Opinión
Festival, trabajo e ingresos
Como es natural, hay diferentes maneras de vivir el Festival Vallenato. Para las élites es el momento de hacer relaciones públicas y del descreste social. Para los jóvenes una oportunidad inigualable de diversión masiva, libre y desbordante. Los amantes del vallenato disfrutan su cuarto de hora existencial. En fin, todos pueden divertirse en un ambiente de sana alegría.
Pero detrás de esta fiesta babilónica hay miles de personas que aprovechan el jolgorio para trabajar incansablemente en hoteles, restaurantes, ventas ambulantes, taxis, promociones, agencias de turismo, discotecas, eventos y parrandas y, en todos y cada uno de los servicios que demandan los turistas para sentirse cómodos y felices.
Y a fe que lo hacen muy bien si tomamos como indicador el creciente número de visitantes que año tras año llegan para esta fecha: “turista agradecido atrae más turistas”, decía una sabia frase de marketing turístico.
La universidad Andina le ha puesto números a este impacto económico del Festival en un reciente trabajo que ya fue comentado en este diario por el columnista Pipe Araújo, días atrás. Se habla de más de 50 mil millones de pesos en circulación en la economía local durante estos días.
El análisis es un tapabocas para aquellos que condenan este tipo de fiestas porque sólo las ven como ocasión para el consumo desmedido de alcohol, ruido, holgazanería, excesos y estímulo a la vida epicúrea y hedonista que tanto mortifica a los espíritus amargados.
Así que, si queremos dinamizar nuestra economía, necesitamos durante todo el año más eventos, de distinto tipo, que atraigan turistas que generen empleos e ingresos: carnavales; semana santa y Corpus Cristi; festival de verano en julio con conciertos musicales; celebración del 6 de enero; festival de orquestas sinfónicas juveniles del Caribe; festival de historia hispanoamericana; encuentro de cuenteros para rescatar nuestra tradición oral; feria del libro; encuentro de poetas, pintores; sede de campeonatos nacionales deportivos; diálogo de saberes entre culturas indígenas y vallenata; entre otros.
Apostémosle a la economía del ocio y de servicios. Necesitamos aeropuerto moderno e infraestructura adecuada que haga más atractiva la ciudad y sus corregimientos, y, crear fundaciones que organicen dichos eventos. El sector hotelero debe invertir en la construcción de un centro de convenciones para competir como sede de congresos. Los servicios públicos domiciliarios tienen que funcionar bien y la cultura ciudadana convertirse en un atractivo adicional a nuestra reconocida hospitalidad.
Rodolfo Quintero Romero
@rodoquinteromer
Sobre el autor
Rodolfo Quintero Romero
Causa común
Rodolfo Quintero Romero. Agrónomo. Máster en Economía, especialista en Derecho del Medio Ambiente y Profesor Universitario. Su columna nos invita a conectar con la actualidad cesarense y entender los retos a enfrentar para lograr un crecimiento sostenible y duradero en el departamento.
0 Comentarios
Le puede interesar
El abrazo de la victoria y el poso de la derrota
El fútbol es el deporte de las multitudes, es el fervor de los sentimientos colectivos de un pueblo. Esa pasión nace por el arr...
La Pilonera Mayor del escultor Amilkar Ariza y lo que se viene
Cuando se representa al cuerpo humano dentro de un planteamiento figurativo éste tiene sus leyes de proporciones, ritmo y un conocimie...
¿Y a los compositores quién nos protege?
He realizado un alto en el camino respecto a la serie de escritos sobre perfiles de artistas que, en alguna época, le han dado glo...
No hay orden
Sigue doliendo la muerte del joven Johandryz Martínez, así como la de muchos que también han encontrado el final de su existenci...
Por sapos
No hay nada más peligroso que los violentos en el poder, sin importar la vertiente a la cual pertenezcan, porque, al final, el da...