Opinión
El Cesar, ¿un departamento extractivista?

El Cesar es el segundo departamento minero más importante de Colombia, después de Antioquia. Contribuye con entre el 45 % y el 50 % de la producción nacional de carbón térmico y recibe aproximadamente el 30 % de las regalías mineras del país, lo que representa una considerable fuente de ingresos.
No obstante, estos datos contrastan con la realidad social del departamento. El Cesar presenta una pobreza monetaria cercana al 50 % y una pobreza estructural del 28,5 %, lo que refleja serias deficiencias en ingresos, empleo y acceso a servicios básicos. Su Índice de Desarrollo Humano (IDH) es de aproximadamente 0.70, por debajo del promedio nacional, que ronda el 0.77. Gran parte de la población se enfrenta a la informalidad laboral y la falta de oportunidades, lo que mantiene al departamento rezagado frente a otras regiones más desarrolladas del país. Esta aparente paradoja invita a una reflexión sobre sus causas y posibles soluciones.
Tal vez por ello valga la pena revisar las tesis de Daron Acemoglu y James A. Robinson, destacados economistas y recientes ganadores del Premio Nobel de Economía en 2024, quienes han dedicado su trabajo a estudiar Por qué fracasan los países. Tras seiscientas páginas de sesudos razonamientos en su libro publicado en 2010, su conclusión es clara y contundente: «La razón más común por la que fracasan los países hoy en día es porque tienen instituciones extractivas».
Según ellos, un Estado extractivista es aquel cuya estructura de gobierno y economía está diseñada para beneficiar a una élite a costa de la mayoría de la población. En este tipo de Estado, las instituciones están configuradas para extraer recursos, trabajo y riqueza de las clases subordinadas sin permitirles una participación equitativa en la economía o la política.
El término “extractivista” proviene de la palabra “extracción”, pero su significado va más allá de la simple explotación de minerales o recursos naturales. En el contexto de esta teoría, se refiere a la extracción sistemática de riqueza de una mayoría para beneficio de una élite, ya sea a través de la explotación de recursos naturales, el trabajo forzado, impuestos abusivos o sistemas económicos diseñados para mantener la desigualdad.
Las tesis de Acemoglu y Robinson son aplicables tanto a nivel nacional como local, por lo que pueden ayudar a comprender la realidad del Cesar, donde una élite económica y política ha concentrado el control de los recursos, obstaculizando un desarrollo más equitativo. Ciertos grupos, favorecidos por su acceso al poder económico y político, han limitado las oportunidades para el resto de la población. Las grandes empresas mineras, en alianza con sectores influyentes, dominan la explotación de los recursos, mientras que la política, como en muchas regiones de Colombia, permanece en manos de estructuras tradicionales, algunas con antecedentes de corrupción. La captura del Estado por estas élites ha dificultado que las regalías y otros ingresos se gestionen de manera eficiente para promover el desarrollo social.
Dado lo anterior, también resulta pertinente explorar las propuestas de estos influyentes autores. No se trata, desde luego, de renunciar a la minería, sino de fortalecer instituciones políticas y económicas inclusivas. En el ámbito político, esto implica una distribución más equitativa del poder, que permita la renovación de líderes y evite el dominio de una élite.
En términos económicos, significa proteger los derechos de propiedad y garantizar la seguridad jurídica; permitir la libre competencia y la innovación; incentivar el emprendimiento y la inversión a largo plazo. Y tal vez el punto más relevante: promover el acceso a la educación y la movilidad social.
La educación para el emprendimiento es clave para el desarrollo económico y social de un país o región. No solo fomenta la creación de empresas y empleo, sino que también impulsa la innovación, la resiliencia y la independencia económica. Sin embargo, para que sea efectiva, debe ir más allá de enseñar a “crear un negocio” y enfocarse en desarrollar habilidades clave desde la educación básica hasta la superior.
Amador Ovalle
Sobre el autor

Amador Ovalle
Líneas de fuga
Nacido en San Diego, Cesar (1963), es médico y escritor. Ejerce la medicina en Bogotá, mientras cultiva la literatura. Ganador del concurso de cuento de ciencia ficción “Isaac Asimov” (1996). En 2024, publicó Entre fronteras, finalista en el Primer Premio Internacional de Novela Inédita Palabra Herida.
1 Comentarios
Este fin de semana hice lectura del artículo de opinión: “El Cesar, ¿un departamento extractivista?” En mi opinión, es relevante y debería tener un impacto positivo para generar el debate público en la clase gubernamental, los dirigentes políticos, la academia, la sociedad civil y la ciudadanía en general del departamento del Cesar, porque el texto plantea una contradicción alarmante: un departamento con una producción minera significativa y unas considerables regalías presenta altos niveles de pobreza monetaria y estructural, además de un Índice de Desarrollo Humano (IDH) por debajo del promedio nacional. Esta "aparente paradoja" debe ser el punto clave para formular cualquier política pública seria, ya que señala una disfuncionalidad en la forma en que la riqueza generada por la minería no se está traduciendo en bienestar para la población. El texto plantea que esta situación del departamento del Cesar se podría explicar mediante la teoría de los economistas Daron Acemoglu y James A. Robinson sobre los "Estados extractivistas” y, además, explora las propuestas de Acemoglu y Robinson para superar el extractivismo, enfocándose en el fortalecimiento de instituciones políticas y económicas inclusivas, la promoción de la educación y la movilidad social, y la importancia de la educación para el emprendimiento. Las instituciones son importantes porque establecen las reglas y los mecanismos necesarios para que los agentes (individuos y empresas) interactúen de manera eficiente. Incluso unas instituciones sólidas e inclusivas son un factor determinante para el desarrollo sostenible, mientras que unas instituciones extractivas pueden ser fuente de atraso, pobreza y desigualdad. No obstante, para el análisis de la situación del departamento del Cesar es importante observar una visión integral o sistémica, y no unicausal, que permita identificar las dinámicas extractivistas que subyacen en la cultura, en la vida social y política, entre otros aspectos. Finalmente, el desarrollo sostenible no es exclusivamente formalizar instituciones inclusivas, tales como la rendición de cuentas, la consulta popular y otros mecanismos de participación sustentados en la Constitución del 91, porque siguen operando las dinámicas extractivistas.
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