Opinión
Bailes sospechosos

Este fin de semana se celebra en Colombia tal vez el mayor número de fiestas patronales en ciudades, cabeceras municipales, corregimientos y veredas. En varias de estas poblaciones las hacen coincidir con ferias y festivales de toda clase. La Virgen del Carmen es una de las santas preferidas de Colombia, en especial en la costa Caribe, también por los conductores y fuerzas militares, quienes hace ya muchos años la adoptaron como su protectora.
Sabemos que Colombia es un país fiestero, que nos gusta más la rumba que la comida y que la prioridad para muchas comunidades es la realización de sus buenas fiestas patronales y ahora la presentación gratis de artistas de renombre regional y nacional.
En buena parte del territorio nacional, se volvió costumbre la realización de los bailes populares gratuitos en plaza pública, promovidos y financiados por las autoridades locales. Me atrevo a afirmar que hay municipios de nuestra costa caribe en los que gran porcentaje del presupuesto se va en logística y en el pago de artistas para organizar sus fiestas. Los corregimientos y veredas compiten entre sí a fin de demostrar quién hace las mejores fiestas.
En Colombia, una modalidad de la contratación estatal que se ha vuelto célebre y popular son los famosos convenios de toda índole. Por esta vía unas organizaciones, supuestamente sin ánimo de lucro, se convierten en operadores de fiestas y festivales. Contratan con alcaldías y sirven de intermediarios entre estas y muchos artistas famosos y otros no tanto.
Tengo datos de municipios de sexta categoría del Cesar, Magdalena, Bolívar y La Guajira que podrían estar gastando cada uno más de mil millones de pesos en el mes de julio en convenios de asociación con operadores de fiestas e indirectamente con artistas y producción de eventos.
Ustedes se preguntarán porqué titulé esta columna como “Bailes sospechosos”, ya les voy a contar: cuando usted observa la programación de las fiestas en un caserío o vereda, encuentra varios artistas cuya tarifa o costo por baile supera los 50 millones de pesos, si usted hace una pequeña averiguación y consigue copia del convenio suscrito entre la alcaldía y el operador, allí posiblemente va a encontrarse que no aparecen todos los artistas que amenizaron el evento.
Me explico con un ejemplo: todo el mundo vio tocar en la fiesta a la agrupación musical llamada “Bananas” pero nadie da razón de quien la contrató, en la administración municipal no aparece contrato alguno con ellos, el operador del convenio no tiene la obligación de presentar ese grupo, ninguna persona natural o jurídica manifiesta haber donado esa presentación.
Surgen las inquietudes: ¿Tocaron de gratis?, ¿Quién les pagó? ¿Por qué se oculta el contratante? ¿De dónde proviene el dinero que se empleó para pagar el grupo musical?
Es cierto que al pueblo como lo que más le interesa es disfrutarse la fiesta y que la parrilla de artistas sea muy buena, no va averiguar de donde salió la plata para pagarlos. A veces de esas fiestas los alcaldes salen en hombros y los organismos de control se hacen los de las gafas.
Colofón: Con profunda tristeza registramos la partida eterna del compositor de los festivales, del gordo alegre como yo lo decía en una época, Wiston Muegues, ganador de más de cien festivales en canción inédita, verseador, excelente amigo y parrandero. Muegues alegraba al pueblo donde llegara a participar, la mayoría de sus canciones eran jocosas y dicientes. Sin ser famoso comercialmente fue uno de nuestros grandes compositores, compuso canciones como: “La Novia del Valle”, “La estratificación”, “El yerbatero” y “Los barrios del Valle”. Paz en su tumba.
Jorge Nain Ruiz Ditta
Sobre el autor

Jorge Nain Ruiz
Vallenateando
Jorge Nain Ruíz. Abogado. Especializado en derecho Administrativo, enamorado del folclor Vallenato, cantautor del mismo. Esta columna busca acercarnos a una visión didáctica sobre la cultura, el folclore y especialmente la música vallenata. Ponemos un granito de arena para que la música más hermosa del mundo pueda ser analizada, estudiada y comprendida.
0 Comentarios
Le puede interesar

Los estragos de la “celotipia”
No logro explicarme cómo existen matrimonios que conviven tantos años bajo el eterno imperio de la celotipia, y esta relación ...

¿Centro comercial o cultural?
La reciente adjudicación del faraónico Centro Cultural de la Música Vallenata presenta una serie de dudas e inquietudes, parecid...

El diploma de bachiller
Por estas fechas en los colegios de bachillerato, los profesores y directivos enfilan sus baterías pedagógicas y didácticas en l...

¿Clásicos vallenatos?
Según el diccionario de la Real Academia Española de Lengua, la palabra Clásico significa un modelo digno de imitación, que p...

Se acabaron los profesores de castellano (1)
Increíble: aquellos profesores de castellano, que sabían redactar una carta, que conjugaban correctamente los verbos irregulares,...