Opinión
Sayco y los problemas de los compositores

La próxima semana se realizará en diversas ciudades de Colombia la asamblea ordinaria de nuestra querida Sociedad de Autores y Compositores de Colombia, Sayco y allí estaremos reunidos de la manera mas fraternal y cordial la mayoría de los compositores musicales de todos los géneros en el país. Por ejemplo, en Valledupar, un 99% son de música vallenata, en Villavicencio el porcentaje mayoritario es de música llanera y en Bogotá confluyen de variadísimos géneros, como es lógico.
Los autores y compositores en Colombia somos un gremio bastante tranquilo a más bien conformes, casi nunca protestamos. En nuestro ADN, lo que hay es alegría o tristeza, sentimientos que se exteriorizan en letras y música que afloran al mundo en canciones y, luego, llegan al público en general por intermedio de intérpretes para causar sensaciones e involucrarnos en situaciones con las que nos identificamos.
Los más de 30 años que llevo afiliado a Sayco me otorgan autoridad para decir que nuestra institución, por esta época, se constituye en la más sólida, seria y solidaria de Colombia, profesional y acertadamente dirigida por nuestro líder Rafael Manjarrez, no obstante, vale la pena llamar la atención de mis colegas en algunos aspectos que considero deben ponerse al orden del día.
Ya es hora que pensemos en la creación de una legislación mucho mas avanzada y acorde con los tiempos de las nuevas tecnologías, un código de la música en el que los parámetros y reglas entre empresarios, editoras, sociedades, compositores, intérpretes y público estén mucho más claros y definidos que lo que hoy tenemos regulado.
Los vacíos jurídicos que tenemos en Colombia para enfrentar los problemas que se nos presentan en la música, con nuestros derechos de autor y conexos han quedado desnudados en casos como el de Nelson Velásquez y Los Inquietos y el de “El Mono” Zabaleta y Juan Fabio Lagos respecto a la obra “El Secuestro” que ha sido eliminada de plataformas musicales y sigue un litigio que no sabemos en qué va a terminar.
Pero, como dice el adagio popular “mal de muchos, consuelo de tontos”, éste no es un problema de hoy, al contrario, antes era mucho mas grave y los creadores de música desconocían mucho más sus derechos, reclamaban menos y el abuso de interpretes y disqueras era mayúsculo.
Algunos compositores hasta celebraban que un intérprete les grabara canciones sin reconocer su autoría y, en otros casos, llegaba a emplearse siglas como D.R.A. con el solo propósito de desconocer al autor y desatender sus derechos patrimoniales.
Hoy, la mayoría de los compositores no tenemos la más remota idea sobre en cuántas y cuáles plataformas virtuales se está descargando o escuchando nuestra obra y a donde van a parar los recursos económicos a que tenemos derecho. La legislación por supuesto lleva velocidad de escalera y la tecnología va a ritmo de ascensor.
De otra parte, los festivales y concursos realizan sus competencias, premian las obras, pero no hacen el más mínimo esfuerzo para que estas lleguen al fonograma y el público las pueda escuchar, que al final es lo que desea su autor. La mayor satisfacción de un compositor es que su obra sea escuchada masivamente. Ese es el más grande premio.
Colofón: Éste es un tema que quiero seguir tratando aquí y, como la próxima semana es la asamblea de Sayco, sé que en ella vamos a poner el dedo en la llaga sobre el asunto y me comprometo a continuar el próximo viernes, si Dios lo permite, abordando esta problemática.
Jorge Nain Ruiz Ditta
Sobre el autor

Jorge Nain Ruiz
Vallenateando
Jorge Nain Ruíz. Abogado. Especializado en derecho Administrativo, enamorado del folclor Vallenato, cantautor del mismo. Esta columna busca acercarnos a una visión didáctica sobre la cultura, el folclore y especialmente la música vallenata. Ponemos un granito de arena para que la música más hermosa del mundo pueda ser analizada, estudiada y comprendida.
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