Opinión
Editorial: La realidad de las etnias de Colombia
Entre las riquezas innegables de este hermoso país, evocamos con frecuencia las distintas etnias que componen la diversidad humana, lingüística y cultural. Hablamos de la relación de los pueblos indígenas con el entorno natural, de la alegría y los aportes de la raza negra en las costumbres y en el folclor, pero al final, ¿cuánto sabemos de su realidad cotidiana?
Esta pregunta no tiene otro fin que cuestionar el modo en que construimos nuestras vidas y cambiar quizás nuestra mirada. Va dirigida a todos aquellos lectores interesados por los asuntos culturales, humanísticos y sociales de este país, pero también a los periodistas que deben –por razones laborales– comunicar con frecuencia sobre estas cuestiones y muchas otras. Estos últimos son los que, finalmente, ayudan el gran público a hacerse una idea sobre las dificultades que las minorías atraviesan en algún momento.
Si abordamos este tema en un Editorial es porque nos fue sugerido en gran parte por una tertulia que tuvimos con la señora Silsa Matilde Arias, directora de la organización Dwapará, que defiende los derechos de las etnias indígenas de la Sierra Nevada al acceso a sus tierras, así como sus tradiciones y valores.
Ella evocó la necesidad de fomentar un periodismo más cercano y sensible con los temas étnicos. Tendemos a limitar el ejercicio del periodismo a difundir noticias, o redactar notas para un medio sin mayor implicación, pero el periodismo no se resume a esto.
Recordemos antes de todo que el periodista es un comunicador y, por definición, la palabra “comunicar” implica un proceso en dos direcciones que podría definirse así: “escuchar, hablar, entender un mensaje, y responder”. Si no hay comprensión del mensaje, no hay proceso de comunicación, y por ende, para que haya comprensión del mensaje tiene que haber un mínimo de conocimiento con respecto al objeto que se trata.
Dicho de otra manera, es importante conocer la realidad de las etnias colombianas para comunicar lo que viven con mayor realismo y eficacia. No sólo se trata de repetir un mensaje o extraer la información de una nota de prensa para luego informar a los lectores, oyentes o telespectadores. Es necesario embeberse del asunto, conocer, palpar, entender lo que representa para esos pueblos la tierra, sus ritos y creencias, su relación con el medio ambiente, la importancia de los lugares de pagamento, su vínculo con los mayores, y lo que supone la extirpación de todo esto. Cuanto más sepa el informador o comunicador sobre estas cuestiones, más serias y reales serán las notas que transmita en su medio de comunicación.
La semana pasada, la presentación del documental “Resistencia en la línea negra” por el colectivo indígena Zhigoneshi evidenció el grave periodo que atraviesan los pueblos de la Sierra Nevada. Su mundo se está derrumbando ante la codicia de empresas, grupos subversivos y de políticas insensibles del Estado. Han perdido el acceso a los lugares que dan base a su identidad y eso no puede transmitirse sin haber entendido de cerca el esfuerzo enorme que realizan para hacerse entender.
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