Opinión
En defensa de Silvestre
No necesito la extensión que empleó en su columna de Soho el señor Alberto Salcedo Ramos para agraviar, ofender, calumniar, juzgar, condenar y llevar a la hoguera al más grande de los ídolos que tiene en la actualidad nuestra música Vallenata, Silvestre Francisco Dangond Corrales.
Esta columna también se pudo llamar ¿A quién le hace el mandado Salcedo? pues para nadie es un secreto que alguien que adquiere la fama y el poder al que ha llegado Silvestre, se gana enemigos gratuitos; yo particularmente no creo que la envidia, el odio y rencor que expele el cronista hacia el artista le haya nacido de la noche a la mañana, ni que sea una animadversión personal; pienso más bien que le hace un favor a alguien.
Lo que sí sé es que Silvestre no es seña del monstruo que Salcedo trata de mostrar en su diatriba. Las verdades a medias suelen convertirse en mentiras completas, porque uno de los argumentos estúpidos empleados por el columnista es que la palabra Silvestre significa según la RAE “inculto, agreste y rústico” pero también pudo decir que Silvestre significa “criado naturalmente” y esta última acepción no tiene nada de negativa.
Otro argumento baladí es que Silvestre parece un matón de cine, supongo que por las fotografías de su último CD. Solo bastaría observar carátulas de trabajos musicales de cualquier género en el mundo para concluir que ésta no es sino una herramienta empleada publicitaria e históricamente para vender un producto, que unas veces da resultado y otras no.
El reconocido periodista, lastimosamente costeño, al iniciar su ofensivo escrito manifiesta que “forzado por el compromiso de escribir esta diatriba”, lo cual me reafirma la tesis de que le está haciendo el mandado a alguien; averigüe Vargas por quién fue “forzado” o con quién es el “compromiso”; lo cierto es que el sujeto se despacha no solo contra Silvestre, sino contra todos los colombianos al expresar “¿Cómo fue que éste ser de modales tan repulsivos se convirtió en un fenómeno de masas? Sencillo: pareciéndose al país que lo endiosa.”, que no es otra cosa que reafirmar lo dicho por el expresidente Darío Echandía “Este es un País de cafres” y me pregunto ¿Será que ahí está incluida su madre?
El más imbécil de los argumentos es el de que las letras de sus canciones son violentas porque en la difunta se dice que “para mí, estás muerta y enterrada”. Según este bárbaro, tendrán las autoridades que iniciarle un proceso por homicidio a Romualdo Brito para averiguar a quien fue la que mató. Mejor dicho, como dice la canción, “qué tristeza, qué jartera”. Además de eso, me extraña que un hombre tan versado en la materia de nuestro idioma ignore que las figuras literarias son parte fundamental del buen escribir y hablar.
Jorge Nain Ruiz
@JorgeNainRuiz
Sobre el autor
Jorge Nain Ruiz
Vallenateando
Jorge Nain Ruíz. Abogado. Especializado en derecho Administrativo, enamorado del folclor Vallenato, cantautor del mismo. Esta columna busca acercarnos a una visión didáctica sobre la cultura, el folclore y especialmente la música vallenata. Ponemos un granito de arena para que la música más hermosa del mundo pueda ser analizada, estudiada y comprendida.
0 Comentarios
Le puede interesar
A mi vieja querida
El pasado 27 de febrero hubiera cumplido 92 años, mi vieja querida, Delia Rosa Manjarrez de Nuñez, mi vieja Yiya como te decían ...
El ganado del Cristo
Las matronas del tronco familiar del que provengo, mis tías abuelas, Felipa y Signecia, eran propietarias de tierras y ganados, pr...
Vainas raras
No sé qué es lo que pasa en Colombia, pero últimamente he visto vainas muy raras. Toda buena historia se narra desde una exper...
Las otras fronteras imaginarias
Las fronteras que hoy ostentan los países del mundo sólo son una medida de control, un imaginario de división política que nada t...
Editorial: En defensa de la diversidad lingüística de Colombia
En Colombia existen 68 lenguas nativas, 65 de éstas habladas por comunidades indígenas, una lengua criolla de San Basilio de Pale...