto milenario

Berta Lucía Estrada | Otras expresiones

Débora Arango, la huella de una gran artista colombiana

Marta Elena Bravo de Hermelin | Artes plásticas

El origen del pesebre

Redacción | Ocio y sociedad

Luís Magín Díaz, una vida para componer

Redacción | Música y folclor

Andrés Landero, la celebridad que olvidamos

Ivis Martínez Pimienta   | Música y folclor

La estancia de Altos del Rosario

Álvaro Rojano Osorio | Pueblos

¡Gracias por esta bonita Combinación!

Nicolás Fernando Ceballos Galvis | Música y folclor

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados