Opinión
¡Final del Mundial sensacional!
“El fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan once contra once, y siempre gana Alemania”, Gary Lineker.
El campeonato mundial de futbol ha dejado grandes enseñanzas y experiencias en los espacios políticos, sociales y económicos. De sólo pensar que sobreviene cada cuatro años como el periodo presidencial, produce en el fanático tanta ansiedad como en el político miríada de ideas para afianzar su poder.
El país entero vibró con mucha ilusión por unos días, tanto que relegó la angustia originada de la reelección presidencial y sus inmediatas consecuencias; desgobierno, malversaciones de fondos y actuaciones violentas de los apadrinados guerrilleros.
Pero como dice la canción: una aventura es más divertida si huele a peligro, nada más retador que cerrar los ojos y bajar el volumen del tv, al instante que el delantero de camiseta amarilla lleva el balón y enfrenta al último defensor, para abrirlos después y preguntar, que pasó? Esto lo hizo el presidente en el palco, adormilado y atontado, intentando tal vez descifrar los gritos del público en cabina insonora, igual que en palacio con Tutina, donde ni ven ni escuchan de las atrocidades por las que está pasando el país.
Al quedarse sin ver el juego, decidió volver una segunda vez, como si fuera otra reelección y comprobar en cuerpo propio que las trampas, el engaño, la mermelada, hábiles para arrebatar triunfos electorales a los contrincantes, también se utilizaban en el deporte, así que tornó entre sombras tal como viaja el promocionado acuerdo de paz, del que no ha vuelto a hablar.
La salida de jugadores al campo de futbol es similar al desarrollo de una campaña política guardando proporciones y respeto, pero qué susto cuando anunciaron la presencia de Teófilo, el neófito piensa lo peor, contrapuesto de lo imaginado cuando el locutor gago dijo que “Farrrccao no estaría en acción”.
El nombre de Colombia no solo resaltó internacionalmente por la valentía, pundonor, humildad y habilidad de sus jugadores, sino por la monumental gresca pública en tierra extranjera, que enseñó el odio, pedantería y soberbia del grupo de zalameros autodesplazados como linajudos fanáticos representantes de la paz, coordinados por Martincito y el hijo del periodista lame botas de palacio.
James, Cuadrado, Jackson, lograron que se interpretara la unión del pueblo en torno al partido, muy diferente en política, donde el partido de la unión con sus trifulcas y brusquedades internas al acecho de la presidencia del congreso terminaron arañando y mordisqueando sus propias ambiciones, mientras la guerrilla vitorea su reaparición con atentados a la infraestructura petrolera y a la población civil indefensa.
Campearon los teutones con lo justo, vergüenza deportiva del equipo anfitrión, honor y gallardía de otros, justamente cuando el pueblo colombiano tiene que despertar de esa modorra intelectual que causa evento tal y reaccionar ante las patéticas luchas internas en materia jurídica que se están desarrollando en nuestro ordenamiento.
No habrá necesidad de condecorar a nuestros héroes, el calor del pueblo les es suficiente, diferente de la baladronada hecha por Generales del ejército adulando servilmente a sus propios censuradores.
Estas semanas reponen a la nación una realidad patética, pero se obliga a vislumbrar una adelantada sociedad, quimera realizable para nuestros seleccionados que tienen la oportunidad de escoger un país mejor: Mónaco, España, Francia u otro con capacidad de compra de sus pases deportivos, en buena hora para ellos.
Moraleja: Mejor ser buen futbolista que político o zalamero exitoso, más competiciones menos predicamentos que mantengan al pueblo pleno de futbol y pasiones, no de política y desazones.
Alfonso Suárez Arias
@SuarezAlfonso
Sobre el autor
Alfonso Suárez Arias
Aguijón social
Alfonso Suárez Arias (Charalá, 1956). Abogado en formación (Fundación Universitaria del Área Andina en Valledupar). Suscrito a la investigación y análisis de problemas sociológicos y jurídicos. Sus escritos pretenden generar crítica y análisis en el lector sobre temas muy habituales relacionados con la dinámica social, el entendimiento del Derecho y la participación del individuo en la Política como condicionamiento para el desarrollo integral.
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