Opinión

Las noches mágicas de entonces

Alberto Muñoz Peñaloza

02/12/2024 - 04:50

 

Las noches mágicas de entonces
La plaza Alfonso López en Valledupar / Foto: créditos a su autor

 

Eran otros tiempos, con menos habitantes, tranquilidad comarcal plena, con solo ‘matarratones’, almendros, acacios y una que otra terquedad, como la de la vieja Anaminta quien, por encima de la protesta mental del vecindario sembró su palo de tamarindo en el frente de la casa, para su propia sorpresa, algunos le replicaron su osadía, que explicó durante mucho tiempo, según las manifestaciones del Indio Baudilio y de la afamada Aura Soto, en Corral de Piedra, los malos tiempos, el acecho de la precariedad y las malas horas de quienes habitaban en esas viviendas.

Cuando la lechuza siseaba, en la prima noche, la mala hora acechaba, sobre las nueve de la noche, más si ya se había acostado en casa, la muerte se acercaba sigilosamente, en ambos casos, había que ‘tocar madera’ lo más rápido que se pudiera.

Aquellas noches eran animadas, pese a la oscuridad itinerante, el Valle de los sesenta, de muchísimo juego infantil, de relatos, cuentos, historias y oralidad, irrigándole alegrías, aprendizaje y tradición a la realidad pastoril, iluminada más de las noches con mechones o lámparas de petróleo, de caperuza y de papel. Claro, éramos un pueblo en el mejor sentido de la expresión, con pequeñidad en el trazado urbano marcado por la sencillez de las viviendas, la estrechez de las calles, carreras y callejones, que entonces aparentaban ser anchísimos, con tres salas de cine, denominadas teatros, cada uno con chazas, para el aprovisionamiento de arrancamuels, confites, gomitas, cigarrillos, fosforeras y la chuchería apetecible, y su guarapero (a) particular, con los infaltables pastelitos, caribañolas y pare de contar, cruzándose con los vendedores de butifarras y, durante la época decembrina, de huevos de iguana.

Había dificultades con los servicios públicos básicos, más en el caso del suministro de energía eléctrica, cada cierta cantidad de tiempo, cuando fenecía la reserva de combustible para las viejas plantas generadoras, por lo cual, nos quedábamos a oscuras, con el espectro mágico de las lámparas de petróleo, los mechones y las ‘modernas’ de caperuza cuyo haz de luz sobresalía, por su blancor brillantino, tanto que, guardadas las proporciones, superaban las leds de ahora, como que paralizaban conejos, muscas, mosquitos y pare de contar.

Esas noches inolvidables de diciembre, solo quedan en el recuerdo y en los versos de ‘Serenata decembrina’, la bella obra musical del Dr. Antonio Serrano Zúñiga, como parte del legado imperecedero de Poncho y Emiliano, Los Hermanos Zuleta:

“Ya vuelven nuevamente mis cantares

ya vuelve a despertarte mi acordeón

en esta noche de diciembre y luna llena

al pie de tu ventana te canto esta canción

en esta noche de luceros tan bonita

ay linda morenita te canta mi corazón (…)”.

 

Alberto Muñoz Peñaloza

 

Sobre el autor

Alberto Muñoz Peñaloza

Alberto Muñoz Peñaloza

Cosas del Valle

Alberto Muñoz Peñaloza (Valledupar). Es periodista y abogado. Desempeñó el cargo de director de la Casa de la Cultura de Valledupar y su columna “Cosas del Valle” nos abre una ventana sobre todas esas anécdotas que hacen de Valledupar una ciudad única.

@albertomunozpen

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Borrascas en mi memoria

Borrascas en mi memoria

La tarde se tornó oscura, un manto negro bajó de lo alto de la Sierra y fue cubriendo toda la bóveda celeste, de repente todo se ilu...

Porque tengo treinta y cinco años

Porque tengo treinta y cinco años

Porque tengo treinta y cinco años, sé que existió un mundo en el que hacer tareas era una aventura. Para hacer un trabajo era ne...

Editorial: El papel de la familia en el posconflicto

Editorial: El papel de la familia en el posconflicto

La reciente Marcha en contra de la Educación de género fue probablemente una de las manifestaciones populares más importantes del ...

Por fin justicia con los ancianos

Por fin justicia con los ancianos

Desde siempre los ancianos han sido el epicentro de la familia y de la tribu, sobre los ancianos caía la responsabilidad de aconseja...

Leonor Zalabata, la embajadora de los excluidos

Leonor Zalabata, la embajadora de los excluidos

  Conocí a Leonor Zalabata en las reuniones de Diálogos Improbables. Apenas la escuché hablar descubrí que se trataba de una muje...

Lo más leído

El origen de la deliciosa tres leches

Verónica Machado | Gastronomía

Las tuquecas de cualquier lugar

Rodrigo Rieder | Medio ambiente

Un paseo por el cementerio San Miguel de Santa Marta

Joaquín A. Zúñiga Ceballos | Turismo

La narratividad en las canciones de Luis Enrique Martínez Argote

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Música y folclor

Poética de Carlos Vives en el Canto vallenato

José Atuesta Mindiola | Música y folclor

Contiendas en la música vallenata

Luis Carlos Guerra Ávila | Música y folclor

La crónica en el Caribe colombiano

Lina Vega-Estarita y Marta-Milena Barrios | Periodismo

Aquella “Sombra perdida” que encontró El Binomio de Oro

Juan Rincón Vanegas | Música y folclor

Que vuelvan aquellos Díaz

Eliecer Jiménez Carpio | Música y folclor

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados