Opinión
Editorial: Paseando por las ruinas de Valledupar
La capital del Cesar se encamina hacia un turismo novedoso: el de las ruinas, pero no son ni precolombinas ni griegas, son las ruinas de su actual centro histórico que va cayendo poco a poco con la ayuda de la inclemencia climática.
El episodio más reciente lo encontramos a pocos metros de la Catedral del Rosario: la casa Uhía, en la esquina de la calle 15 con carrera 7. Un lugar esplendido a primera vista, donde la historia colonial sigue todavía palpable, pero que la alcaldía parece más interesada en devolver a su estado más natural, es decir en un estado silvestre.
Todavía recordamos el mes de junio del 2013, hace casi un año, cuando el municipio anunciaba un primer diagnóstico del centro histórico de Valledupar. Se trataba de crear un diálogo sobre la recuperación de este sector clave de la ciudad. Una vitrina donde el respeto y entendimiento de la historia eran elementos fundamentales.
Hoy no queda ni el más mínimo recuerdo de todo este proceso, salvo el colapso de una pared importante en pleno centro y una imparable inquietud por las casas contiguas. La propuesta definitiva del primer diagnóstico todavía espera, aunque es muy probable que haya caído en el olvido más extremo.
Ante este contexto de desidia, las voces que velan por el patrimonio local se muestran impotentes y pasmadas. Las ruinas del Teatro –que hace varios años exigían que se restaurara– se extienden ahora con total indiferencia al resto de la zona céntrica.
Al respecto, la Fundación AVIVA mandó un mensaje de auxilio en el que denunciaba el creciente abandono. “El centro histórico tiene más de 20 años de miseria y soledad, culpa de alcaldes indolentes con el patrimonio”.
También formulaba su preocupación con el estudio del PEMP y su poca transparencia. "¿Cómo es posible que el estudio del PEMP siga siendo un misterio, Top Secret (ni siquiera con derechos de petición lo muestran), cuando en el contrato firmado en diciembre 2012 fue estipulado que en 9 meses se terminaría el estudio?”
Este desafortunado desenlace para el patrimonio de Valledupar ocurre cuando todavía se puede ver en Valledupar El Grito de 30 artistas que reclaman más acciones y sensibilidad de parte de los dirigentes locales en cuestiones culturales. La indignación es total.
PanoramaCultural.com.co
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