Opinión
A prepararnos para el postconflicto
Todo indica que tarde o temprano se firmará el acuerdo de paz que termine con el conflicto armado. Por eso, es necesario prepararnos para el postconflicto: la etapa siguiente a la desmovilización, dejación de armas y vinculación a la vida civil de los excombatientes. El Estado tiene que llegar rápidamente a los territorios abandonados por las fuerzas insurgentes, para evitar que nuevos agentes los copen y continúe la actividad delictiva.
En el Cesar, a lo largo de la serranÃa del Perijá y la Sierra Nevada, hay presencia guerrillera y una base social campesina que ha convivido con ella durante más de 30 años. Las condiciones de vida de esa población son deplorables como lo son las de la mayorÃa de los cesarenses: ocupamos los primeros puestos en carencias y desigualdad en Colombia.
Todo el departamento merece un plan de choque pero hay que priorizar las zonas marginadas en donde tienen su asiento los grupos armados. Construir buenas vÃas de acceso; erradicar el analfabetismo; hacer escuelas, puestos de salud y acueductos veredales; pozas sépticas; electrificación rural; prevenir las violencias contra la mujer; apoyar las zonas de reservas campesinas; fortalecer o crear más Umatas; facilitar crédito barato.
Se requiere desterrar la corrupción facilitando el control y seguimiento del sector privado y la ciudadanÃa a la inversión pública. Erradicar el clientelismo renunciando a contratar funcionarios mediocres para complacer a amigos y compadres. Tenemos que hacerlo ya, con cese del conflicto armado o no. El premio será una vida más equitativa, próspera, pacÃfica y feliz para nuestros hijos.
La terminación de la guerra no asegura la desaparición de la violencia pero sà creará un marco favorable para enfrentar las causas sociales, económicas y culturales que la generan y reproducen. Debemos actuar pronto. Jalonar dinero de las regalÃas y pagar a tiempo los impuestos. No esperar noticias de la Habana para comenzar a trabajar.
A nuestro favor está el hecho insólito de tener un gobernador y un alcalde de Valledupar, decentes y dinámicos, que deben unirse, aliarse y liderar a los demás alcaldes para, con el sector privado y el apoyo de las comunidades movilizadas, preparar el territorio para la reconciliación y una paz estable y duradera, con una actividad económica creciente, inclusión social y sostenibilidad ambiental.
La guerra ya no será contra las FARC o el ELN sino contra la desigualdad, la discriminación, la debilidad institucional, la impunidad, el hambre, la pobreza, el atraso económico, la contaminación ambiental y la cultura de la ilegalidad.
Â
Rodolfo Quintero Romero
@rodoquinteromer
Sobre el autor
Rodolfo Quintero Romero
Causa común
Rodolfo Quintero Romero. Agrónomo. Máster en Economía, especialista en Derecho del Medio Ambiente y Profesor Universitario. Su columna nos invita a conectar con la actualidad cesarense y entender los retos a enfrentar para lograr un crecimiento sostenible y duradero en el departamento.
0 Comentarios
Le puede interesar
Cultura en posconflicto
En mis años de secundaria, a algún escritor del que hoy no recuerdo su nombre, y que Google, como cosa rara, se negó a encontrarlo â...
Entre estos está El Rey
Como ya es costumbre en esta columna, y a escasos dÃas de iniciar la competencia más esperada en el PaÃs Vallenato, me aventuro a da...
CaÃdas y besos del festival de Poncho
Pasó la fiesta, la tormenta y la fama; asà se define el festival para los tres sectores involucrados en el evento de Valledupar, aÃ...
Carta de un cesarense al Presidente Santos
Apreciado Presidente, El pueblo Colombiano como hace Cuatro años tuvo a bien confiar en su persona los destinos de la Nación, confia...
El mes de las mil esperanzas
A diferencia de otros años, diciembre llegó de prisa y silencioso y se instaló en todas las almas. Su sola presencia nos hace refl...