Opinión
Editorial: El potencial turístico de Valledupar
La capital del Cesar tiene un incuestionable encanto. El centro, su clima, su ubicación, su historia, sus expresiones folclóricas, todo confluye en un punto de referencia incomparable. Y es que, como muchos dicen, no hay nada como el Valle.
El último informe divulgado por Proexport Colombia –el organismo dedicado a la Promoción de Turismo, Inversión y Exportaciones– lo corroboró esta semana mostrando Valledupar como un destino de gran relevancia cultural y destacando el Festival de la Leyenda Vallenata como el principal argumento turístico.
Por un lado, esto supone para Valledupar una gran visibilidad y, sobre todo, un gran reconocimiento a la gestión del Festival Vallenato que ha sabido a lo largo de las últimas décadas contribuir favorablemente a la conservación y difusión de su cultura.
Además, se consolida la imagen de la capital del Cesar como destino folclórico y este tipo de asociaciones siempre son bienvenidas. El turismo –como muchos otros mercados– tiene mucho que ver con las ideas, las sensaciones y los impulsos consumistas.
Pero analicemos la situación en su globalidad y veremos que insistir en el Festival como principal argumento turístico acrecienta una dependencia nociva para todo el sector comercial de Valledupar (y no solamente la industria hotelera).
Como lo hemos podido comprobar en las últimas semanas, los principales hoteles han alzado la voz de alarma porque el flujo de turistas durante el resto del año es insuficiente. Esto demuestra que es urgente establecer un plan a mediano plazo para multiplicar la oferta turística.
Obviamente, cuando se habla de multiplicar la oferta no se trata de crear otro gran festival de música sino ser realistas e ingeniosos, destacar las fortalezas y oportunidades de la ciudad, venderlas con coherencia y corazón. Ser consistente y constante.
El Festival Vallenato es el gran evento que marca el mes de abril y que permite atraer a visitantes del país entero, pero Valledupar no debe por eso ofrecerse únicamente a los amantes de la música.
Pensemos en eventos cada dos o tres meses que integren a Valledupar dentro de la Costa Caribe, que generen nexos con nuestro propio departamento o con el Norte de Santander, y rutas que fomenten los intercambios y la circulación de visitantes.
Pensemos en brindar lugares amenos y grandes experiencias a los que vengan a visitarnos: museos, espacios para caminar, plazas y tours. Para eso, no dudemos en inspirarnos de ciudades como Ocaña, Río de Oro, Medellín y Barranquilla, de las que podemos aprender mucho.
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