Opinión
Editorial: El voto como fruto de un razonamiento
En este periodo de elecciones a la Cámara y el Senado, la política se ha impuesto en todos los rincones de la costa. No sólo con los afiches coloridos y la música de cada candidato en las calles, sino también en los noticieros y en algunas casas vacías ahora convertidas en flamantes sedes de campaña.
La política es lo que preocupa, y aunque la función de este medio es informar sobre temas culturales y sociales, ignorar la existencia de un fenómeno que transforma la ciudad en una carrera de intenciones sería eludir una de las cuestiones más importantes del momento.
En juego están algunos procesos claves que atraviesa el país. La paz es uno de ellos, pero también cabe recalcar las reformas del sector de la salud y la justicia, o las medidas en contra de la inseguridad. Asuntos que deben solventarse gracias al compromiso de políticos responsables.
Respondiendo a nuestros principios de objetividad y de independencia, no aportaremos en este Editorial comentarios a favor o en contra de los candidatos que han decidido presentarse en el Cesar, pero sí alentamos nuestros lectores –y la ciudadanía en general– a expresarse por medio de las urnas ya que es el gran instrumento democrático para comunicar su satisfacción o descontento.
Este espacio también es propicio para recordar un lema ya conocido en el Cesar: “pensar bien su voto” y no entregarlo como fruto de un impulso. Aunque el fervor y la energía son componentes esenciales de una campaña, el voto tiene que ser el resultado de un razonamiento y una maduración.
Por eso, es esencial ir más allá de los eslóganes fáciles y populistas. No sólo dejarse seducir por el ritmo de merengue, vallenato o salsa que abre o cierra la propaganda de una propaganda política, sino también interesarse por la trayectoria y el pasado del candidato, analizar la coherencia de sus propuestas, comparar con el resto de las alternativas y, a veces, poner en cuestión sus propias creencias.
La política es una cuestión que nos concierne a todos. De ello depende el progreso social. Y por eso, también es recomendado expresar su punto de vista y no caer en la resignación, aunque los candidatos válidos y responsables brillen por su ausencia. El voto blanco es una de las formas de mostrar su incredulidad y disgusto.
0 Comentarios
Le puede interesar
Editorial: El Festival Vallenato y su poder transformador
No deja de sorprender los cambios que pueden operarse de un día para otro y por el simple advenimiento de un evento de sólo 5 días...
Hombres Efe
Pensaba en ellos, en los "Hombre Efe" que me hallase en mi camino, fue uno a la vez, primero fue aquel con rostro de querubín, lo ha...
Editorial: El ejemplo de un festival de poesía itinerante
El poeta cartagenero Juan Carlos Céspedes Acosta llegó a Valledupar en compañía de unos libros, unos versos y algunos contactos c...
En la tierra del tuerto
Colombia es un país de tuertos. Sí, diez millones de ciudadanos ven y lloran por un solo ojo; pedían a gritos castigo y muerte p...
La naranja mecánica en acción
El 3 de diciembre de 2015 escribí por primera vez sobre Valledupar como un epicentro cultural, turístico y ecológico. Lo hice en...