Opinión
Aguachica, un "pueblo" de contrastes
Quizás algunos se pregunten: ¿Por qué, al hablar de esta población ubicada en el sur del departamento del Cesar, no me refiero a una “ciudad”, como muchos acostumbran a hacerlo? La respuesta es simple: no es correcto llamar “ciudad” a una población de 128 mil habitantes que carece de servicios básicos sanitarios, especialmente el agua.
Aguachica está de moda en los últimos tiempos. La segunda población más importante del departamento del Cesar podría convertirse en la capital del departamento número 33 en Colombia, gracias a las iniciativas de dirigentes sociales, y políticos entre los que se destaca la representante a la Cámara, Cha Dorina Hernández, quien considera un acto de justicia la creación del departamento Sur Caribe (con 28 municipios de los departamentos de Bolívar, Cesar, Magdalena, y Norte de Santander).
Este importante centro poblado, rico en recursos agropecuario, y comercial -con una ubicación geográfica privilegiada, en donde convergen los grandes proyectos del futuro, como lo es el transporte férreo, fluvial, a través del rio magdalena, el cual es atravesado por una de las más importantes arterias viales del país, la Ruta del sol-, podría considerarse una zona de contrastes, con la realidad que viven sus habitantes.
Empezando, porque esta población es considerada la tierra del morrocoyo, pero afortunadamente en los restaurantes, no te ofrecen este plato, ya que podría poner en peligro de extinción a esta clase de tortuga terrestre (y, por mucho que he andado por sus áreas rurales, jamás he visto transitar de manera silvestre a esta especie). Otro detalle llamativo es una señal de aviso que te indica que estas en el cerro de los chivos, pero que al igual que a los morrocoyos, jamás he visto un chivo en este lugar.
Aguachica es una suerte de historias macondianas, en donde las tragedias ocupan un lugar muy importante, entre las que podemos destacar, la temprana y trágica partida de su joven alcalde, Víctor Julio Roqueme (Qepd), el 20 de agosto del 2024 en un hospital de la ciudad de Bucaramanga. Por tal motivo se convocaron elecciones atípicas, para escoger el nuevo burgomaestre que dirigirá los destinos de esta población en los tres años que faltan de gobierno.
Sin embargo, a pesar de las distintas necesidades que padecen los aguachiquenses o morrocoyeros, ofrecer agua potable, es una utopía. Me cuenta un habitante que es demasiado soñar con tener agua, pese a tener tan cerca al río magdalena, la arteria fluvial más importante del país. El agua llega en algunos sectores cada 15 días, los más afortunados reciben el preciado líquido cada 10 días, pero las facturas si llegan sin tardanza todos los meses.
Es por ello que podría considerarse a Aguachica como la novia joven, pretendida por varios departamentos, que le ofrecen convertirla en ciudad, sin darle respuesta a las necesidades básicas de sus pobladores. Una población de contrastes que, teniendo ríos, padezca de sed, que teniendo vías férreas y carreteras, su transporte urbano es inexistente, y ni hablar de sus áreas rurales, estas si de verdad que gozan de un completo abandono estatal.
Esperamos que la escogencia del nuevo o nueva mandataria beneficie a los aguachiquenses, en estas elecciones atípicas, y que cumpla con los compromisos pactados a través de sus programas de gobierno, por el bien de una población que se debate entre el olvido y las esperanzas.
Nerio Luis Mejía
Sobre el autor
Nerio Luis Mejía
Pensamientos y Letras
Nerio Luis Mejía es un líder comunal, defensor de los Derechos Humanos, quien ha realizado de manera empírica un trabajo de investigación acerca de las causas que han propiciado -y siguen alimentando- el conflicto armado y social colombiano. Mediante sus escritos, contextualiza las realidades territoriales.
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