Opinión

Zambrano, municipio de San Juan del Cesar, tierra frijolera en la Guajira

Alcibiades Nuñez

06/01/2025 - 06:00

 

Zambrano, municipio de San Juan del Cesar, tierra frijolera en la Guajira
Cultivo de frijol en Zambrano, San Juan del Cesar (Guajira) / Foto: archivo particular del autor

 

En mi recorrido por el centro poblado de Zambrano, municipio de San Juan del Cesar, Guajira, pasé por la parcela los fogones de propiedad de mis primos Hugues y Elver Nuñez y me dio mucho guayabo cuando vi aquel cultivo de frijol en plena producción.

En ese campo verde con muchas matas de este cultivo cargado de flores y de vainas de frijol, recuerdo que en el centro poblado de Zambrano, cuando llegaban las vacaciones de mitad y fin de año en junio y noviembre, ya los campos de Frijol se veían cargados de vainas por todas partes. En mi hogar, en esos tiempos, la vieja yiya nos levantaba a las cuatro de la mañana a moler el maíz para preparar el desayuno cuyo menú eran unos bollos con queso, arepas con queso, carne molida y café con leche, también llevábamos panela, pan, galletas o mogollas con queso y bocadillo como meriendas para el mediodía o la tarde.

A las 5 de la mañana nos montábamos en el burro que apodábamos por cariño “Panela”, con rumbo a las parcelas los Jobitos y los fogones. Allí estaba el cultivo de frijol donde dichas parcelas tenían sembradas de 4 a 5 hectáreas. Cada calle de frijol tenía una longitud de 100 metros. Apenas llegábamos, cada uno apartaba una o dos calles y empezábamos la faena. El Frijol lo recolectábamos en latas o en tanques de 20 litros, después eran empacados en sacos de 3 rayas hechos de fique.

Conversábamos, contábamos chistes y anécdotas con algunos familiares y amigos como Aurelio Nuñez, Alfredo El Pale, Hugues, Elver, Reginaldo, el negrito, Federico, Dariel, Juan Daniel, Afranio, Arnoldo, Ramiro, José Elías, Armando, Guillermo, Dorismel, Rafael José, Algemiro, José María, Cristóbal, José Ramón, Rodrigo y Humberto, sobre las anécdotas o historias. Otras veces cantábamos o tarareábamos las canciones de los hermanos Zuleta, La cita, La polaca, Te sigo esperando y Ojazos negros, de Jorge Oñate, el Jardincito, El cantor de Fonseca y Las bodas de plata. Canciones de Diomedes Diaz como El chanchullito, Teresita, La invitación, Cristina Isabel y Tres canciones, de Cornelio Reyna, Me caí de la nube, Puro corazón, Nuestros corazones, de Antonio Aguilar. La martina, corrido de Lucio Vásquez, Juan charrasqueado y el Corrido de Mauricio Rosales.

A las 4 de la tarde terminaba la jornada. Algunos recolectores muy buenos alcanzaban a recolectar de 5 a 6 sacos como el negrito de tía Cándida, Rodrigo Daza, Elver, Reginaldo mis hermanos Juan Daniel y José Elías, mientras tanto Aurelio, Hugues y yo, alcanzábamos a recolectar unos 4 a 5 sacos diarios.

En la década del 60, 70, 80 y 90, varios agricultores cultivaban Frijol, entre ellos podemos mencionar a Lenchito Fernández, en los ceibotes, mi abuelo Juan Bautista Nuñez Orozco (tita) y mi padre Juan Bautista Nuñez Amaya. En Buenos Aires y el Totumito, Tío Camilo en los Trupios y el Cañito, Tío Mando en los Jobitos, Antenor Orozco, Enrique Orozco y Naldo Orozco en el Cerro y Carmona, Rafael Plata en los Derramaderos, Alcides Daza, en la Majagua y Carreto Cerrado, Enrique Daza en el Cadillal, Hernando Orozco en Mokolú, Gracia Gutiérrez en Rastrojito, la vieja Ana y Francisco Fernández en el Carbonal, Chumita Daza en los Ceibotes y la Majaguita, Reginaldo Maestre en el Cerro, Chumita Córdoba y Ramiro Oñate en la Majaguita, Juan Carlos Orozco en el Cerro, Francisco Gutiérrez en el claro de los limpios, Daniel Maestre y Jaime Daza en cercadillo, Luis Meguin en el Cerro, Tío Alberto en los Fogones, Juan Fernández en los Pósitos, Mario Mendoza en los Ceibotes y en el Hatico de Genara entre otros.

Esta recolección del frijol era una actividad que representaba un ingreso familiar que era de mucha ayuda, ya que, con los recursos que obteníamos, la vieja Yiya y Juan Daniel lo invertían para surtir la tienda y para comprar vestidos para Navidad y año nuevo. Además, servía para comprar los útiles escolares para el año siguiente.

El cultivo del frijol le trajo algunos beneficios a San Juan del Cesar ya que generaba mucha mano de obra, para los dueños del cultivo y de las maquinas (John Deere, Massey Ferguson y Ford 6600), maquinistas y auxiliares, dueños de tiendas y graneros, para los capataz y obreros que realizaban todas las labores del cultivo.

 

Alcibiades Nuñez Manjarrés

Sobre el autor

Alcibiades Nuñez

Alcibiades Nuñez

Crónicas del profe

Contador público, magister en Gerencia Financiera, docente de la Universidad de Pamplona y docente en varias instituciones educativas de la Guajira.

@anuma601

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