Opinión
El Vallenato ahora en Afganistán
El miércoles pasado la cadena radial Caracol entrevistó al embajador de Estados Unidos en Colombia Michael McKinley y este señor, quien ha sido nombrado recientemente como embajador en Afganistán, y prácticamente se está despidiendo de nuestro país, sorprendió a muchos al afirmar que lo que más le gustó de Colombia en su estadía como Embajador fue su música, pero especialmente la vallenata, de la cual afirma se llevará una buena provisión para Afganistán porque él y su esposa Fátima a donde vayan escucharán el vallenato.
Cuando el periodista Darío Arismendi le preguntó porque se habían enamorado del Vallenato, el embajador afirmó que su visita a Valledupar durante el pasado Festival de la Leyenda Vallenata lo había convencido de que esta música le llegaba al alma, especialmente sus letras.
El Embajador no ahorró elogios para nuestra música y dijo también que uno de los aspectos que más le gustaba del vallenato era su alegría, que no era una música triste y que valoraba el sentimiento y la entrega que sus creadores le ponían a cada canción.
Para nosotros los amantes y defensores de este género musical, eso que le ocurrió al embajador McKinley y su señora no es nada nuevo, es lo que le ocurre a diario a todos aquellos colombianos o extranjeros que conocen un poco más el fondo de nuestra música, sus creadores, sus escenarios, su contexto en general no es otra cosa que un elixir para todo aquel que tiene algo de sensibilidad artística.
Señor embajador nuestro País Vallenato le agradece por llevar nuestra música a Afganistán, pero lo más grato para nosotros es que usted y su señora esposa lleven nuestro folclor en el alma, como usted mismo se lo ha hecho conocer al país por un medio de comunicación masivo.
Colofón: La separación de Silvestre Dangond y Rolando Ochoa es la crónica de una separación anunciada. Era un secreto a voces, se veía venir, estaba cantada, mejor dicho era algo inminente e inevitable. En esa unión no había lo que hoy llaman química, los temperamentos de ellos dos son muy parecidos, ambos son explosivos, son ambiciosos, son protagonistas, son líderes y especialmente son artistas.
A mi juicio le debe ir bien a ambos con cualquier compañero, porque lo más importante es que los dos tienen calidad artística de sobra, especialmente la creatividad y el profesionalismo de Rolando de un lado, y del otro el carisma arrollador de Silvestre.
Jorge Nain Ruiz
@JorgeNainRuiz
Sobre el autor
Jorge Nain Ruiz
Vallenateando
Jorge Nain Ruíz. Abogado. Especializado en derecho Administrativo, enamorado del folclor Vallenato, cantautor del mismo. Esta columna busca acercarnos a una visión didáctica sobre la cultura, el folclore y especialmente la música vallenata. Ponemos un granito de arena para que la música más hermosa del mundo pueda ser analizada, estudiada y comprendida.
0 Comentarios
Le puede interesar
Los festivales deben imitar lo bueno
Este año con la reactivación total de actividades presenciales llegaron de nuevo los festivales vallenatos, y en muchos casos con...
Ni una menos, ni una más
“La impunidad es un elemento clave en la perpetuación de la violencia y la discriminación contra las mujeres. Si los hombres pued...
De la seguridad al desarrollo social
“El avieso político interesado se preocupa mucho más de la seguridad de su puesto que de la seguridad de su país”. El fenóme...
Paradigmas tradicionales de la política colombiana
En Colombia, a lo largo de toda su historia democrática, se han decantado cientos de procesos políticos (proselitismos y campa...
Silvestre Dangond, un artista que aún no dimensionamos
Ladran, señal de que cabalgamos, frase bastante conocida y adjudicada equivocadamente al Quijote, cae como anillo al dedo con lo...