Opinión
Valledupar y las mesas de fritos

Valledupar es uno de esos lugares que enamora, a pesar del crecimiento poblacional y urbanístico que ha registrado en los últimos 20 años, no deja de ser un pueblo grande, en donde se respira la cultura provinciana, combinada con acentos foráneos.
Nuestra ciudad no solo se ha dado a conocer por los aires musicales de la música vallenata. También nos conocen por la arborización, principalmente compuesta por palos de mango que decoran las calles, y a la vez constituyen el gran pulmón verde que refresca el hermoso valle del Cacique upar.
A pesar de todos los atractivos que ofrece la ciudad para propios y visitantes, no deja de ser una preocupación para las distintas administraciones, que les ha tocado lidiar con una de las tasas de desempleos más altas a nivel nacional. Lo que se convierte en el plato fuerte de los políticos en campañas, a la hora de ofrecer mejores condiciones de vida, a través de la creación de puestos de trabajos formales en la capital cesarense.
Sin embargo, todas esas promesas no pasan de ser el discurso más efectivo para conquistar a los votantes, ya que una vez terminadas las elecciones nuestra ciudad vuelve a la normalidad del rebusque, de miles de mototaxista que salen a ganarse el pan de cada día, en las soleadas calles de la ciudad.
Desde la economía naranja, hasta el actual gobierno del cambio, ninguno de esos ofrecimientos transformadores se refleja en materia económica en Valledupar. Por el contrario, las calles y avenidas de la ciudad en los últimos años, se han visto invadidas por la cantidad de mesas de fritos que ofrecen la más amplia y variada oferta gastronómica, en respuesta a la grave crisis causada por el desempleo en nuestra gloriosa tierra de acordeones.
Ante el incierto panorama que se avecina, por el acuerdo de los países que conforman el grupo G7 en su decisión de abandonar el uso del carbón en el año 2035, nos preguntamos: ¿Qué va a pasar en el Cesar, especialmente en Valledupar, si tenemos en cuenta que la minería del carbón es nuestro mayor dinamizador económico?
¿Qué estrategias vienen desarrollando e implementando los distintos gobiernos desde lo nacional, regional, y local, para hacer frente a la pérdida de los pocos empleos formales en el departamento del cesar que genera la extracción del mineral?
No son claras las políticas económicas que se deben implementar por parte de las administraciones ante lo que se avecina; pero sin lugar a dudas esta incertidumbre se reflejará en el incremento de las mesas de fritos, en todos los rincones de la ciudad.
Sectores como la calle 23, la calle ancha de la Nevada, avenida Simón Bolívar, la carrera Cuarta, solo son unos de los pocos ejemplos que cito para llamar la atención frente a la venta informal de comida callejeras en Valledupar.
¿Qué está haciendo la secretaría de salud municipal para atender mediante la capacitación en manejos de alimentos a los vendedores en las mesas de fritos?
El derecho al trabajo es un mandamiento constitucional, y es deber de cada uno buscar la manera de llevar el pan a nuestra mesa, pero se requiere la intervención de las autoridades, especialmente las de salud, y que se haga una pedagogía sobre la venta y consumo de fritos.
No es perseguir al vendedor callejero, es despertar la preocupación de las autoridades municipales en la adopción de medidas que permitan la formalización de sus emprendimientos, incentivando el ofrecimiento y consumo sano de alimentos; para que cuando llegue el 2035, los vallenatos no seamos sorprendidos por el presunto cierre de las minas de carbón; y las mesas de fritos sean una de las pocas elecciones a la hora de comer.
Nerio Luis Mejía
Sobre el autor

Nerio Luis Mejía
Pensamientos y Letras
Nerio Luis Mejía es un líder comunal, defensor de los Derechos Humanos, quien ha realizado de manera empírica un trabajo de investigación acerca de las causas que han propiciado -y siguen alimentando- el conflicto armado y social colombiano. Mediante sus escritos, contextualiza las realidades territoriales.
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