Opinión
Editorial: El deseo de paz de un Premio Nobel de 17 años
Parece que haya quedado atrás el episodio de los premios Nobel de Paz entregados equivocada y torpemente a personalidades políticas. Ya queda lejos el capítulo de Obama recibiendo un premio antes de abrir una serie de bombardeos y capítulos nefastos para la humanidad.
Con la atribución este año del premio Nobel de la paz a la joven pakistaní Malala Yousafzai de sólo 17 años, se premia el idealismo y el compromiso de la juventud, pero también el activismo más valiente contra el fanatismo y el obscurantismo.
Desde que Malala Yousafzai abrió un blog personal (usando un pseudónimo para que no la reconocieran), estaba destinada a enfrentarse a las fuerzas opuestas al desarrollo universal de su sociedad: en este caso los Talibanes.
Ella, ya se hacía defensora de la causa femenina en su país, de la educación como modo de crear conciencia y fomentar el diálogo, causando un impacto notable en los círculos de poder y mediáticos, pero fue el atentado que sufrió en 2012 lo que empujo su lucha a niveles magnánimos e internacionales.
El atentado más abyecto hizo de ella el milagro de una causa tambaleante y sin voz. Luchar por los deseos de la mujer en suelo pakistaní –y bajo la influencia de los Talibanes- es de admirar y nos debe hacer reflexionar.
Malala es antes de todo el espejismo de esas nuevas generaciones que se comprometen con su comunidad, que alzan la voz para denunciar prácticas tiránicas, fraudulentas e inhumanas, que llevan su mensaje de paz más allá del simple círculo en el que les tocó vivir.
Es un ejemplo para las juventudes de Colombia y Latinoamérica de que pueden expresar firmemente sus convicciones, hacernos creer en un cambio sostenible y hacer que la decencia sea lo que predomine en los debates.
Como bien lo dijo Malala en su discurso ante la Asamblea General de la ONU: “Un niño, un profesor, un libro y una pluma pueden cambiar al mundo. La educación es la única solución”.
PanoramaCultural.com.co
1 Comentarios
Bienvenida Malala, ojalá muchas mujeres y hombres de todo el mundo signa su ejemplo; la educación es la principal herramienta que tenemos los seres humanos para luchar contra el fanatismo y el obscurantismo que tanto mal nos han hecho. Berta Lucía Estrada Autora de la columna Fractales
Le puede interesar
El Plebiscito por la paz, es el mecanismo
La constitución de 1991 que hace el tránsito de una democracia representativa a una participativa adoptó varios mecanismos de part...
La deuda de Valledupar con “El Cacique de la Junta”
Por estos días no se habla de otra cosa, ni hay un programa de televisión con mayor rating en Valledupar y el país, que la telenov...
Un procurador duro de sacar
Pasaron tres años y siete meses, desde cuando varias instituciones y prestigiosos juristas decidieron demandar la nulidad de la reel...
Valledupar, tu cielo tiene…
De pronto, hizo una señal con las manos, dio gracias a la concurrencia e invitó a subir un poco el volumen, mientras el jilguero Jorg...
Debate feminista: mujeres unidas por el país
Algunas personas afirman que no habrá segunda vuelta, otras que “que tanto jodemos las mujeres si ya tenemos todo” o que “el...