Opinión
Y el sapo quiere deslucir al cocuyo
La sociedad colombiana puede aguzar los sentidos fácilmente si repara los comportamientos conductuales de sus representantes y dirigentes, que no se diferencian mucho de los que se exteriorizan en la fábula anónima sobre aquel sapo verrugoso y enlodado que extasiado escudriñaba a un empático cocuyo o luciérnaga macho.
El Cocuyo por doquiera se arrimaba, llamaba la atención por las emanaciones de luz propia, así que el batracio no podría permitirle luciera sus galanteos ante toda la población de bichos, máxime que era él quien pretendía transmutar de rana a príncipe y reinar en el lodazal, por lo que decidió perseguirle en todos los rincones lanzándole escupitajos para verlo caer y mostrar su desvergüenza ante propios y extraños.
En vista de tal asedio el cocuyo le increpa ¿Qué te he hecho, por qué estás tan encolerizado, por qué razón me deshonras con tu sucia baba? ¡Porque brillas! le respondió el sapo.
Y en ese contexto, al igual que el resto de insectos, sabandijas y animalejos, el ciudadano se está zambullendo en una apatía política que peligrosamente lo acerca al desdén por todos los temas importantes y decisivos para el anhelado desarrollo social y bienestar general.
Los actuales gobernantes y hasta sus mismos opositores, han echado mano de todo concepto probado sobre éxitos con propaganda negra para demeritarse mutuamente, con el agravante que el sapo de nuestra historia busca claramente desviar la atención sobre aquellas decisiones cruciales y perjudiciales para el sistema político del Estado, pero útiles para dar forma al engendro que su mente adoctrinada y formada previamente ha concebido, para someter al pueblo bajo una ideología solamente beneficiosa para él y su entorno en conjunción con sus acompañantes.
La renombrada reforma de los poderes del Estado no pasará de ser un simple formalismo de presentación ante el congreso, a sabiendas que no se dará, para tener la disculpa posterior de instalar una constituyente que cambie a favor de la justificación política con visos legislativos, los actos violentos de los cobardes promotores por más de cincuenta años de la inestabilidad social del país.
Sumergido se encuentra el Estado en la grave crisis económica que se avizoró desde la época electorera, con un resultado nefasto que obliga al gobernante a innovar y establecer medios y métodos que aceleren el desembolso a favor de las arcas de la patria, de los escasos capitales e ingresos de la clase media, que en últimas es la que mantiene ese frágil hilo conector entre la pobreza y la riqueza.
Y de los temas álgidos e importantes como la salud, la protección al sistema y blindaje contra la rapiña corrupta de mercaderes que también están presentes en el otro eje de desarrollo como es la educación, pasaran a un plano de indeterminación porque no serán tan relevantes, como crear situaciones y circunstancias favorables para la inclusión de criminales en el contexto social, con poder y manejo de negocios altamente productivos y de difícil erradicación como el narcotráfico, secuestro, extorsión, el contrabando y otros anexos.
Pero el principal mal que aqueja ésta sociedad es la corrupción, de la que el gobierno ha hecho una apología casi que sacramental, ha superado como se diría en otros tiempos los niveles de justas proporciones, para convertirse en una religión de los mandatarios del momento. Nunca antes se habían descarado tanto los alcaldes y gobernadores con las altas cuotas que exigen por la adjudicación de contratos.
Por eso es que sencillamente el Sapo quiere deslucir al Cocuyo, porque necesita oscuridad para establecer un nuevo sistema ignominioso favorable a él y sus intereses sin importarle el real y justo desarrollo del Estado social de Derecho promulgado desde la Constitución de 1991
Alfonso Suárez
@SuarezAlfonso
Sobre el autor
Alfonso Suárez Arias
Aguijón social
Alfonso Suárez Arias (Charalá, 1956). Abogado en formación (Fundación Universitaria del Área Andina en Valledupar). Suscrito a la investigación y análisis de problemas sociológicos y jurídicos. Sus escritos pretenden generar crítica y análisis en el lector sobre temas muy habituales relacionados con la dinámica social, el entendimiento del Derecho y la participación del individuo en la Política como condicionamiento para el desarrollo integral.
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