Opinión

Cultura y memoria del entorno vallenato

José Atuesta Mindiola

02/07/2013 - 12:00

 

Foto: Leo MatizHay personas que por sus acciones en beneficio de la cultura o el progreso económico y social de una comunidad se convierten en personajes con méritos suficientes para merecer un sitio de honor en la historia de la región. Pero para que no se borren sus nombres de la memoria de los pueblos es necesario el desarrollo de dinámicas educativas que ilustren de manera permanente a las nuevas generaciones en el conocimiento de la historia local.

La implementación de esta temática es preciso anexarla a las áreas de ciencias sociales, humanidades y educación artística. En Valledupar, por ejemplo, al filósofo Rafael Carrillo se le puede estudiar en el programa de filosofía, su obra “Summa filosófica” fue compilada por Beethoven Arlantt y  editada por la Biblioteca Departamental, en la dirección de Mónica Morón.

Hay otros personajes de la cultura vallenata que tienen su historial y amerita que se les  estudie. Es el caso de Sara María Salas Baquero, matriarca de la dinastía musical de los Zuleta y los Salas; nació en 1892 en La Jagua del Pilar, en el hogar de  José Francisco Baquero y Santa Salas, pero El Plan era su territorio mítico donde Rafael Escalona, Poncho Cotes, José Francisco Daza, Leandro Díaz, y sus hijos Emiliano Zuleta y Toño Salas, celebraban inolvidables  encuentros de guitarra, versos y acordeones que fortalecieron la riqueza de la expresión musical del vallenato.

El 17 de junio de 1975 muere Sara María. Su nombre sigue vigente entre sus familiares y en algunas páginas del vallenato. Han pasado ya 38 años, y su presencia espiritual se siente, como el sombrero de Simón que se mece en una canción sobre una rama de peralejo. Pero para que las cenizas del olvido no empañen la memoria en las nuevas generaciones se sugiere que la Casa de la Cultura de El Plan, ostente su nombre, y que los profesores asuman la responsabilidad de enseñar que la Vieja Sara María -a quien Escalona cantó su famoso merengue-, no solo fue la anfitriona de las fiestas de la Virgen del Carmen, fue también generadora del progreso del pueblo... y gran verseadora.

Y a propósito del fallecimiento del maestro Leandro Díaz, el verdadero homenaje que se le puede hacer es seguir escuchando y estudiando su obra musical, para valorarla en su extensa dimensión. Un homenaje que podría brindarle el alcalde de La Jagua del Pilar, Waldin Soto Durán, es dar el nombre de "Matilde Lina" a la calle principal de El Plan. La musa inspiradora de la canción más emblemática del Maestro Leandro. Los profesores de las áreas de educación artística y de lengua castellana se podrían comprometer a enseñarles a sus alumnos los versos y las imágenes poéticas de esa hermosa canción.

Aquí en Valledupar, en homenaje al Maestro Leandro, los programas de música vallenata  harían bien  iniciar su programación con una de sus canciones, y la  Secretaría de Educación debería realizar conversatorios en los colegios del municipio, sobre la vida y obra musical del Maestro Leandro.

 

José Atuesta Mindiola

Sobre el autor

José Atuesta Mindiola

José Atuesta Mindiola

El tinajero

José Atuesta Mindiola (Mariangola, Cesar). Poeta y profesor de biología. Ganó en el año 2003 el Premio Nacional Casa de Poesía Silva y es autor de libros como “Dulce arena del musengue” (1991), “Estación de los cuerpos” (1996), “Décimas Vallenatas” (2006), “La décima es como el río” (2008) y “Sonetos Vallenatos” (2011).

Su columna “El Tinajero” aborda los capítulos más variados de la actualidad y la cultura del Cesar.

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Nuestras costumbres perdidas

Nuestras costumbres perdidas

Heredar de los mayores el amor por la tierra que nos vio nacer es una de las cosas que más marcan la vida de una persona, porque ama...

Qué ironía

Qué ironía

  Día 10 del mes 7, 2022 12:50 a.m. Después de perder a mi madre, tú eres lo más valioso que he perdido. Ah, se me olvida, mi pe...

Allá en La Guajira Arriba… ¡Abajo! ¡Abajo! ¡Abajo!

Allá en La Guajira Arriba… ¡Abajo! ¡Abajo! ¡Abajo!

El gran desierto se avecina, dice la obra vallenata de Julio Oñate Martínez. Como compositor y agrónomo pensaba en la naturaleza, ...

Una parranda sin alcohol, una alta dosis de alegría

Una parranda sin alcohol, una alta dosis de alegría

  Desde que mi compadre Juan me llamó de Cartagena y me dijo que venía para Valledupar, me dispuse a preparar la parranda que íb...

La cultura como prioridad

La cultura como prioridad

  La cultura no puede quedar reducida a una expresión de lujo, destinada a unos cuantos, por la oportunidad de acceso que han tenido...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados