Opinión
¡Apareció el avión en Colombia!
“La aviación en si no es peligrosa; pero como el mar castiga severamente las incapacidades y la negligencia”. Reflexión popular
El contexto que desarrolla la política colombiana es una fuente inagotable de enseñanzas de la vida cotidiana para los pobladores de esta bella nación. Fácilmente de su observancia se obtiene el entendimiento de toda una ciencia como es el arte de volar, aterrizar aviones o maniobrar modernos zeppelines en el mundo político.
Estableciendo similitudes y parodiando situaciones recientemente acaecidas al interior de ese espacio soberano contenido en un ámbito territorial, componente esencial del Estado, se podría obtener un catálogo de cambiantes tipos de maquinarias voladoras que junto a sus operarios, incursionan y compiten para ganarse la mayoría de pasajeros colectivizados en el apasionante mundo de la aéreo-náutica política.
Del “Jumbo Jet” L-777, de estructura netamente liberal, fuselaje ancho, que transportó componendas históricas en más de 8.000, aunque no voló ésta vez, suministró el personal para planear y asistir el centro de información de vuelo, desde los talleres de terceros.
El Boeing C-767-MLR, limita el espacio de la cabina de conducción a dos conservadores, ahora piloteado por lúcida dama, logró a feliz término tomar tierra éste domingo, con diligente ayuda de auxiliares que desde la plataforma derecha hacían señales para sus maniobras, dispondrá de mucho tiempo para mantenimiento.
Con excelente técnica de ascenso de crucero el Airbus AUV-CD320-OIZ y sin virar de su ruta trazada por el centro resultó siendo la maquina más compleja en capacidad de vuelo, aun en el espacio aéreo controlado, con un plan acrobático trazado de convencimiento, seguridad y propulsión que lanza dardos en el itinerario preferido Medellín-Bogotá a cualquier hora.
Ésta máquina voladora es el resultado de innovaciones técnicas de un experimentado aeronauta que selecciona, capacita y promueve su personal de operaciones, incluyendo aquellos removidos de hangares en decadencia como el U y el CR. Sus procedimientos de aproximación le dieron ligera ventaja de altura.
Y en esa competencia mañosa en materia de aviación política, el U-L-CR 666-SFARC, surca los cielos acicalado con mixtura de colores políticos, puede llegar a 12.000 US-pies de altura y también bajar a la capa de transición en condiciones meteorológicas de vuelo por instrumentos rasantemente sobre la cosmografía propia, de vecinos y altamar, porque con el tanque medio lleno, va de Colombia a Cuba a altitud mínima de sector, piloteado por dos cachazudos choferes que usaran el procedimiento de aproximación frustrada.
Otros bombarderos no menos operativos en el país hicieron el ejercicio de acuerdo a los vientos políticos, el uno tiene una clara tendencia a sobrevolar el territorio por el lado izquierdo, su capitana en treinta años no ha remozado la estructura, pero despierta simpatías sobre todo en la torre de control del gran Aeródromo, mientras el otro, iniciado el despegue confundió la carta de navegación, bajó raudamente y estacionó sobre una losa de la que difícilmente volverá a despegar.
El domingo pasado sirvió para seleccionar los dos que harán el sobrevuelo conclusivo del próximo 15 de Junio, el jet CD-OIZ que hizo una soberbia aproximación de radar, junto al trastabillante Airbus S-FARC12.000 resuelto a retocar su fuselaje y agregar combustible libre de las suciedades que afectó su navegación a estima.
Solamente uno de los dos se posicionará en el hangar principal del gran Aeropuerto Colombiano y obtendrá la concesión para atender la demanda por cuatro años de esos pasajeros hastiados de irrespetos, incumplimientos, amenazas y anhelantes de tranquilidad, prosperidad y buena atención en los sobrevuelos por tierra, mar y aire de ese avión fantástico.
Alfonso Suárez Arias
@SuarezAlfonso
Sobre el autor
Alfonso Suárez Arias
Aguijón social
Alfonso Suárez Arias (Charalá, 1956). Abogado en formación (Fundación Universitaria del Área Andina en Valledupar). Suscrito a la investigación y análisis de problemas sociológicos y jurídicos. Sus escritos pretenden generar crítica y análisis en el lector sobre temas muy habituales relacionados con la dinámica social, el entendimiento del Derecho y la participación del individuo en la Política como condicionamiento para el desarrollo integral.
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