Opinión
Editorial: Campaña sin contenidos e ideas sin contención
Una campaña se acaba y el trabajo de unos nuevos políticos electos empieza. No hay tiempo de reposo en este mundo y menos para quienes deben representar una ciudad o una región con enormes retos.
De la apatía, la indiferencia o, incluso, la irritación suscitadas durante la última campaña electoral habrá que elaborar un serio análisis. Cuando el voto en blanco irrumpe en unas elecciones como una posible opción ganadora, toda la clase política debe sentirse responsable.
Los discursos no llegaron al público, la propaganda destacó por el merengue bailable y colorido diseminado por las calles estoicas, y los eslóganes eran la copia de la pálida copia de una pálida copia de alguna época estancada en el recuerdo.
¿Por qué la apatía del votante es tan grande? Por las mismas caras que reaparecen una y otra vez, expresarán algunos. Por el transfuguismo, las alianzas inexplicables, los escándalos y las detenciones que despojan de toda credibilidad a unos partidos que ya no son partidos, o por qué nadie entiende muy bien el papel del Senado y la Cámara, dirán otros.
La explicación yace en una misteriosa combinación de todos estos argumentos. Un cóctel que ha dejado de seducir, algo así como una Coca-Cola sin gas que, incluso, produce náuseas y migrañas.
La campaña electoral –y por extensión la política–del Cesar y de toda la costa Caribe se quedó en las formas, en las llegadas repentinas a barrios aleatorios, en el ruido, en los anuncios de ayuda masiva, en mejoras mil veces reiteradas por políticos ya en el poder y nunca concretadas.
Pero lo más desolador de todo es la falta de contenido e ideas que han mostrado los candidatos a lo largo de estas semanas. El monotema corrupción-paz-inversión muy fácil de hilvanar, pero pocas veces acompañado de un programa claro y conciso, o de promesas que puedan comprobarse a corto plazo.
Grandes demandas de la sociedad como son las inversiones en educación, sanidad y cultura se han quedado a las puertas de los mítines, o han sido mencionados de soslayo, con un evidente temor a comprometerse con cifras y claros proyectos.
La Cultura y el Turismo –dos pilares innegables para el crecimiento de la región– no pueden quedarse en simples menciones o intenciones. El electorado se cansa, crítica y se abstiene de votar a candidatos que vienen a remover lo mismo: la tradicional mención al río guatapurí, la promesa de un evento más grande o la música de la riqueza eco-turística de un departamento.
En una campaña, la renovación de un contenido es esencial. También es la muestra del grado de cercanía de un político con la base.
PanoramaCultural.com.co
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