Opinión
¿Mutis antipático?
Al otro mundo viajó el poeta Álvaro Mutis. Dejó una fascinante biografía; quienes lo conocieron lo adoraban.
Me divertían sus entrevistas porque derrochaba cultura y rica pedantería. Cuando un periodista le preguntó que cuál de los políticos colombianos le gustaba, le respondió: “Siento decirle que yo soy monárquico, que la mayor desgracia de América fue la tal independencia; le aclaro que la política dejó de interesarme desde 1453, cuando cayó el imperio bizantino en poder de los turco-otomanos”.
Esas frases y nunca ser castrista le crearon fama de antipático entre los intelectuales y la izquierda. Deben leer el libro-entrevista con su consagrado biógrafo, Fernando Quiroz. Para Álvaro Castaño y Juan Gustavo Cobo, Mutis fue un iluminado.
Él era lúcidamente monárquico y soñó con una monarquía para Colombia. Por su culpa me he preguntado: ¿a cuál familia colombiana le daríamos la distinción de ‘familia real’? Suelten apellidos, hagan sus apuestas. Una copia de los Borbón aquí. Un partido monárquico sería divertido. Lo atacaríamos con ideas a nombre del grandioso Neruda, del legendario Salvador Allende y de la izquierda sensata, no guerrillera.
Chismes de la peluquería. La madrileña Maricarmen opinó elogiosamente del autocandidato Óscar Iván Zuluaga, el ‘Churchill de Salamina’, Caldas.
Ella criticó los trinos insultantes. No entré a ese tema; apunté a Nicaragua. Dije a las 17 señoras que el lío de San Andrés con el nicaragüense y antipático presidente Ortega nos costará miles de millones. Los patrullajes marineros con 8 fragatas, 12 cañoneras, 7 buques, un destroyer, más 3.000 hombres en alerta nos quitarán dos millones de dólares diarios, 730 millones de dólares al año.
Esa millonada debe ser para los campesinos y los ancianatos. Y sumen las hipermillonadas que gastaremos comprando radares, submarinos y material de guerra, como ayer anunció el vicealmirante Hernando Wills. Ese lío debe arreglarse por las buenas. Y lo cómico: el senador Espíndola propuso por TV romper relaciones con Nicaragua. Tremendo oso peludo pedir ese esperpento.
Por favor, bájenle al furioso lenguaje. Así comenzó la feroz violencia en 1948, que nos trajo 100.000 muertos. Cuiden la iracundia verbal. Punto. Bogotá peligrosa, sin culpar al alcalde Petro: ¡matan a un joven por llevar la camiseta del Santa Fe y los carros de bomberos y las ambulancias, en loca carrera, estrellan al TransMilenio! Qué vaina. ¡Lo de la ‘Bogotá humana’ nos resultó como la tal ‘Prosperidad para todos’!
Poncho Rentería
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