Opinión

Lo que está pasando en los festivales

Durante el año 2023 me dediqué a visitar festivales vallenatos en buena parte de la costa Caribe colombiana y, en el primer semestre del 2024, encabecé la organización de dos de ellos, uno en Valledupar y el otro en La Loma de Calenturas, Cesar. Hoy puedo hacerles en esta entrega un balance de algunos aspectos preocupantes que se están abriendo paso en estos eventos.

Lo primero que debo decir es que regularmente toda regla tiene su excepción y, en este caso, el Festival de la Leyenda Vallenata es una de ellas. Quiero iniciar diciendo que una de las dificultades que he venido observando en muchos festivales se encuentra en el concurso de acordeoneros de la categoría profesional, allí está haciendo carrera que para que un festival quede bueno es importante que se inscriban acordeoneros famosos, y, efectivamente, hay un grupo pequeño de acordeoneros, entre ellos algunos reyes vallenatos, que se han dedicado a alegrar los festivales con su participación. Hasta ahí no habría problema alguno.

La dificultad se da cuando los buenos prospectos, es decir aquellos acordeoneros jóvenes que quieren dar el paso de aficionados a profesional observan que se inscribieron los mismos que vienen ganando en todos lados, se desaniman y especialmente porque conocen la relación de vieja data y poco sana que hay entre quienes son designados jurados y estos veteranos de mil batallas.

Esto conlleva a dos situaciones que no le hacen bien a nuestra música: por un lado, algunos acordeoneros excelentes, aún muy productivos y de gran experticia, se quieren quedar de festival en festival privándonos de escucharlos acompañando a grandes cantantes en las grabaciones y conformándose con ganarse algunos recursos subiéndose al pódium, pero privándonos de escuchar sus excelentes notas y arreglos en las grabaciones. De otro lado, los buenos acordeoneros jóvenes que debería foguearse en los festivales para obtener la cancha que ya tienen los otros, les da miedo presentarse porque no ven garantías ni posibilidades.

Otro de los problemas que tenemos actualmente en nuestros festivales vallenatos es la tendencia que se viene manifestando por parte de muchos alcaldes municipales de apoderarse de las instituciones privadas organizadoras o fundaciones que históricamente los hacían y en el peor de los casos darles un raponazo estatal y hacer ellos los eventos.

Este otro problema es tan preocupante que ya son varios los festivales de diversas zonas del país que sus mandatarios locales han preferido arrancar de cero a hacer en eventos que ya tienen historia y ese renombre lo han conquistado sus fundaciones organizadoras, pero ahora son otros los que sacan pecho.

Lo más grave es que hay municipios del Cesar y La Guajira en los que sus burgomaestres se dedican buena parte del año a organizar mega eventos y descuidan sus verdaderas y más importantes funciones, ¿quién dijo que el pueblo los eligió para eso?

Muchos están confundiendo su rol de autoridades municipales y su principal misión que es la de mejorar la vida de la población y, en cambio, sacan a relucir su vocación de empresarios de espectáculos en los que supuestamente apoyan la cultura y de paso les queda una buena ganancia, que se reparten entre operadores y politiqueros, grave panorama.

Colofón: Hoy hace 35 años que se nos fue el hombre más importante que ha tenido el Paso del Adelantado, municipio del centro del Cesar que vio nacer a muchísimos acordeoneros de gran calidad, pero ninguno como el negro grande del vallenato, el primer rey de la Leyenda Vallenata Gilberto Alejandro Durán Díaz.

Jorge Nain Ruiz