Opinión
El peligro de la violencia machista: no más feminicidios

Esta columna es dedicada a reflexionar sobre lo perverso de la violencia machista y al gran desafío que representa ser mujer no sólo en Colombia sino en el mundo, parece que los cuerpos de las mujeres y las niñas son percibidos como epicentros autorizados para ser vulnerados y NO es así. Es fundamental desnormalizar las violencias basadas en género y todas las amparadas en el absurdo machismo.
Hoy escribo con el dolor femenino encendido, porque los pocos días que van del año 2025 ya en Colombia se reportan diferentes casos de violencias y feminicidios, justo el 17 de enero se reportó el primer caso de feminicidio en la Guajira. No sólo importan las cifras, porque una sola mujer asesinada es ya una cifra desbordada, acá lo que tenemos que repensar es cómo vivimos en medio de las violencias y pasamos muchas veces con indiferencia, hay que dignificar la vida de las mujeres. Es preciso que todos los sectores (públicos, privados, académicos, sociales, etc.) participen de procesos pedagógicos y preventivos, es mejor siempre prevenir que lamentar.
Solo para presentar un indicador de lo perverso de las violencias, menciono que para el caso de nuestro país las estadísticas de feminicidios y violencias contra las mujeres más altas en los últimos 7 años sucedieron en 2024. Eso no es un tema trivial o que merezca solamente un boom mediático superfluo e intrascendente, se trata de la dignidad femenina y de la rajada mundial en el cumplimiento del V Objetivo De Sostenibilidad: “Poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas en todo el mundo”
Ningún país, por desarrollado que sea, ha logrado la equidad e igualdad de género. Se siguen oprimiendo, matando, dañando a las niñas y las mujeres, continúan las mujeres viviendo con miedo y pocas libertades, muchos preguntan “¿Qué más pedimos las feministas si las mujeres lo tenemos todo?” Y cuanta mentira existe en esa afirmación, especialmente porque el patriarcado continúa marcando agendas femeninas de opresión y los cuerpos femeninos continúan siendo trincheras de las violencias y las guerras; no desconozco que se han logrado avances, pero no hemos llegado a la absoluta erradicación de las desigualdades.
Esta columna es un llamado a la reflexión sobre los derechos humanos femeninos, haciendo énfasis en el fundamental y muy atropellado derecho a vivir libres, sin miedo y felices. El tema de las mujeres y su integridad es algo que se ha desbordado hasta llegar al punto de tener que afirmar que: “No es fácil – Ser Mujeres – ni en lo privado, ni en lo público”
Las mujeres no están seguras en sus hogares ni en sus ejercicios sociales, culturales o de incidencia política, porque las violencias machistas (simbólicas o atroces) acechan su vida y la ubican en un lugar llamado – vulnerabilidad -.
Si bien se han producido avances a nivel mundial con relación a la igualdad entre los géneros a través de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (incluida la igualdad de acceso entre niñas y niños a la enseñanza primaria), las mujeres y las niñas siguen sufriendo discriminación y violencia en todos los lugares del mundo.
La igualdad entre los géneros no es solo un derecho humano fundamental, sino la base necesaria para conseguir un mundo pacífico, próspero y sostenible.
Si se facilita a las mujeres y niñas igualdad en el acceso a la educación, atención médica, un trabajo decente y representación en los procesos de adopción de decisiones políticas y económicas, se impulsarán las economías sostenibles y se beneficiará a las sociedades y a la humanidad en su conjunto.
Mi yo femenino y el de muchas mujeres en el mundo seguirá encendido hasta que vivir sin miedo y con los derechos garantizados se vuelva costumbre y se desnormalicen todas las formas de violencias basadas en género, el mundo necesita sanar-se del patriarcado y tejer realidades igualitarias y de genuino respeto por las diferencias.
Seguimos…
Fabrina Acosta Contreras
Sobre el autor

Fabrina Acosta Contreras
Evas&Adanes
Nieta de Rita Contreras, leyenda viva de 109 años. Escritora e investigadora Guajira, psicóloga, Magister en estudios de género, Magister en Gestión de Organizaciones y Especialista en Alta Gerencia. Creadora de la Asociación “Evas&Adanes” desde la cual lidera diversas iniciativas ciudadanas como los foros “La Mujer en el vallenato”, “Tejiendo esperanzas por la Guajira”, el programa radial Evas&Adanes, entre otras.
Ha recibido reconocimientos por la causa que lidera tales como: Joven sobresaliente de Colombia TOYP 2018 (JCI Colombia), máxima distinción del departamento de La Guajira medalla Luis Antonio Robles, personaje diez en el departamento de Amazonas, medalla a Mujer extraordinaria con proyección social otorgada por la Asociación de Mujeres de la Guajira.
Ha sido columnista por más de 10 años de varios medios puntualizando temas de género y derechos de las mujeres, así como las causas por la guajira. Es autora de los libros “Mujer Sin Receta: Sin Contraindicaciones para hombres”, “Evas culpables, Adanes inocentes”, “De esas costumbres que hay en mi tierra: una mirada a los imaginarios sociales de la violencia de género”, “Mujeres sin receta: Más allá de los mitos”.
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