Opinión
Valledupar frente al cambio climático

El departamento del Cesar siempre ha sido una tierra de ensueños. El lugar donde florecieron bonanzas como la algodonera, los recuerdos de la época de la marimba, la floreciente ganadería, junto a los cultivos de café en las empinadas faldas de la Serranías del Perijá, y la Sierra Nevada de Santa Marta.
Sin embargo, se siente tan natural escuchar las añoranzas de aquellos tiempos que ya se fueron, desde los cuentos de nuestros viejos que aún se aferran al almanaque Bristol, a la hora de cultivar la tierra. Quienes se orientaban por los ciclos de la luna, y el resto de constelaciones que les enseñaban sobre las temporadas de lluvias, y los veranillos que las precedían.
Hoy, los tiempos cambiaron, desde la manera de construir nuestras casas, las cuales han sido reemplazadas por diseños traídos y copiados de otras regiones, especialmente de nuestra fría Bogotá, dando paso a las cajas de fósforos que nos impuso el moderno urbanismo, ante el ahorro de los espacios por los costos del suelo, sepultando en el pasado las viejas casas, de techos altos, grandes ventanales, y puertas que se abrían en dos sesiones.
Esos diseños autóctonos, que permitían el flujo del viento, los cuales refrescaban nuestros bellos atardeceres.
El cambio climático es una realidad irrefutable, el cual nos invita a que nos adaptemos diseñando una serie de medidas que nos permita la sobrevivencia, o de lo contrario estamos llamados a desaparecer como especie.
Los días calurosos, como los que hemos sentido en los últimos años, nos obligan a desear unas cuantas gotas de lluvia, que refresquen el ambiente, y, luego, tras cumplirse nuestros deseos, también se vuelve un verdadero calvario transitar por las calles, y avenidas de nuestro hermoso Valledupar, ya que se convierten en ríos, poniendo en jaque el paso de vehículos y peatones por la impetuosidad de las corrientes que dejan a su paso, los aguaceros en nuestra ciudad.
¿Como enfrentaremos, el cambio climático los vallenatos, cuando llegue el indeseado momento de ver sucumbir nuestro rio Guatapurí, que nos provee de sus frescas aguas, ante la crisis climática que se avecina? ¿De qué manera daremos respuesta al constante crecimiento urbanístico de la ciudad, ante un deficiente servicio de transporte púbico, que pueda mitigar la movilidad en las temporadas de lluvias?
Valledupar debe prepararse desde ya, ante los desafíos del clima, para no tener que lamentar ante los problemas que trae consigo, el cambio climático, el cual no podemos ocultar ni evitar. Cada aguacero da paso al desfile de carros, y motocicletas atascadas, ante las corrientes de los arroyos en el que se convierten las calles y avenidas sumado al rebosamiento de las alcantarillas, que sucumben ante la ola invernal.
El cambio climático demanda el compromiso y la participación de nuestra sociedad, en la formulación de iniciativas que nos permitan hacerle frente, a la tragedia que ocasiona las temporadas de lluvias.
Compromiso que se debe asumir, desde los diferentes sectores que resultan afectados, ante las precipitaciones de agua lluvia. Los colegios, el comercio, los transportadores, las valientes madres que llevan a sus hijos en motocicletas, en medio de los fuertes aguaceros, pero que el deber de madre se antepone al cambio de los tiempos, ese mismo que conocemos como cambio climático, que también afecta sin compasión a los vallenatos.
Nerio Luis Mejía
Sobre el autor

Nerio Luis Mejía
Pensamientos y Letras
Nerio Luis Mejía es un líder comunal, defensor de los Derechos Humanos, quien ha realizado de manera empírica un trabajo de investigación acerca de las causas que han propiciado -y siguen alimentando- el conflicto armado y social colombiano. Mediante sus escritos, contextualiza las realidades territoriales.
1 Comentarios
Díos te bendiga por esa hermosa e instructiva labor.
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