Opinión
Una petición para honrar la memoria de Martínez Zuleta
El doctor Aníbal Martínez Zuleta personifica los versos del poeta español Antonio Machado: Caminante no hay camino / se hace camino al andar. Con el sol de la esperanza y el espíritu impregnado de superación comprende que el estudio es el camino para escalar la montaña y dejar atrás las penurias familiares.
Fueron las bondades de su abuela, la incansable y laboriosa, Cleofe Zuleta que desde temprana edad lo motiva a descubrir el amor por su tierra vallenata y la importancia de estudiar para la vida. Este testimonio de gratitud, lo expresa en la dedicatoria del libro ‘Escolios y Croniquillas del País Vallenato’: A Cleofe Zuleta, mi abuela, antorcha para salir del túnel.
Una de las virtudes que enaltece a un ser humano es reconocer los orígenes de sus antepasados. El doctor Aníbal orgulloso se refería a su abuela, quien fue la tutora de su crianza, y de ella aprende la fortaleza para vencer las murallas de las dificultades y caminar de frente a la luz en búsqueda de cualificar su talante de hombre lector para conocer a profundidad los secretos de la política, la historia y las doctrinas del Derecho. El dominio de estas categorías académicas le permite ser reconocido como un hombre intelectual de mente superior.
El color de su piel no hizo metástasis en su alma. Con cariño muchos de sus amigos, aquellos que resaltan las virtudes sobres los defectos, lo llamaban “El Negro Grande del Cañaguate”. Los ecologistas: “El guardián vitalicio del río Guatapurí”. Y todavía en la región se le recuerda por el eslogan de su eficiente administración municipal: “Valledupar, sorpresa Caribe”.
El concepto de País Vallenato, para significar que la cultura vallenata no es solo de Valledupar, sino que abarca el territorio de varios municipios vecinos del Sur de la Guajira y del Norte del Cesar, es uno de sus aportes intelectuales; pero también es recordado porque pertenece a la generación de Crispín Villazon De Armas, Alfonso Araujo Cotes y José Antonio Murgas, que lideraron en el Congreso la creación del Departamento del Cesar.
Por dos periodos consecutivos (1970-1978), ejerce de Contralor de la Republica, y fiel a su condición de hombre de provincia se convierte en un protector de la educación de un gran número de jóvenes del Cesar, la Guajira y otras regiones de Colombia, se los lleva a Bogotá para que trabajen de día y estudien de noche en las universidades.
El gran homenaje que la alcaldía puede hacer para honrar la memoria del Doctor Aníbal Martínez Zuleta, es que el próximo Megacolegio que se va a construir en Valledupar lleve su nombre. Con todo respeto y en representación de una inmensa mayoría del pueblo vallenato, le hago esta petición al señor alcalde de Valledupar, doctor Fredys Socarrás Reales. Cuando un gobernante o una comunidad exaltan a sus hijos ilustres se construye identidad y se fortalece el sentido de pertenencia por la región y el país.
José Atuesta Mindiola
Sobre el autor
José Atuesta Mindiola
El tinajero
José Atuesta Mindiola (Mariangola, Cesar). Poeta y profesor de biología. Ganó en el año 2003 el Premio Nacional Casa de Poesía Silva y es autor de libros como “Dulce arena del musengue” (1991), “Estación de los cuerpos” (1996), “Décimas Vallenatas” (2006), “La décima es como el río” (2008) y “Sonetos Vallenatos” (2011).
Su columna “El Tinajero” aborda los capítulos más variados de la actualidad y la cultura del Cesar.
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