Opinión

El tal Garzón

María Jimena Padilla Berrío

28/10/2014 - 07:05

 

Jaime Garzón Forero

Por los que tenemos memoria… 24 de Octubre de 2014: Conmemoración de los 54 años del natalicio de Jaime Garzón Forero.

En quinto de primaria, con 10 años de edad, enamorada del protagonista de “Mi Pobre Angelito”, pendiente de las láminas del álbum de Ricky Ricón, de los cursos de dibujo, de las clases de flauta y del fin del milenio; pendiente también de la etapa escolar que terminaba y anhelando el comienzo del bachillerato, en esas me encontraba yo (les presento mi infancia). Ignorando miles de cosas, incluso la existencia misma; con los afanes de la edad y las circunstancias del momento. En ese ir y venir de la vida pasaron tantas cosas que aún ignoro y otras pocas que ahora conozco aunque sigo sin comprenderlas muy bien.

Tengo un tenue recuerdo de los comentarios de mis padres al son del bullicio de las noticias invocando a un tal Garzón que era dizque humorista. Llegué ese mediodía a casa después de salir de clases y, en medio del calor, el hambre y la modorra, no se hablaba de otra cosa que no fuera de un tal Garzón. Entre tanta bulla y conmoción me digné a mirar la televisión para poder comprender a qué se referían mis padres y de qué hablaban las noticias. Recuerdo que me encontré con la imagen de un embolador sucio y desgarbado y no entendí porqué tanto escándalo por un embolador. No es por desmeritar el oficio ni a las personas que lo ejercen, simplemente que en un país donde matar es tan sencillo como respirar y tan normal como dormir; me parecía insólito que hubiese tanta conmoción por un humilde embolador.

En la noche siguió el escándalo y todos en la calle hablaban de un tal Garzón. A mi edad, era apenas lógico que quisiera que todos dejaran de hablar del tal Garzón para poder ver mis programas favoritos y que las aburridas noticias dejaran de interferir con eso. Recuerdo que volví a mirar las noticias, solo por curiosidad, y esta vez me encontré con la imagen de un celador ¿Qué no era embolador? Me pregunté. No le di mucha importancia al asunto y seguí inmersa en las cuestiones de mi vida. Y si antes no me importaba todo el alboroto del tal Garzón, ahora sí que menos luego de saber que era un polifacético sin estatus.

Muy pronto pasó todo, las cosas retornaban lentamente a la regularidad y se dispersaba cualquier cosa que tuviera que ver con el tal Garzón. Todo volvía a la normalidad, mis programas de televisión volvían a aparecer frente a mí sin ningún impedimento y se me logró olvidar aquel impase que produjo el celador o el embolador; por cierto, nunca supe quién era ni qué tenía que ver un celador con un humorista ¿Me importaba acaso? ¡Claro que no! Sólo me importaba llenar mis álbumes, ver “El laboratorio de Dexter”, “Vaca y pollito”, “Los picapiedras”, “Power Ranger”, “Meteoro”, entre otros. Por suerte nunca me gustaron los teletubbies ni Barney ¡Mucho menos sailor moon!

En la vida siempre he sido una conmovida social y una eterna indignada por las injusticias, he brillado siempre por ir en contra de los abusos y excesos. Refugiada en esto, no es de extrañar mi interés actual por la política y la historia, la economía y la sociedad y… bueno, hay veces no sé ni qué me importa, como leí alguna vez: “me ocupo de todo un poco para no ocuparme seriamente de nada”. En fin, a medida que crecía y tomaba conciencia de las circunstancias comencé a escarbar en el baúl de nuestra historia, en los rincones de nuestra sociedad, en las raíces de nuestros problemas. Cualquier día entré a la Universidad y el mundo se volvió mucho más amplio, las dudas crecieron y mi ignorancia se hizo tan insoportable que tuve que empezar a tomarla en serio.

Ya le daba importancia a los acontecimientos del día y me interesaba muy poco Cartoon Network. Empecé a empaparme de la situación del país, a tratar de comprender el origen de nuestros males y a indagar sobre la prolongación de estos mismos. Me encontré con una conquista, una colonia, una independencia, unos conservadores, unos liberales, un montón de guerras y muertos, me encontré con la miseria, el hambre, las injusticias, con una "masacre de las bananeras", un Gaitán, un Rojas Pinilla, encontré un “Frente Nacional”, unas FARC, un ELN, un EPL, una UP, un… En fin, encontré tantas cosas, me encontré hasta con un Pablo Escobar, sin embargo, intuyo que no he encontrado nada aún.

Empecé a escuchar retazos de todo por todas partes, comencé a armar el rompecabezas leyendo, indagando, conversando, escuchando, viendo. Nada estaba en orden, todo estaba desligado y disperso así que comencé a trazar una línea por la cual seguir. En medio de esa línea imaginaria que jamás he seguido (el desorden continúa), me encontré algún día frente a unos videos, imágenes y algunas lecturas que mostraban a un ser que me pareció bastante interesante por sus comentarios, críticas y sobre todo, por su pedagogía. Me adentré en el mundo mágico del tal Garzón y desde entonces no he podido salir. Comprendo ahora el porqué de tanta conmoción aquél día, ahora sé que no se trataba de un simple celador ni lustrador. Se trataba también de un presentador, una cocinera, un abogado y un periodista. Se trataba de un polifacético brillante, amante de su país, preocupado por los demás y estudioso de la sociedad; zoociedad que llamaba él ¡Todo un genio!

Mi pasión por la vida de este sujeto ha crecido desde entonces, lástima que se haya escrito muy poco sobre él y lástima también que sobre su muerte ronde el manto de la impunidad aún. Sin embargo, por fortuna, Jaime Garzón dejó una hermana que lleva 15 años luchando por la memoria y contra la impunidad, la misma que publicó un libro de su vida hasta sus 18 años y está próxima a publicar la segunda parte: desde sus 18 hasta su muerte, es decir, hasta sus 39. Lástima que ninguna editorial apoyara la empresa de su primer libro, espero que apoyen el segundo libro.

Hoy sé que ese día en el que todos hablaban del tal Garzón era 13 de agosto de 1999. Hoy entiendo cuán importante fue para el país, ahora comprendo el porqué de tanto escándalo y el porqué de su desaparición ¡Ya sé quién fuiste Jaime! Fuiste siempre tan recto y honesto que no había nadie a quién te le escondieras para decirle la verdad. No sé si fuiste valiente o ingenuo, pero te agradezco por tu valentía o tu ingenuidad. Gracias por tu legado y por la memoria, gracias por tu compromiso y dedicación, gracias por tu empeño y por creer en un mundo mejor, gracias por soñar y por contagiarnos de tus sueños, gracias por divertirnos y por criticarnos ¡Gracias! (Jaime Garzón, 24 de Octubre de 1960 – 13 de Agosto de 1999).

 

María Jimena Padilla

@MaJipabe

Sobre el autor

María Jimena Padilla Berrío

María Jimena Padilla Berrío

Palabras Rodantes

Economista de la Universidad Nacional de Colombia, cuasiabogada de la Universidad de Antioquia. Soñadora incorregible, aventurera innata, errante. Guajira de cuna, crianza y corazón, ama su cultura como al coctel de camarón. Investigadora, melómana, cinéfila y bibliófila. Su mayor placer es deslizar un lápiz sobre un papel.

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