Opinión

Por fin, Vallenato al Parque

Jorge Nain Ruiz

09/08/2024 - 04:40

 

Por fin, Vallenato al Parque

 

En el año 1992, creamos en Bogotá la Fundación de Artistas Vallenatos, Fundava, cuya primera sede fue en el barrio Gustavo Restrepo y, allí, con un grupo importante de músicos, iniciamos la difícil tarea de agremiarnos y de realizar bazares por muchos barrios, especialmente aquellos donde había más colonia costeña, que, en esa época, se ubicaban en su mayoría en el sur de la ciudad. Luego del triste asesinato de Rafael Orozco, se nos ocurrió crear un festival vallenato en la capital del país que llevara su nombre y así lo hicimos durante cuatro años consecutivos.

En 1995, nace la primera versión de Rock al Parque y, a partir de ese momento, los demás eventos musicales como Jazz al Parque, Hip Hop al Parque, Salsa al Parque, Colombia al Parque, Joropo al Parque y por parte de nuestra agremiación iniciamos el lobby desde 1996 en el Concejo de Bogotá, primero con el concejal Francisco Rojas Birry y, luego, con Fabio Macea Acuña y Carlos Ossa Escobar (QEPD), para que se incluyera entre los eventos al Parque, el de Vallenato.

Ese proyecto de acuerdo lo volvimos a intentar con el concejal Dimas Rincón Parra (QEPD) y en épocas mas reciente con Antonio Sanguino Páez. En los anales del Concejo de Bogotá deben reposar muchos proyectos de Festival Vallenato en la capital, todos archivados por falta de apoyo gubernamental y concretamente por falta de aval fiscal de Secretaría de Hacienda Distrital.

En las incontables reuniones que tuvimos con la gente de la Secretaría de Cultura de Bogotá y de Idartes, el argumento que siempre sacaban a relucir era que el vallenato tenía tanta popularidad en Bogotá, que veían necesario promoverlo mediante un evento al parque.

A mediados del 2022, el exsenador Antonio Sanguino y varios concejales amigos, entre otros Julián Espinosa, Rolando González y Armando Gutiérrez me consultaron y me contaron la tarea en la que andaban, me alegró, les orienté, pero la verdad ya le había perdido la fe al proyecto y también ya había decidido regresar a mi tierra.

En varias columnas de este medio, he manifestado mi inconformidad por la falta que hacía en Bogotá un evento de esta magnitud, con apoyo estatal y con ingreso gratuito, pero gracias a Dios y a la persistencia de muchos lideres y políticos de la capital, hoy es una realidad y como dice el adagio: “Mas vale tarde que nunca.”

No pude asistir a esta primera versión de Vallenato al Parque, sin embargo, le hice todo un seguimiento a las transmisiones y sé que este evento se constituyó en un rotundo éxito, esta primera versión es uno de los más grandes logros, luego de ser el vallenato declarado como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

Pero ello no es óbice para también pensar en que a ese evento hay que darle un viraje y que no sea un paquete más de conciertos de artistas vallenatos como los que realizan los alcaldes en los festivales y fiestas patronales de los municipios de la costa. Ese no es el vallenato al parque que nosotros nos imaginábamos.

Colofón: Estamos convencidos que los millonarios recursos que la administración distrital de Bogotá apropia para Vallenato al Parque se les puede aprovechar mejor, para bien de la promoción, difusión y especialmente protección y salvaguardia del patrimonio cultural que se encuentra reconocido, tanto en el PES, como en la Unesco y apalancar estudios, seminarios, producción y edición de libros, grabaciones e incluso escuelas y academias.     

 

Jorge Nain Ruiz Ditta

Sobre el autor

Jorge Nain Ruiz

Jorge Nain Ruiz

Vallenateando

Jorge Nain Ruíz. Abogado. Especializado en derecho Administrativo, enamorado del folclor Vallenato, cantautor del mismo. Esta columna busca acercarnos a una visión didáctica sobre la cultura, el folclore y especialmente la música vallenata. Ponemos un granito de arena para que la música más hermosa del mundo pueda ser analizada, estudiada y comprendida.

@jorgenainruiz

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

El centro histórico de Valledupar (I)

El centro histórico de Valledupar (I)

Fui con mi papá y mis hermanos Álvaro e Ismael, al inolvidable Ateneo el Rosario, en 1964, cuando inició su histórica como enalte...

La puntería de Uribe

La puntería de Uribe

Cuando una personas que han estado ligada a otras por lazos comerciales, políticos o de amistad, caen en manos de la justicia, es com...

Tamalameque: mirando el pasado con ojos de futuro

Tamalameque: mirando el pasado con ojos de futuro

  Vivir en un pueblo del Caribe colombiano lleno de leyendas, historias, costumbres y tradiciones, nutriéndonos día a día de su or...

Los Cesares

Los Cesares

  Hace mucho tiempo, cuando las carreteras eran apenas vías rústicas que conectaban de pueblo en pueblo a nuestros padres y abuelos...

Mujeres, que la segunda vuelta no nos dé 3 vueltas

Mujeres, que la segunda vuelta no nos dé 3 vueltas

  Mujeres: ¡A votar, carajo! Esta es la columna más corta de mi vida hasta ahora, creo que el mensaje es contundente y no requiere...

Lo más leído

Historias de amores: John Lennon y Yoko Ono

Juan Carlos Boveri | Ocio y sociedad

Los tipos de quesos elaborados en Colombia

Natalia Fernández | Gastronomía

Origen de la imprenta en América

José Omar Tinajero Morales | Historia

¿Quién fue realmente el Compae Chipuco?

Arnoldo Mestre Arzuaga | Música y folclor

Llegó enero y estrenando el año aparecen las cabañuelas

Juan Rincón Vanegas | Música y folclor

Y el diez de enero se fue…

Edgardo Mendoza | Música y folclor

El bokeh o desenfoque en fotografía

Ester Pérez Quiroga | Fotografía

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados