Opinión

Editorial: En apoyo a los periodistas

Redacción

14/05/2013 - 14:55

 

Pocos días después de recordar y celebrar la importancia de la libertad de expresión, panfletos amenazantes rompieron con la tranquilidad de Valledupar.

El viejo fantasma del silencio impuesto a los comunicadores y el miedo como modus vivendi resurgían con fuerza, sustentados en palabras inaceptables y argumentos incendiarios que refuerzan los intereses de unos pocos frente a la justicia necesaria de la gran mayoría.

A los periodistas queremos brindarles toda nuestra consideración. El trabajo y la causa que ellos defienden son esenciales en la democracia que, poco a poco, se trata de construir en este país.

Cada esfuerzo informativo, cada paso esbozado en dirección de la verdad y de la objetividad, debe ser alabado, y más cuando se trata de informar y facilitar un proceso natural e imparable como la restitución de tierras (una condición esencial para la estabilidad). Por ese motivo, ofrecemos nuestro apoyo a los periodistas y queremos acompañarlos en estos momentos en los que el temor irrumpe con fuerza y en forma de notas indiscriminadas.

Decimos indiscriminadas porque amenazar a un periodista es amenazar a todos los periodistas, es ir en contra de los principios que fundamentan nuestro día a día. El simple hecho de tener un compañero amenazado debe ser la causa de un rechazo tenaz y completo, y un motivo de acercamiento genuino.

Que sepan los periodistas mencionados en esos panfletos que entendemos las implicaciones que pueda tener este suceso en sus vidas y que deseamos, como ellos, el regreso a la normalidad. Por eso, apoyamos las decisiones más contundentes –pero siempre respetuosas de los derechos de cada uno–, adoptadas por las autoridades nacionales, y confiamos en que, en breve, se darán las respuestas que esclarezcan el origen de estos panfletos.

Por otro lado, en una época en la que la verdad y la memoria prevalecen, en el que el esfuerzo por llegar a un equilibrio se alza por encima de todo, la sociedad civil debe también responder de manera contundente y rechazar esas amenazas.

Ir en contra de los periodistas y callarlos es, por extensión, atacarse al pueblo entero. No puede haber indiferencia ni tolerancia de hechos tan extremos como éstos. La labor de un periodista no puede depender de las ideas de unos pocos.

Debe quedar también claro que con las armas no se detiene ningún proceso de restitución de tierras. Las armas y la violencia son el reflejo de la insensatez y la irracionalidad, y frente a la voluntad de un pueblo, no pueden hacer nada.

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Diálogo para salir del atolladero

Diálogo para salir del atolladero

Siempre he defendido el proceso de paz con las Farc. Hice campaña a favor del Sí en el plebiscito de 2016, escribí varios artículos...

El boliche cultural

El boliche cultural

Durante el tiempo anterior al voraz incendio que amenazó su integridad, y el posterior traslado al sitio de hoy, el mercado público d...

El príncipe colombiano

El príncipe colombiano

“La corrupción es una amenaza contra la libertad, virtud sin la cual ningún pueblo puede construir grandeza” (Maquiavelo) No es ...

Urgencia manifiesta de un organismo rector

Urgencia manifiesta de un organismo rector

  Con bastante preocupación recibí la noticia de que en los primeros días del mes de octubre no se realizó la versión 2019 del F...

Al amigo que se fue

Al amigo que se fue

  No voy a decir su nombre, tampoco hablaré mal de él, que sea el lector quien lo juzgue después de leer esta crónica. Nació an...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados