Opinión
Los efectos de una telenovela
Los medios de comunicación dirigidos a las masas MCM –especial y concretamente la televisión– juegan un papel preponderante en la vida de cada uno de nosotros en la sociedad contemporánea.
Los efectos positivos y negativos que tiene la programación de un canal público o privado son inimaginables. La televisión moldea la forma de actuar y de pensar de gran parte de la población, y logra modificar la forma en que los humanos conocemos y comprendemos la realidad.
La franja triple A de la televisión colombiana se encuentra hoy liderada por la telenovela (o “Culebrón”) que hace honor póstumo a la vida de uno de los más grandes ídolos de la música colombiana, Rafael Orozco Maestre, quien falleció trágicamente el 11 de Junio de 1992, pero, después de más de veinte años, su música aún sigue en el corazón y en los oídos de los colombianos.
Es cierto que el efecto adictivo que tiene la televisión ayuda a que hoy, en casi todo el territorio nacional, se hable con insistencia de la novela del primer lugar de rating en sintonía. Es por ello que a los costeños, sobre todo los nacidos en la región del Magdalena Grande (Magdalena, Cesar, Guajira) nos abordan en cualquier esquina de los centros urbanos a preguntarnos cosas como: ¿Es cierto que existió esa cercanía y rivalidad entre Rafael Orozco y Diomedes? ¿Diomedes y Rafa si estudiaron juntos? ¿Rafael Orozco sí estudió en Bogotá? ¿Si fue el Binomio de Oro la agrupación precursora en incorporar instrumentos como el bajo electrónico, los timbales o la guitarra en las grabaciones vallenatas?
Me ocurre casi a diario en Bogotá y ahora debo sacar tiempo extra para responder una andanada de preguntas como las anteriores, entre otras cosas porque lo hago de buena gana y, además, me parece divertido, grato y reconfortante.
Una de las preguntas más concurrentes es ¿Qué tanto porcentaje de verdad y de ficción tiene la novela?. A lo cual siempre respondo: más ficción que verdad, como debe ser una telenovela que pretende cautivar la atención de los televidentes, lo que a la postre ha logrado, según los sondeos de las últimas dos semanas, y entonces me toca hacer claridades como, por ejemplo: no es cierto que antes del Binomio, el vallenato se grababa solo con caja, guacharaca y acordeón.
Desde Abel Antonio Villa, Luis Enrique Martínez, Alejandro Duran, “Juancho” Polo Valencia y luego la generación de Alfredo Gutiérrez, Calixto Ochoa, Los Cañaguateros, pasando por Los Hermanos López y Los Hermanos Zuleta, en las grabaciones empleaban casi los mismos instrumentos que utilizó el Binomio de oro, sin embargo lo que sí podemos afirmar categóricamente es que con esos mismos instrumentos el estilo y los sonidos obtenidos eran totalmente distintos.
Otra de las preguntas que ya se les había olvidado a nuestros compatriotas, y ahora con la novela se ha revivido el morbo por resolver, es aquella de quién y porqué mataron a “Rafa”, sobre lo cual se tejieron y ventilaron toda clase de especulaciones en el país y hoy todavía es la comidilla de muchas tertulias.
Pero los efectos más positivos que ha tenido la producción sin duda son tres a saber:
El primero poner en los sentidos de todos los colombianos mediante la televisión nuestra música, su historia, compositores e intérpretes y especialmente las vivencias en la época más gloriosa del vallenato.
El segundo consiste en mostrar a aquellos colombianos que aún no conocen las hermosas tierras del Cesar y la Guajira para que se animen a visitarnos, por lo que no me extrañaría que este año en el Festival Vallenato se rebasen todos los records de visitantes, y el tercero, poner a escuchar la música vallenata de los años 70 y 80 y revivir la alegría y el romanticismo del Binomio de Oro (esto lo he comprobado), ya que hoy no hay conjunto vallenato profesional o aficionado que no tenga en su repertorio por lo menos uno de aquellos superéxitos de Rafa.
Por el éxito, las excelentes actuaciones de quienes participan en esta novela y porque por fin amainamos esa racha de violencia que nos venía atormentando en el “prime time” de la televisión, con los seriados y telenovelas de los carteles de la mafia, me gustaría que mañana en los premios India Catalina, Rafael Orozco “El Ídolo” se quede con la mayoría de galardones.
Colofón: Me habían referenciado una emisora virtual para escuchar buen vallenato y no había sacado el tiempo para hacerlo, pues ayer me di el gustazo de sintonizar una programación de vallenato clásico del mejor en www.acordeónstereo.tk digna de recomendar y dirigida y coordinada por el compositor José Guillermo Orozco y mi amigo y colega folclorista Laude Fernández Araujo.
Jorge Nain Ruíz
@jorgenainruiz
Sobre el autor
Jorge Nain Ruiz
Vallenateando
Jorge Nain Ruíz. Abogado. Especializado en derecho Administrativo, enamorado del folclor Vallenato, cantautor del mismo. Esta columna busca acercarnos a una visión didáctica sobre la cultura, el folclore y especialmente la música vallenata. Ponemos un granito de arena para que la música más hermosa del mundo pueda ser analizada, estudiada y comprendida.
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